Capítulo XXIII

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En cuanto abrí los ojos, vi a la morena a mi lado, sujetando una enorme bandeja de frutas.

-¿Qué haces?-.

-Te traigo el desayuno-.

-Joder si lo supiera... Te hubiera besado antes-.

-Idiota. -Se carcajeó mientras dejaba la bandeja sobre mi regazo-.

Me llevé un trozo de sandia a la boca y cerré los ojos al notar ese espectacular sabor.

No se cual era el motivo, pero la fruta me sabía mil veces mejor que en "Mundanolandia".

-Oye, y por curiosidad... ¿Qué pasa si alguien de la realeza besa a otra persona? En plan... ¿Marina puede estar con quien quiera?-.

-No, claro que no. Marina tiene que estar con un rey o príncipe... o reina o princesa-.

-Anda. Mira tu que bien. -Dije en modo ironía frotándome la frente-.

-¿Porqué?-.

De pronto la puerta de la habitación se abrió, y la morena se levantó de la cama corriendo.

-Buenos días chicas. -Habló Rafi-.

-Buenos días. -Dije con la boca llena-.

-Buenos días. -Dijo toda tiesa la morena-.

-¿Qué haces tan pronto aquí? -Le preguntó a la morena-.

-Hemos hecho pijamada. -Respondí por la morena. -¿A qué venías?-.

-A ver cómo estabas, pero ya veo que está bien-.

-Si. -Respondí. -Hoy ya me siento como nueva-.

-En un rato pasará el médico a mirarte-.

En cuanto Rafi salió de la habitación, la morena se sentó a mi lado.

-¿Me das un beso? -Pregunté estirando mis brazos hasta ella-.

-Acaba de venir la reina...-.

-Pero ya estamos solas. -Aparté la bandeja de encima mía-.

Me acerqué hasta ella y dejé un beso sobre sus labios.

-¿Estás bien con esto?-.

-¿Con qué?-.

-Con que te bese. -Respondí-.

Ella asintió atrayendo mi cuerpo al suyo.

Me senté sobre sus piernas y dejé un beso sobre su mejilla.

-Hay algo que quiero contarte. -Dije tras suspirar-.

-¿El que?-.

-Pero prométeme que no cambiará esto-.

Ella asintió tras robarme un beso.

-He descubierto algo importante sobre mí familia-.

-¿A sí? -Se alegró ella-.

-Si. Resulta que mis padres si que son de aquí. -Dije levantándome y cerrando la puerta con pestillo nuevamente. -Cuando era pequeña... Me mandaron fuera de Aetheris por no tener poderes a mi edad... Así que mis tíos me acogieron como su hija. Evidentemente, yo crecí creyendo que ellos eran mis padres biológicos... Pero no fue asi-.

-Que mal eso... Lo siento mucho. -Se disculpó la morena-.

-Pero había algo curioso... Cada vez que cumplía años, unas flores amarillas llegaban a mi casa. Siempre firmado de la misma manera. -Volvi a colocarme en la misma posición en la que estaba-.

Eyes Colors 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora