Capítulo diecisiete

682 73 78
                                    

Trigger Warnings: Sexo explícito. Sexo oral (cunnilingus y felación), sexo vaginal, menciones a senos, mordiscos, besos y frotting.

-----

El resto del verano, Harry prácticamente se mudó a La Madriguera. Se sentía mucho mejor en ella, rodeado de su familia. En la solitaria Grimmauld Place, sin más compañía que Kreacher trasteando en la cocina, las paredes lo ahogaban y todo le recordaba a Malfoy. Desde el tapiz hasta la cama, pasando por los ventanales, la mesita de noche y el perchero, donde destacaban las ausencias de lo que ya no estaba ahí. En cambio, en la casa familiar de los Weasley siempre había alguien con quien charlar, alguna planta que podar en el jardín, gallinas que reunir en el gallinero, habitaciones que limpiar, camas que hacer y patatas que pelar. Ron y Hermione cenaban allí a menudo. Bill y Fleur visitaban a los abuelos para que pudiesen jugar con su hija. Percy ayudaba a sus padres con diligencia en todo lo que podía, George aparecía para dormir y comer, sobre todo y Ginny era una excelente compañera para jugar competiciones de buscadores en el jardín entre los entrenamientos de su equipo profesional.

Ya llevaba casi un mes durmiendo en el antiguo dormitorio de Ron cuando reunió fuerzas para consultar el calendario mágico que Molly tenía en la cocina y averiguar que Mabon se correspondía con el equinoccio del 23 de septiembre. Andromeda accedió a que Teddy se quedase en La Madriguera a pasar con Harry esa noche, en la que tenía que oficiar el ritual mágico que los Malfoy iban a realizar «por el compromiso de la joven pareja», como lo había denominado la mujer, ignorante de la relación de su sobrino con la del padrino de su nieto.

Eso hizo que cuando llegó el día, aunque Harry no pudiese evitar que sus pensamientos vagasen hacia Malfoy constantemente, preguntándose qué estaría haciendo, en qué consistiría el ritual y cómo se encontraba, se centrase en Teddy, en jugar con él y disfrutar de su excitación y nerviosismo infantil al dormir fuera de casa por primera vez. En el mismo cuarto que había compartido decenas de veces con Ron, ambos escucharon el cuento que Arthur le relató al niño. Era uno que Harry, sentado en una cómoda mecedora en el cuarto desde donde observaba a Teddy caer dormido paulatinamente, no conocía al ser de origen mágico. Arthur salió del cuarto en silencio, apretándole el hombro a modo de despedida, y él se quedó mirando el fuego de la chimenea, que habían encendido porque las noches ya eran frescas y Molly no quería que Teddy pasase frío, hasta que se quedó traspuesto.

A la mañana siguiente, cuando el pequeño despertó desarropado por el calor de la habitación, el mundo seguía girando.

La que sí se seguía detenida era su manecilla del reloj. El resto seguían moviéndose con fluidez, incluso cuando a Ginny le golpeó una bludger durante un partido amistoso y marcó 'Hospital', a pesar de que luego la chica les contó que la habían atendido en la enfermería del estadio. Sólo la de Fred y la suya seguían inmóviles, una en el espacio vacío y la otra en 'Perdido', independientemente de que estuviese en Grimmauld Place, en La Madriguera o, cuando empezó el nuevo cuatrimestre, la universidad.

Todos los Weasley se habían percatado de ello, por supuesto. No era como si, en la práctica, Harry no estuviese viviendo allí en lugar de en su casa, pero el reloj era una prueba tangible y manifiesta de que algo no estaba bien en él. Por eso, la mirada de Bill lo seguía cuando salía del cuarto en el que estaba; Molly y Arthur se callaban cuando él entraba en la cocina y fingían sonreír mientras preparaban los platos favoritos de Harry; Fleur le dejaba sostener en brazos a su hija, dándole preferencia sobre el resto de los tíos que peleaban por dicho privilegio; y Ron y Hermione, que habían sabido adivinar la causa de su tristeza al instante, se sentaban a su lado, en silencio o charlando, cada vez que coincidían.

Toda la familia respetaba su parquedad de palabras, aunque intentaban abstraerlo cuando se le perdía la mirada al sumirse en los recuerdos, los posibles futuros de haber tomado otra decisión o en calcular qué estaría haciendo Malfoy con su vida tradicional entre el compromiso y la boda.

Grulla de papel [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora