23. Sumisión

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⚠️Peter!Bottom































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──¿Cómo se dice?

Miguel yacía acostado en el colchón, con las manos amarradas al respaldo de la cama, jadeante, sudoroso y sonrojado hasta el pecho. Con los ojos vendados con su propia corbata, la polla dura y respingada en su estómago apretó los labios con fuerza, pues Peter había estado jugando con su miembro por un rato y ahora se había detenido, pues quería oírlo suplicar.

──Mierda, Peter...── Miguel tartamudeó, su voz temblorosa. Con los ojos vendados, los sentidos se le agudizaron, cada sonido y cada contacto le producían escalofríos. Podía sentir el peso de la mirada de Peter sobre él, sabiendo que estaba bajo su completo control, justo como le gustaba. La expectación era casi insoportable, su polla palpitaba contra su estómago, deseando liberarse. ── P-Por favor, usa... usa tu boca conmigo...

──Buen chico...── dijo Peter con una sonrisa antes de concederle el deseo.

Miguel gimió sonoramente, sintiendo una oleada de placer caliente recorrer su cuerpo cuando los labios de Peter envolvieron la punta de su hombría. Su cabeza cayó contra la almohada, rindiéndose a las intensas sensaciones. La boca de su amante hizo su magia, su lengua acarició y exploró hábilmente cada centímetro de su longitud. Las caderas de Miguel se levantaron involuntariamente, buscando más contacto, con la respiración entrecortada.

Los gemidos de Miguel llenaron la habitación, su mente estaba consumida por las sensaciones abrumadoras, incapaz de pensar en otra cosa que no fueran los cálidos y húmedos labios de Peter envolviéndolo, temblando, con la espalda arqueándosele sobre el colchón.

──Peter, por favor...

──Todavía no── Peter se sacó la polla de la boca cuando sintió a Miguel demasiado cerca de correrse. Miguel gimoteó, frustrado y ansioso.

Peter se apoyó del abdomen tembloroso de Miguel para sentarse en su regazo. Miguel jadeó, sintiendo el peso de Pedro acomodarse sobre él, sus erecciones rozándose, enviando chispas de electricidad a través de su cuerpo desnudo. Sus manos se tensaron contra las cuerdas de seda que las ataban, deseando alcanzar la cintura de Peter para estrechar sus cuerpos mucho más cerca. Las caderas de Miguel se elevaron instintivamente, buscando más contacto, ansiando la fricción.

──Ah... Peter...

──¿Quieres estar dentro de mí, verdad? ¿Es eso lo que quieres? Sentir como me follo a mi mismo con tu verga...── Peter se inclinó para susurrarle aquello al oído, frotando el culo sobre la erección de Miguel.

Miguel separó los labios cuando Peter introdujo sus dedos en su boca. Sin dudarlo, cerró los labios en torno a ellos, chupándolos con avidez, su lengua arremolinándose, empapándolos de saliva. Con los dedos completamente mojados, Peter los llevó directo a su propio agujero. A Miguel no le quedó más que su propia imaginación; la visión de Peter dándose placer con su propios dedos fue alimentada por los sonidos húmedos y sus gemidos roncos.

Tan rápido como pudo, Peter alzó el brazo para alcanzar en sus manos el primer condón que halló en el cajón de la mesita de noche para deslizarlo sobre la longitud de Miguel en cuanto lo sacó del envoltorio. La voz de Miguel se entrecortó en un jadeo al sentir cómo la cabeza de su polla era guiada hacia la entrada de Peter. El corazón le latió con tanta fuerza en el pecho que estaba seguro de que incluso Peter podía escucharlo.

Después de un rato, jadeante y sonriente, pues la punta de la polla de Miguel golpeaba su próstata con cada embestida, Peter alcanzó las cuerdas qué ataban las manos de su amante para permitirle tocarlo. Al quitarle la venda, los ojos de Miguel se abrieron frágiles bajo la luz, y su mirada se clavó en la de Peter, viéndolo cabalgarle con un ritmo embriagador.

──Peter... Tus manos... Quiero tus manos en mi cuello...

Peter se tensó, indeciso. Si bien esa no era la primera vez que Miguel le pedía algo así, no podía evitar ponerse nervioso cada vez. Aún así, bajo su mirada brillosa y suplicante, Peter accedió luego de pensarlo un par de según, cerrando las manos en torno al cuello de Miguel, aplicando la presión suficiente como para cortarle de vez en vez la respiración en la garganta. El cuerpo de Miguel respondió, un instinto primario se apoderó de él y una descarga de adrenalina le recorrió las venas.

──¡Más fuerte!── La voz de Miguel salió como un susurro sin aliento. Peter soltó un jadeo ahogado, pues comenzaban a dolerle las piernas de tanto flexionarlas y no estaba seguro de tener la fuerza en ese momento de seguir subiendo y bajando y además apretar el agarre de sus manos.

Pero lo hizo, y aquello fue más que suficiente. Peter sintió el cuerpo de Miguel bajo suyo tensarse, y mientras arqueó la espalda al punto de hacer a Peter tambalear, pudo jurar qué lo vió dejar de respirar por un largo rato mientras se corría con el rostro completamente rojo y los ojos hacia atrás, dejando a Peter con las piernas temblorosas al venirse poco después.

──¿Estás bien? ¿No te lastimé? ── Peter retiró el agarre del cuello de su amante y se inclinó para acunarle las mejillas. El cuerpo de Miguel tembló entre las réplicas de su liberación. Cuando Peter se inclinó sobre sus labios, Miguel se dejó besar . El sabor de su deseo combinado era embriagador, un dulce recuerdo del placer que acababan de experimentar.

──Estoy mejor que bien...── susurró Miguel cuando pudo recuperar el aire perdido, y su satisfacción fue evidente en la sonrisa traviesa que adornaba sus labios.

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*cr. del arte en multimedia: @ZayacWonderland en Twitter (X)

[1] Al chile no tenía ni idea de que hacer con éste capítulo y siento que me pudo haber quedado mucho mejor. Probablemente termine editandolo en cuanto termine el mes.

[2] El capítulo anterior me gustó tanto que estoy pensando seriamente en escribir una longfic con la misma historia, je.

𝓜𝔂 𝓸𝓱 𝓶𝔂! (Spiderdads)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora