3. Castillo (1/4)

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—🖤Ésta es la primera parte de un AU de Miguel!Vampiro. Estaré subiendo las continuaciones los días: 17, 28 y 31 de éste mes.

















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Con 19 años recién cumplidos, Peter B. Parker vivía en uno de los castillos más antiguos y majestuosos del pueblo, rodeado de altos muros y verdes jardines. El castillo se alzaba en torres, almenas, y una gran puerta de madera de roble. Peter se sabía de memoria los caminos hacia los salones amplios, decorados con tapices, cuadros y los muebles mandados a hacer en los mejores aserraderos. Pero no había mejores lugares para Peter que la biblioteca, la sala de música y la capilla.

Peter heredaría el castillo de sus padres, que murieron en un accidente cuando él era pequeño. Desde entonces, ha vivido ahí con sus tíos, personas importantes y ocupadas que rara vez están ahí. Sus tíos lo aman, pero no tienen tiempo para él, por lo que desde muy joven, lo han dejado al cuidado de sus sirvientas, que son amables pero distantes.

Peter se sentía solo en medio del basto castillo. No tenía amigos de su edad, su única diversión se basaba en leer libros, tocar el piano, pasear por los jardines o esconderse en la capilla cuando necesitaba un poco de calma.

A veces, Peter se asomaba por el enorme ventanal de sus aposentos para mirar hacia el cielo, soñando con otras vidas, otros mundos.

Todo eso cambiaría una noche, cuando el hombre más misterioso del pueblo decidió hacerle una visita; Lord Miguel O'Hara.

La primera vez que Miguel visitó la ventana de Peter, era entrada la madrugada. Despertando de su siesta, Peter observó con la vista borrosa con curiosidad cómo la figura oscura trepaba con gracia el interior cálido de su habitación.

──¿Quién eres?── preguntó Peter, pensando que quizá seguía dormido y aquello era un sueño.

──Un amigo── respondió Miguel, quitándose la capucha de la cabeza para revelar su rostro. Peter lo reconoció inmediatamente como el indescifrable enigma que había visto de noche en un par de bailes, siempre de lejos, pues sus tíos le tenían terminantemente prohibido siquiera acercarse a él.

Después de todo, era bien sabido en el pueblo que Lord O'Hara gustaba de seducir hombres jóvenes que al final, enfrentaban todos el mismo destino.

Peter debería de haber tenido miedo. En cambio, sintió una extraña afinidad con el misterioso extraño. Hablaron durante horas esa noche, y Miguel prometió volver al día siguiente.

Por la mañana, la visita de Miguel se convirtió en lo más destacado del día de Peter. Esperaba con ansias sus largas charlas y la sabiduría tranquila de Miguel, que si bien no hablaba mucho de sí mismo, Peter podía sentir una gran peso y tristeza dentro de él. Añoraba aliviar la carga de Miguel, aunque aún no sabía cómo.

Por la noche, Miguel entró como un fantasma por la ventana de Peter una vez más, sentándose en la orilla de su cama, observándolo dormir. Ansió acariciar el cabello de Peter, trazar la curva de su mandíbula con sus dedos, sentir su calor contra la frialdad de su piel. Pero se resistió, manteniendo la distancia.

──Si viniste── dijo Peter, somnoliento, removiéndose y abriendo los ojos poco a poco.

──Te lo prometí── le respondió Miguel, como si le doliera que dudaran de su palabra.

──¿Me contarás sobre tí hoy?── Peter preguntó, incorporándose de entre las sábanas.

──¿Qué quieres saber?

Peter pensó en su siguiente pregunta, ladeando la cabeza, y se animó a ir directo a su duda más grande:

──¿Eres el diablo? Todos dicen que lo eres.

──No── Miguel rió, y su risa mientras resonó en la silenciosa habitación, hizo a Peter sonrojarse ──, pero si soy una de sus creaciones.

──¿Bebes sangre?── Cuestionó Peter con cautela.

──Me temo que sí── respondió Miguel con sinceridad, su mirada intensa encontrándose con los ojos de Peter.

──¿Duele? Beber sangre, quiero decir.

──Quitarle la vida a un hombre... eso inflige un tipo de dolor diferente.

Peter guardó silencio, procesando las palabras de Miguel en su mente.

──¿Eso es por lo que estás aquí? ¿Para beber mi sangre?── preguntó, sin ocultar su inquietud.

──No. Ya no── declaró Miguel, pues quizás había cambiado de opinión a la mitad de su charla.

──¿Te quedarías conmigo ésta noche? ¿Cómo un amigo?── inquirió Peter, quitándose las sábanas de encima.

──Con gusto── susurró Miguel con suavidad, acercándose lentamente a Peter hasta que sus manos acunaron sus pálidas mejillas.

Peter permitió que Miguel lo tocara, su corazón latiendo rápidamente en su pecho. Estaba nervioso hasta la médula, pero también ansioso y deseoso de tener a Miguel tan cerca como fuera posible. Miguel le regaló una sonrisa tenue antes de sellar sus labios en un beso lento y dulce. Peter correspondió al beso sin pensarlo dos veces, alzando los brazos para enredarlos en el cuello de Miguel. Esa noche, rieron entre la danza de sus labios entrelazados hasta que la risa se desvaneció y Peter se quedó dormido, enredado en los brazos de Miguel.

La habitación se sumió en un silencio reconfortante mientras Miguel observaba a Peter dormir, maravillado por su belleza y vulnerable encanto. Acarició suavemente los cabellos de Peter como había querido en un principio, deslizando sus dedos con cuidado, como si temiera romper el delicado hechizo que los envolvía.  Miguel se inclinó hacia adelante y depositó un beso suave en la frente de Peter, sus labios rozando su piel con ternura antes de irse.

Peter era suyo ahora, se prometió Miguel, y no dejaría que nadie lo apartara de su lado.

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[Extra] Más arte hecho con IA porque sí.

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𝓜𝔂 𝓸𝓱 𝓶𝔂! (Spiderdads)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora