Sentadas una frente a la otra en la cafetería Mina atenta a cada palabra que decía su novia, contestando de vez en cuando con pequeños sonidos pues no quería interrumpirle pero tampoco quería que pensara que no prestaba atención, porque lo hacía, todo en su novia era de especial atención.
— Hoy desayuné con Jihyo en el hospital y no te imaginas lo graciosa que es, hace mucho que no me reía tanto que los demás especialistas me voltearon a ver. — Sana hablaba con entusiasmo y un precioso brillo en los ojos que llegó en forma de punzada al corazón de Mina. — Y pues después solo tuve un par de cirugías, aunque la última se alargó y ya no pude conocer a los nuevos internos. — Por unos minutos la mesa se quedó en silencio siendo Mina la única que tenía la mirada aún puesta en su pareja, esperando a que también le preguntara por su día... pero no sucedió.
— Yo hoy tuve una reunión con otros inversionistas y compré la mayoría de acciones del hospital Hiroo, y creí qu... —
— Ah, Minassi sabes que yo no entiendo tus cosas... ¡¿Hiciste qué?! ¿Por qué diablos compras acciones en el hospital que es competencia de dónde yo trabajo? — El rojo del rostro de Sana era tan evidente que podía compararse con un tómate, los nervios en la pelinegra se apoderaron rápidamente de ella dándose un golpe internamente por no haberle consultado antes a su novia.
— B-bueno honey... era una buena inversión y yo, bueno yo creí que podrías trabajar allá y... lo lamento no... creí que podrías ser jefa de cirugía o lo que desearas. —
— Y creíste que si eras dueña de mi trabajo podrías controlarme ¿No? Nunca dejaría mi puesto y a mis amigos, ni siquiera por ti, y deja de decirme "Honey" sabes que me molesta. — Sana se levantó enfurecida de la mesa dejando su café apenas comenzado y a una novia con sentimientos de culpabilidad en aquella cafetería que alguna vez vio cómo ellas podían pasar horas charlando entre tazas de café y besos.
Mina quería seguirla, decirle que lo lamentaba y que arreglaría todo pero su cuerpo no respondía, su cuerpo la mantenía inerte al igual que lo hacían sus ojos con las amenazantes lágrimas que deseaban salir para demostrar el ¿dolor? ¿frustración? Ahora mismo no sabía que sentir, el amor de su vida se había ido y ella estaba sentada sintiendo cómo la estaba perdiendo por una estupidez que creyó podría salvar su relación...
—Disculpe señorita, ¿Necesita algo más? — La mesera interrumpió sus pensamientos a lo que la japonesa solo negó con una falsa sonrisa.
— No, gracias, yo paso a retirarme, gracias por todo. — Buscando en su bolso con nerviosismo e incomodidad su cartera rogando a quién fuese que no la haya olvidado en su oficina, por suerte la encontró en el fondo y sin fijarse dejó varios billetes en la mesa para saldar la cuenta, sin más salió del establecimiento dejando escapar un fuerte suspiro. Era la primera cita que Sana le aceptaba en meses, al inicio era todos los días, después tres veces a la semana y Mina creía que era por lo demandante del trabajo de su novia, así que no objetó ante eso, y después solo una vez a la semana, una vez al mes... una vez después de seis meses y solo por 15 minutos.
Levantó la vista de su reloj de muñeca e ignoró a su chófer que ya tenía la puerta abierta, caminó sobre la acera con paso lento hundiéndose nuevamente en sus pensamientos escuchando a lo lejos a su chófer decir que pronto llovería que no podía irse sin más.
— Vete a casa Chang, yo necesito aire. — El hombre no dijo más pero le entrego el paraguas que siempre llevaba en la camioneta para así regresar cómo su jefa le había indicado.
Con pasos lentos mina recorría las calles de Tokio recordando los inicios de su primera y única relación. Sana y ella se habían conocido en la secundaria y fue una conexión inmediata, podían hablar de todo y de nada, pasaban sus almuerzos juntas y cada día Mina sentía más mariposas en su estómago hasta que el primer día después de las clases de invierno Mina le confesó lo mucho que había extrañado a su mejor amiga de una manera muy distinta y que aunque no fuese correspondida quería confesar que estaba enamorada, ese día debajo del cerezo cubierto por nieve ambas recibieron su primer beso sin temor alguno del futuro pues lo único que les importaba era ser tan amadas cómo ellas se amaban, los años pasaron, Sana y Mina entraron a la universidad, algunos les decían que eso arruinaría su relación pero ellas lograron callarlos, ambas eran el apoyo de la otra, Mina siempre cuidando de la salud de Sana por sus largas horas de estudio y Sana animando a Mina con sus presentaciones de negocios, así ambas amaban lo que hacían y con quién estaban, cada día era un sueño hecho realidad...
Las gotas de lluvia comenzaron a caer de manera abundante por lo que mina tomó el paraguas, lo abrió para protegerse debajo de el viendo cómo las personas empezaban a correr de un lado para otro intentando refugiarse a excepción de una pelinegra que miraba al cielo con una gran sonrisa mientras caminaba con saltitos disimulados disfrutando de aquel helado diluvio.
★★★★★★★
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Better than Revenge | Michaeng
FanfictionCaps escritos con canciones de Taylor Swift de fondo. 👍