Capítulo uno

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Disclaimer: No me pertenecen, ninguno de ellos, lamentablemente.

Bueno, pues otro Drarry está listo. Estaba planificada como una serie de ¿oneshots? cortos donde se viesen diferentes momentos de la vida de Harry y Draco en la que pasan de tener una relación física a una sentimental. Acabó desembocando en esto. Serán 27 capítulos y un epílogo que iré publicando, por ahora, con periodicidad semanal en sábado por la tarde (al contrario que con otros fics, justo ahora trabajo de lunes a viernes y libro los sábados y domingos, lo cual me permite corregir el capítulo y dejarlo listo). Horario sujeto a cambios, me temo, pero intentaré cumplir. Tengo que advertir de que, aunque tiene final feliz y se trata de que acaben juntos, hay otras relaciones: Astoria/Draco, Ginny/Harry; también de que hay escenas sexuales muy explícitas (sobre todo en los dos primeros tercios del fic, que pueden ir tranquilamente a una por capítulo) y que tendrán algo de dramita entre ellos. En fin, ojalá os guste. Muchas gracias, como siempre, por la oportunidad.

Trigger Warnings: Voyeurismo (dubcon por parte de las personas observadas, ojo con esto), algo de exhibicionismo, masturbación explícita y masturbación mutua entre un chico y una chica. También menciones a otras anteriores.

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Inmerso en sus pensamientos, Harry pasó de mordisquear la punta de la pluma con la que estaba redactando un ensayo de Herbología sobre la utilidad y uso mágico de los jacintos y los narcisos, a clavar los dientes en su labio inferior. Distraído, ni siquiera se percató de que una enorme gota de tinta se había formado en el cálamo y oscilaba suavemente, a punto de derramarse sobre el pergamino, al ritmo de la imperceptible brisa que recorría la silenciosa y atestada biblioteca de Hogwarts.

—¿Harry? ¡Eh, Harry! —El susurro de Ron, que era capaz de gritar incluso cuando murmuraba, fue lo suficientemente audible como para que Madame Pince levantase la vista desde su escritorio, al otro lado de la sala, con una mirada aguda de rapaz que los censuraba por el ruido que quebró la paz del ambiente.

La gota de tinta vibró una vez más en la punta del cálamo y luego se precipitó sobre el pergamino, estallando en varias esquirlas más que mancharon las yemas de los dedos de Harry.

—Lo has escrito al revés, Harry. El jacinto no se usa en la Amortentia —dijo Hermione en voz muy baja, inclinándose hacia adelante para, con un movimiento de varita, arreglar el desastre producido por la tinta y leyendo velozmente las últimas palabras que Harry había escrito en el pergamino—. Es un mito muggle por su asociación con la diosa Afrodita, lo explicó la profesora Sprout en la última clase, recuerda. Se utiliza en pociones vigorizantes y en la Felix Felicis. El narciso, en cambio, sí es un ingrediente de las pociones de amor, por el efecto obsesivo que produce. También es sedante y se utiliza en medimagia, pero crea adicción y hay que regular cuidadosamente las dosis, pues puede ser mortal.

—¿En serio? —Ron frunció el ceño, disgustado. Debía haber estado copiando el ensayo de Harry por encima del hombro, porque utilizó su varita para borrar parte de lo que había escrito, consiguiendo que el pergamino crujiese tan fuerte que la mirada de Madame Pince se clavó en ellos una vez más.

—¿Todo bien, Harry? —susurró Hermione, mirándolo con preocupación, cuando este se talló los ojos con los dedos y respiró en profundidad. Harry tragó saliva, se enjugó el sudor de la mejilla con la manga de la túnica y asintió con torpeza tras otear con la mirada la atestada biblioteca, que estaba llena de estudiantes de todos los cursos que estudiaban los exámenes del último trimestre—. La verdad es que llevas desde ayer un poco raro. Más distraído de lo habitual. —Hermione entrecierra los párpados, perspicaz, tratando de adivinar qué cruza por su mente.

Grulla de papel [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora