Libro #1 [EN EDICIÓN | TERMINADO]
Los líderes de la mafia Tom y Bill Kaulitz, asesinan a la madre de Artemisa y Démeter Sallow. Y ellas, sedientas de venganza, recurren a su padre: Gregory, un hombre muy poderoso... y el peor enemigo de los gemelos...
—¿Ustedes no son de aquí o sí? —le pregunta Kenzo a Artemisa, recorriendo su cuerpo con la mirada llena de lujuria.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aprieto los puños porque aunque el plan de las mellizas de darse a notar fingiendo estar ebrias en medio de Heaven está dando resultados y ahora tienen a su blanco justo frente a ellas, ver y escuchar cómo otro hijo de puta intenta llegar a ella me descoloca.
—Nooo... ¿Se nota mucho? —habla Artemisa alargando las vocales.
Envuelve los brazos alrededor del cuello de Kenzo permitiendo que él coloque las manos sobre su cintura y eso basta para que termine por firmar su sentencia de muerte.
Voy a matarlo.
—Por supuesto —contesta él relamiéndose los labios—. Si fueran de aquí, siendo así de hermosas..., con esos cuerpos..., sabrían que llegarían a parar a manos de alguien como yo.
Suelto el iPad sobre el asiento que muestra el video en vivo. Aparto la mirada, deseando salir de la camioneta para romperle el puto rostro ahora mismo.
—¿Acaso eres alguien malo? —escucho que dice Artemisa—. A mí me gustan los tipos malos.
Suficiente.
Libero mi arma y abro la puerta de la camioneta decidido a ir por él, pero Bill me sujeta de la chaqueta regresándome adentro. Mi cabeza parece estar a punto de explotar y el medidor de mi sed de sangre está vacío. Necesito llenarlo.
—No podemos exponernos —dice Bill forcejeando conmigo.
—No me pongas las putas manos encima, carajo.
—¡Deja de moverte, imbécil! —me ordena—. ¡Recuerda el plan!
Cierro los ojos con fuerza, intentando mantener el impulso de asesinarlo a raya. Acabar con Kenzo es solo la punta del Iceberg. Cuando Artemisa y Démeter asesinen a aquel sujeto —y el hecho de que Sakura esté muerta—, Heaven regresará a nuestras manos.
Y así es como nuestro regreso a Tokio se dará a conocer, los que nos deben más dinero del que podrían conseguir aunque trabajaran toda su puta vida, decidirán salir de sus escondites por sí mismos y entregarse. Formaremos un ejército con las alianzas que llegarán a nosotros puesto que aquí en Tokio todos quieren lo mismo: acabar con Ozuru Yamazaki.
Regreso a la realidad cuando escucho lo que Kenzo le susurra al oído a Artemisa.
—Esta noche serás mía.
Mis ojos se inyectan de sangre y estoy seguro de que estoy fuera de mí cuando noto la forma en que Georg, Gustav y Bill intercambian miradas.
Le quito el seguro a mi arma y apunto directo a la cabeza de Bill, quien no tiene ninguna intensión de querer soltarme.
