27. Casa embrujada

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Era una fría noche de Halloween en la Nueva York de la Tierra-928. Miles Morales y sus amigos Gwen Stacy, Pavitr Prabhakar y por su puesto, Hobie Brown acababan de regresar de una gran fiesta de disfraces en el universo de Hobie. La fiesta se había prolongado hasta altas horas de la madrugada y el grupo de jóvenes héroes estaba cansado pero aún lleno de energía para continúar la fiesta.

Hobie iba caracterizado de Edward Manos de Tijera, dando zancadas largas y despreocupadas. Pavitr era Albus Dumbledore, y se colgaba de la camisa de Hobie, algo pasado de alcohol. Miles era Ekko de League of Legends, y de su brazo se sostenía Gwen, que era demasiado genial como para un disfraz, se limitó a usar un suéter de lana negra junto a un gorro con orejas de gato. Mientras caminaban por la calle con sus disfraces, Miles echó un vistazo a su teléfono. Eran casi las dos de la madrugada.

──¿Creen que al tío Miguel le importará que nos quedemos en su casa?── preguntó a los demás.

Después de todo, sabia que Miguel no estaría en casa y que probablemente y como de costumbre, se pasaría la noche en vela en su oficina, por lo que Miles guió a sus amigos hasta la estación de metro más cercana que les llevaría al Penthouse de Miguel en la cima del cuartel de la sociedad arácnida.

Cuando llegaron, Miles utilizó la llave de repuesto que Miguel le había dado para entrar en el lujoso apartamento. Una llave qué, después de una tregua por intervención de Peter B., Miguel le había dado a Miles en caso de que algún día necesitara un sofá en donde dormir. Esa era su segunda noche acudiendo a ese lugar; la primera había sido meses atrás, después de una fuerte discusión con su padre, pues Miles estaba de vacaciones y no podía simplemente huir a los dormitorios de su colegio.

──¿Jefe?── Miles llamó en voz baja. No hubo respuesta, así que el cansado grupo de se dirigió al salón para relajarse un poco antes de quitarse los disfraces.

Cuando Miles y sus amigos entraron en el salón, se sorprendieron al ver a la pequeña Mayday Parker durmiendo plácidamente en un nido de almohadas, peluches y la bata rosa qué se había vuelto el sello personal de Peter B. Miles frunció el ceño, confundido.

──¿Qué hace la bebé aquí?── susurró Gwen. Miles se encogió de hombros.

Miles pensó en varias alternativas, y solo una tuvo sentido. Quizá Peter volvió a pelearse con MJ y necesitaba un lugar seguro donde dejar a Mayday mientras se distraía en el cuartel. Aunque fuera extraño, Miles sabía que Spiderman 2099 no se negaría a alojar a la hija de su buen amigo si necesitaba ayuda.

──Deberíamos trasladarla a la habitación de invitados para que esté más cómoda── dijo Pavitr.

Trabajaron juntos cuidadosamente para transportar a Mayday sin despertarla, acomodándola en la cama, en brazos de Hobie, claro está, pues Miles era terrible para cargar bebés, Gwen temía sostener algo tan frágil en brazos, y Pavitr venía lo suficientemente ebrio como para ser de confianza. Cuando entraron en la primera habitación que hallaron, Mayday se revolvió un poco y empezó a inquietarse apenas tocó el colchón. Hobie cogió suavemente a la niñita en brazos una vez más. Ella se calmó de inmediato y agarró uno de sus dedos con su manita, acurrucándose en el pecho del punk. Con Mayday dormitando en sus brazos, Hobie volvió con sus amigos hasta la cocina.

──Anímate, niño bonito── le dijo Hobie a Pavitr, tomando asiento a su lado en la barra de la cocina. Pavitr era un buen chico, responsable y hogareño, y probablemente su tía Maya le daría un buen golpe si lo viera en aquel estado, medio borracho, llorando por su ex novia, y considerando seriamente plantarle un buen beso a Hobie, quien le dió una palmada alentadora en la espalda con su mano libre y que lo dejó recargar la cabeza en su hombro ──Encontrarás a alguien aún mejor.

𝓜𝔂 𝓸𝓱 𝓶𝔂! (Spiderdads)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora