12. Gato

499 40 9
                                    

·•¦🐈¦•·

El alcázar se erguía majestuoso en la oscuridad de la noche, sus altas torres se alzaban orgullosas en piedra. En medio de la madrugada, el príncipe Peter Benjamin Parker vagaba por los pasillos, su corazón anhelando algo más que el simple matrimonio arreglado que su padre, el rey, le había anunciado se llevaría a cabo en unas semanas entre él la la condesa Felicia Hardy.

Los candelabros de cristal emitían una tenue luz que iluminaba el camino de Peter mientras exploraba los rincones olvidados de su hogar. El suave roce de su capa roja resonaba en el silencio del lugar, marcando su presencia en cada paso que daba. Sus pensamientos estaban llenos de la inquietud que era su sello. Peter anhelaba una pasión ardiente, un amor que lo consumiera por completo, algo más allá de las formalidades y las expectativas impuestas en él por la corona. En su corazón, siempre supo que estaba destinado a vivir una pasión prohibida, pero ahora que se había vuelto una realidad, le dolía profundamente.

De un rincón sombrío, un gato montuno de pelaje azabache y ojos rojos emergió para maullarle al príncipe con cautela. Aquel gato, Peter lo supo de sus propias palabras, era en realidad un príncipe maldito por una bruja. Solo un beso de amor verdadero podría romper el hechizo y devolverle su forma humana.

Con sus ojos felinos fijos en Peter, el gato caminó con gracia a su lado. Había observado al príncipe desde hace tiempo ya, cautivado por su nobleza, su inteligencia y su carácter sin igual. Esa noche, al llegar a los aposentos de Peter, Miguel se acercó sigilosamente a él, dejando que sus patitas acariciaran suavemente sus mejillas, secando las lágrimas que surcaron su rostro en cuanto sus guardias cerraron su puerta tras él.

Peter se sobresaltó al sentir el tacto suave y peludo del gato en su piel. Sin embargo, en lugar de alejarlo, lo abrazó a su pecho, soltándose a llorar. El felino, con su presencia reconfortante y misteriosa, se había convertido en su confidente, en su refugio en medio de la oscuridad.

«Oh, Miguel, mi fiel amigo» susurró Peter con voz entrecortada «Si tan solo fueras humano, te amaría como a un amante.

El minino, usualmente huraño y gruñón con cualquiera que se atreviera a acercársele, era un tierno gatito cuando se trataba de su adorado príncipe. Y oh, cuanto deseaba Miguel romper su maldición, poder ser hombre de nuevo y amar a Peter sin restricciones.

En cuanto Peter descansó en su cama de dosel, Miguel se acurrucó a su lado. El gato cerró los ojos y susurró una plegaria silenciosa, rogando a cualquier providencia que escuchara sus plegarias.

Y como se quedó dormido, no sintió el besito qué Peter dejó en su nariz fría y húmeda.

Al amanecer, Peter alertaría a los guardias con el grito qué soltó y que probablemente se escuchó por todo el castillo cuando en vez de ver a su amigo felino, se encontró con el príncipe Miguel O'Hara, desnudo entre sus sábanas y abrazándolo por la espalda.

·•¦🐈¦•·

[Extra] Hoy la IA me hizo paro:

[Extra] Hoy la IA me hizo paro:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓜𝔂 𝓸𝓱 𝓶𝔂! (Spiderdads)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora