Capítulo 16

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Silas

No podía apartarme de la cabeza la conversación que había tenido con Eva. Me había pedido algo imposible. Bueno, imposible no, pero sí que era algo tan irreal que el mismo concepto ni siquiera existía.

—¿Estás bien? Te noto algo distraído. —Me preguntó Nydia con delicadeza.

—Sí, estoy bien, es solo algo que me da vueltas en la cabeza.

—¿Quieres que aplacemos la reunió para más adelante? —Miré a Nomi antes de contestar a Nydia. En su rostro tenía escrito que el tema que estábamos tratando era muy importante y sobre todo urgente.

—No, sigamos con ello, por favor.

—Como iba diciendo, necesitamos un biólogo y un ingeniero para investigar toda la información que he recopilado. Lo que acabo de descubrir es algo que cambiará el concepto que teníamos hasta ahora sobre los kupai. No son simples como una planta, son más complejos. Que sentían, que el entorno produce un impacto sobre ellos ya lo sabíamos. Pero de lo que no teníamos idea era de que son lo suficientemente inteligentes como para comunicarse entre ellos. Esto abre puertas a campos de investigación que no se habían tenido en cuenta. Hay preguntas nuevas de las que podemos encontrar respuestas si se investiga como es debido. Como por ejemplo ¿esta comunicación evidencia que tenían conocimiento de su existencia unos de otros? ¿Los cambios que se advertían en sus codificaciones eran causados por esa comunicación? ¿Por qué el kupai blanco produce cambios más radicales en las gemas con las que tiene contacto directo? Necesito un refuerzo especializado para trabajar en ello.

—¿Quieres dejar la dirección del hospital del Santuario? —le pregunté.

—Una cosa es dirigir un centro médico, y otro muy distinto desentrañar los misterios que tengo delante. Lo primero puedo delegarlo, hay muchos médicos que estarían encantados de trabajar aquí, aunque no les dejaría acercaros a ti ni a tu pequeña—le aseguró a Nydia—. Ni a Reina Amarilla, ni a Rigel ni... En resumen, a mis pacientes preferentes. Para vosotros siempre estoy y estaré disponible. —Además de que no dejaría que otra persona descubriese esos fascinantes misterios que alguien como Nydia la estaban haciendo descubrir. Como médico no podría alejarse de un caso, o casos clínicos como los que tenía entre manos. —Pero lo de los kupais necesita estudiarse a fondo y con profesionalidad.

—Puede que esas respuestas que buscas puedan ayudarnos a entender mejor a qué son debidos todos estos cambios, y a prepararnos para los que vengan nuevos. —Nydia intuía que lo que había experimentado no iba a ser una excepción, y estaba con ella. Cada día ocurrían fenómenos sorprendentes a su alrededor, y los kupais parecían estar en mitad de todo.

—Estoy de acuerdo. ¿Habías pensado en alguien para realizar ese trabajo? —Conociendo a Nomi, seguro que ya había estudiado a varios candidatos.

—Pues ahora que lo dices, hay un biólogo, el profesor Xelion, que tiene un historial bastante acorde con lo que necesitamos aquí. Que sea un naranja no desmerece en absoluto su dedicación y profesionalidad. De hecho, muchos amarillos acuden a sus clases motivados por sus amplios conocimientos.

—Profesor Xelion, de la casa naranja, anotado. ¿Alguien más? —Anoté el dato en mi agenda.

—Pues hay algunos buenos ingenieros de comunicaciones, pero necesitamos a uno que tenga algunos conocimientos en estructuras complejas. No hay que olvidar que tiene que estudiar un lenguaje nuevo, uno del que no tenemos una referencia para comprar.

—Entonces necesitamos a alguien versátil, motivado y con amplios conocimientos técnicos. Estás describiendo a recién graduado con dos especialidades muy específicas.

—Lo sé, es algo complicado, y algo irracional, porque necesitamos a alguien con experiencia que pueda dar consistencia a sus descubrimientos, alguien que sea fiable, y eso solo lo puede dar la experiencia.

—Pero no hay experiencia en esto, Nomi. Es un descubrimiento nuevo, algo que puede crear un nuevo campo de estudio hasta ahora desconocido. —resumí.

—Quizás es eso lo que necesitamos, alguien joven que aporte una visión sin distorsionar sobre lo que va a estudiar.

—Una mente formada pero virgen. —Nomi y yo giramos hacia Nydia, su definición era realmente exacta.

—Exacto. —convino con ella Nomi.

—Entonces será mejor que vayas preparando a tu sustituto al frente del centro médico, porque solo encontrar a esa persona será como encontrar a una aguja en un pajar. —Yo entendí la expresión, puede que Nomi no.

—No te creas. Solo hay que hacer un listado con los recién graduados que hayan estudiado las materias que pueden encajar con lo que necesitamos, y luego entrevistarles. Encontrar al candidato adecuado requiere de un contacto directo.

—Pero no podemos decirles cual sería su campo de trabajo, no antes de haber aceptado el puesto. —Añadió Nomi.

—Lo sé. En cuanto se corriese la voz, tendríamos un millar de candidatos presentando solicitudes. —deduje.

—Millones. —amplió Nomi. No estaba dispuesto a pasar por una interminable serie de entrevistas. Mejor hacíamos nuestra propia selección y luego entrevistaríamos a los candidatos que escogiésemos. A veces ser un amarillo y creer en la igualdad de oportunidades podía complicar las cosas.

—Tengo que viajar en breve a nuestro planeta origen, quizás pueda enmascarar nuestra búsqueda detrás de esa visita. —Aunque tampoco tenía que darle mucho bombo al motivo del motivo principal de ese viaje. No sé cómo, pero acababa de complicarme un poco más la vida.

—Eso sería estupendo. Le pediré a Rigel que me consiga la manera de obtener la información que necesito sin levantar sospechas. —Nada como un mercenario para conseguir información sensible sin que nadie se de cuenta. Eran muy buenos con las labores de espionaje.

—Le diré que contacte contigo en cuanto regrese de la ciudad de ángeles. —Su comentario me hizo regresar al otro problema que teníamos.

—¿Encerraron al intruso? —pregunté.

—Está en los calabozos, pero no está allí por él, sino para advertir a los demás sobre lo ocurrido y las consecuencias de ello. Les abrí las puertas de mi casa, y como invitados tenían que mostrar respeto. Mancillar el lugar más sagrado de estas instalaciones es algo que no podemos pasar por alto. Será castigado, pero queremos que algunos representantes del nuevo pueblo de los ángeles estén presentes cuando se le condene. Y sobre todo hacerles partícipes de lo que han perdido por permitir que ocurriese.

—No es justo que paguen inocentes por los actos irracionales de una sola persona. —protestó Nomi, y yo estaba con ella.

—No, ni tampoco que alguien a quien tratas de ayudar te ataque. Los ángeles son esclavos liberados, alguien que tendría que estar agradecido por la oportunidad de una nueva vida que les estamos brindado, pero en cambio uno de ellos sobrepasó unos límites que nunca debieron ser violados. Nuestra confianza en ellos se ha visto dañada, y por ello tendrán que esforzarse mucho si quieren recuperarla. —Ahora entendía, y creo que Nomi también.

—Es un detalle que permitas que representantes de los ángeles estén presentes en el juicio. —Era una muestra de deferencia hacia ellos, pues como reina y soberana de este planeta, tenía potestad absoluta en judgar y condenar a aquellos que cometían delitos en sus dominios.

—No solo estarán presentes, sino que serán quienes decidan lo que se hará con él. —Aquello me sorprendió.

—¿Estás segura de eso? —pregunté.

—Tienen que aprender a autogestionarse, y esta es una manera tan buena como otra de empezar a hacerlo. Aprenderán por las malas que han de tener una ley y un castigo preparado para aquellos que no la cumplan.

Nydia me acababa de demostrar que si tratas a un pueblo como si fuese un niño, este no crecería. Pero si lo tratabas como un adulto, si le dabas responsabilidades y le dejabas tomar decisiones, pero sobre todo, si le mostrabas el lado duro de la vida, este aprendería a desenvolverse por sí mismo sin necesidad de nadie que le vigile. De esta forma no estaba abriendo las puertas a una autogestión como pueblo, sino que le estábamos mostrando que era necesario hacerlo cuanto antes.

La legión del Fénix - Estrella Errante 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora