Capítulo XXVIII

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Tras una amplia bronca por parte de la Rafi, entré en mi habitación.

Estaba cabreadísima por todo lo que había pasado. Y aún no se había enterado que la morena y yo teníamos algo, o bueno... Habíamos tenido algo.

Tras llamar a mis amigos y hacer una videollamada, donde les enseñaba el palacio, o al menos, una parte de el, junto a las vistas a la ciudad. Colgué y me acosté en la cama.

La morena pidió enseguida el traslado al colegio, con lo que no pude ni siquiera verla.

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Los meses fueron pasando, y la tristeza era una gran parte de mis sentimientos.

Cada día me esforzaba en mejorar mis habilidades. Pero sobre todo en la eléctrica.

La sanación había aprendido más o menos a utilizarla, pero la que no entendía era el agua. Ese poder me llevaba por el camino de la amargura.

-¡Hasta el coño me tiene, hasta el coño! -Exclamé tirándome de plancha al agua mientras lloraba-.

-Alba cariño, que son esas voces. -Escuché la voz de mi madre-.

-Estoy harta de ser tan inútil con este poder. Con este y con todos. -Lloriquee-.

-No digas tonterías. -Se colocó en cuclillas cerca de la piscina. -Ven, Siéntate aquí conmigo-.

Me acerqué al bordillo y me senté en el borde. Ella repitió mis pasos y se sentó a mi lado.

-Cariño, es normal que te frustres, es normal que no domines todos los poderes bien. Por eso existe el entrenamiento-.

-Lo sé, pero igualmente me frustra. -Respondí-.

-He hablado con tu padre, y hemos llegado a la conclusión de que necesitas un profesor de agua-.

-No quiero ningún profesor, quiero ir al colegio, como una persona normal. -Lloriquee-.

-Pero tú no eres una persona normal cariño-.

-Y que. Antes tampoco lo era, y estuve allí hasta que pasó lo de los calaveras-.

Ella se quedó callada mirándome.

-Es complicado-.

-No lo es. -Respondí. -Allí entrenan bien, saben enseñar y sobre todo, hay pruebas realistas... No como aquí, que son unas marionetas-.

-Pero...-.

-No hay peros, todo el mundo va al colegio, incluyendo hijos de soldados imperiales. ¿Por qué no podemos hacerlo Marina y yo?-.

-Por si hay algún tipo de ataque-.

-Pero es que esa escuela es para enseñar justamente eso. Y si no va la realeza... Por seguridad. ¿Que clase de colegio es ese? Se supone que tiene que ser un colegio seguro para todo tipo de personas...-.

-Tienes razón-.

-Se que la tengo. -Respondí suspirando. -Y por eso mismo te lo digo-.

-Dejame que hable con tu padre sobre el tema...-.

-De acuerdo, gracias-.

-De nada. Y sobre la otra dimensión... No sé a ciencia cierta lo que pasó. Pero me puedo hacer una idea Alba. ¿La quieres verdad?-.

Yo la miré con los ojos cristalinos y asentí.

Ella abrazó mi cuerpo y dejé caer mi cabeza sobre su hombro, echándome a llorar.

-Mi niña... -Besaba mi cabeza. -Has crecido tanto... -Volvió a besar mi cabeza. -En está casa puedes ser como tú eres, y no hace falta que finjas. Si te gusta una chica, te aceptamos. Si te gusta un chico también, o incluso si no te gusta nadie.... Y pasa exactamente lo mismo con los poderes-.

Eyes Colors 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora