Wanna need you forever

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Abrió los ojos de golpe y se sentó en la cama encontrándose con la obscuridad de la noche, aún aturdida por su propia mente le fue difícil entender en dónde estaba hasta que el cuerpo al lado suyo le recordó todo lo que sucedió. Una broma un tanto cruel por parte de su misma mente el hacerle soñar con todo lo qué Mina le había contado. Volvió a acostarse en silencio, y escabulléndose entre los brazos de la japonesa terminó hundida nuevamente en pecho de esta. No importaba lo cruel que podía ser su subconsciente con ella, el simple hecho de poder resguardarse en Mina valía la pena. Sus ojos y nariz comenzaron a picar y las lágrimas no tardaron en desbordarse de sus obscuros ojos, amaba a Mina aunque no lo admitiera en voz alta y el miedo de perderla otra vez hacía que su corazón se estrujara de una manera inigualable.

— Nunca te vayas por favor.— Susurró contra el pecho de la japonesa mientras continuaba llorando, haciendo que los pequeños hipidos despertarán a la pelinegra que inmediatamente después de escuchar con claridad a su menor la pegó más a su cuerpo.

— Chae... ¿Qué sucede? — Preguntó contra el cabello de la coreana, la mano de Mina daba pequeñas caricias en la espalda de la menor para transmitirle un poco de tranquilidad.

— Por un momento creí que no estabas aquí y realmente tuve miedo de volver a estar lejos de ti.

— Tranquila, estoy aquí y aquí seguiré.— Mina tomó la mano de su menor y la llevó hasta sus labios para dejar un delicado beso haciendo recorrer una corriente de electricidad en el cuerpo de Chaeyoung.

No quería alejarse ni un milímetro de Mina pero la alarma de su celular en la otra habitación le decía lo contrario lo cuál hizo su sufrimiento más grande, sorbió su nariz y limpió sus lágrimas mientras se separaba de la mayor, encendiendo a su paso la luz de la habitación.

— ¿Ya debes irte?
— Sí, aunque presente mi renuncia es probable que me hagan terminar mi turno o quizás renuncié al final de mi día, en cualquier caso salgo a las cinco, no hay mucha comida aquí...

— No te preocupes por mí, anoche le pedí a Chan que viniera hasta aquí, y que rentara un auto para llevarme de compras.

— ¿No era más sencillo qué te trajera tu ropa? — La japonesa negó mientras arrugaba un poco su nariz un señal de disgusto, haciéndola ver aún más adorable, por lo que antes de salir de la habitación deposito un beso en los labios de Mina.

Una hora después ambas estaban vestidas y listas para cumplir con sus obligaciones. Chaeyoung se despidió repetidas veces de su japonesa siendo cada "hasta más tarde" un beso cada vez más duradero.

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Después de esperar sentada en el sofá de la coreana dándole indicaciones a sus empleados para que la empresa fluyera cómo si ella estuviera ahí, el claxon del auto anunció su llegada, salió de la casa de su menor asegurándose de que quedara bien cerrado. Un hermoso auto color negro con detalles plateados era lo que la estaba esperando frente a la puerta, se le hizo extraño que Chan no bajara para abrir su puerta pero sin ganas de llamarle la atención abrió esta entrando inmediatamente al interior de la carrocería.

Dejó escapar un suspiro pesado.— ¿En dónde está mi chófer?— Ni siquiera esperaba una respuesta pues su mano ya estaba en la manija para abrir la puerta cuando el seguro fue activado. — ¿Qué quieres Irene?

— No deberías hablarle así a una socia tan importante.— Habló con cierto sarcasmo que hizo a la japonesa morder su propia lengua para no decir todo lo que pensaba. — Supe que habías llegado a Seul y me pareció lindo invitarte a desayunar y quizás después a mi apartamento... Seulgi está trabajando así que estoy libre y aburrida.

Better than Revenge | Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora