10. Disfraces

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⚠️Peter!Top

























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Era la noche de Halloween y el Spiderman del 2099 estaba exhausto luego de su respectivo patrullaje. Después de un par de horas de haber llegado al cuartel general, Miguel observaba el basto multiverso desde las múltiples pantallas holográmicas en su oficina cuando su mirada se posó en la pantalla amarilla que proyectó a alguien particularmente especial. Peter B. Parker.

A Miguel se le ocurrió entonces la maravillosa idea de mandarlo a traer a su universo de urgencia.

Peter suspiró cuando vió el llamado proyectado en la pantalla de su reloj antes de acatar la orden de su jefe, abriendo un portal directo a la oficina de Miguel. Al llegar, todo estaba oscuro, y Miguel lo esperaba sentado en su silla flotante y futurista desde arriba.

──¿Pasó algo?── preguntó Peter, sacándose la máscara, revelando su rostro cansado y atractivo.

Inusualmente coqueto, Miguel llamó a Peter para que se acercara a él con un gesto de sus manos, aún sentado en su silla. Peter sonrió divertido, y una vez trepó con un par de telarañas hacia él, se inclinó para besarle los labios de manera lenta, quizá por la oscuridad, quizá por el cansancio.

──¿Me extrañó, jefe?── preguntó Peter con picardía.

La respuesta de Miguel llegaría de forma no verbal, pues después de apretar un par de botones, la silla en la que descansaba se transformó en una especie de camilla, que aunque parecía algo rígida, se ajustaba perfectamente al cuerpo de Miguel.

──Ven aquí, Parker── Miguel se acostó de espaldas, llamando a Peter con la mirada.

──Miggy... estoy exhausto...── dijo Peter, pasándose la mano por el cabello castaño.

Miguel, decidido a convencerlo, desactivó su traje holográfico y quedó completamente desnudo frente a Peter, abriendo las piernas para exponer su gran erección respingada y su bonito agujero brillante.

──... A la mierda── susurró Peter para sí mismo, soltando todas sus inhibiciones mientras se acercaba a la camilla. Miguel lo abrazó por la cintura cuando Peter se le subió encima, ésta vez con un beso en sus labios mucho más arrebatado que el anterior.

──Mierda, Miguel, eres el tipo más sexy que he visto desde Orlando Bloom en Piratas del Caribe── dijo Peter entre besos. Y si normalmente Miguel rodaba los ojos ante sus comentarios tontos, ésta vez no pudo evitar reír, quizás por la cercanía de sus cuerpos.

Peter abandonó los labios de Miguel para bajarlos por su cuello, pecho y abdomen, adorando cada centímetro. Y Lyla habría puesto algo de música tan solo para molestar a Miguel, pero se abstuvo, pues la IA sabía lo estresado qué Miguel había está en las últimas semanas y lo mucho que necesitaba ese momento. Peter, hambriento y ansioso, dejó un rastro de besos y suaves mordiscos a lo largo de su piel, descendiendo lentamente con adoración tal que Miguel sintió escalofríos y el cerebro temblarle como gelatina.

Jugó con su miembro un rato, turnándose entre bombearlo con las manos y metérselo a la boca después. Sin embargo, cuando Peter hizo un movimiento para quitarse el traje, Miguel detuvo sus acciones.

──Déjatelo puesto── le pidió con la voz ronca, entre jadeos que apenas lo dejaron hablar.

──...¿Alguna razón en particular?── Peter lo miró intrigado, alzando una ceja en señal de interrogación.

Después de todo, en encuentros anteriores fue Miguel mismo quien se encargaba de arrancarle el traje desde el primer segundo.

──Es halloween── la respuesta de Miguel fue simple pero contundente, y Peter entendió al instante, dispuesto a jugar su juego.

Con un brillo travieso en los ojos, Peter lamió sus largos dedos y los empapó de tanta saliva como pudo. Miguel observó con anticipación, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba de deseo. Peter colocó sus dedos lubricados en la entrada de Miguel, acariciándola con suavidad y habilidad antes de buscar lugar dentro. Peter soltó un jadeo de sorpresa cuando notó lo resbaladizo y abierto que ya estaba Miguel.

──Quise hacerte las cosas... más fáciles── Miguel confesó lo evidente, con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás en la camilla.

Y la imagen de Miguel en su cabeza, tocándose y preparándose para él, provocó que la polla de Peter diera un tirón doloroso dentro de su traje de spandex.

Peter liberó su miembro de su traje, poniéndose el preservativo que Miguel le arrojó al pecho tan rápido como pudo, rozando la punta rosada contra la entrada húmeda a través del delgado látex. Miguel no pudo evitar soltar un gemido ronco desde lo más profundo de su pecho cuando sintió la dureza de Peter finalmente dentro de él. Peter, superado por la sensación abrumadora, se apoyó sobre la camilla para mantener el equilibrio mientras Miguel apretaba su miembro con una fuerza deliciosa.

Las embestidas de Peter se volvieron más intensas, robándole la respiración a Miguel. A medida que la intensidad aumentaba, Miguel se aferró con fuerza a los hombros de Peter, y sin poder hacer nada al respecto, sus garras emergieron de las puntas de sus dedos, extendiéndose afiladas. Atrapado en aquella vorágine de placer, los instintos primarios de Miguel se apoderaron de él y no pudo controlarlo más. Con una mezcla de dolor agudo y placer punzante, las garras de Miguel traspasaron la piel de Peter, dejando una estela de arañazos para nada superficiales en su espalda. La repentina sensación envió una oleada de electricidad a través del cuerpo de Peter.

Las embestidas no flaquearon, el ritmo de sus cuerpos aún sincronizado, gimiendo incluso cuando las garras de Miguel permanecían incrustadas en su carne. Miguel se aferraba más fuerte, y en algún punto, enredó las piernas con fuerza en la cintura de Peter cuando sintió el cosquilleo del orgasmo que lo golpearía en cualquier momento.

Después de la tercera ronda, ninguno de los dos tuvo la voluntad de vestirse y esperar para conducir por cinco minutos hacia el apartamento de Miguel. Un portal creado por Lyla que los llevaría directo a su habitación haría el trabajo por ellos.






















[Extra];;

Miles llegó exhausto al universo de Hobie, con su traje de Spiderman aún puesto. Se dejó caer al suelo de los camerinos del bar, entre la pila de vestuarios mientras Hobie y Gwen ensayaban para la tocada de Halloween de su banda esa misma noche.

──¿Todo bien, Peter Pan?── preguntó Hobie, rasgando las cuerdas de su guitarra eléctrica mientras observaba cómo Miles se quitaba la máscara.

──Entré a un concurso de disfraces de Spiderman. ¡Y perdí!── sollozó Miles, y su voz llena de decepción hizo reír a Hobie y a Gwen.

Ambos se acercaron a su chico después, rodeándolo con sus brazos para consolarlo. Gwen le acarició el cabello con ternura mientras Hobie le dió suaves besos en la mejilla.

Después del concierto, ambos se encargarían de compensárselo.

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cr. del arte en multimedia: @phagtastic en Twitter (X)

𝓜𝔂 𝓸𝓱 𝓶𝔂! (Spiderdads)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora