13| You will be mine

1.3K 84 10
                                    

Canción en multimedia: Haunted - Chris Grey.



T O M


Los zafiros que tiene por ojos se despegan de mi mirada cuando la arrastro conmigo fuera de la casa de playa. La arena se mete en mis zapatos mientras caminamos hasta llegar a la orilla. Me detengo antes de tocar la arena húmeda y suelto a Artemisa quien inmediatamente se abraza a sí misma.

Se ve indefensa.

Pero no lo es.

Sé que me teme, pero sabe ocultarlo bien. Me reta aunque sabe que puedo asesinarla y no se somete a mí como otras a pesar de saber lo que le espera.

Eso es nuevo.

Recorro su cuerpo con la mirada de arriba hacia abajo, saboreando el hecho de que la falda ajustada que lleva puesta deje a la vista sus perfectas piernas que me vuelan la cabeza todo el tiempo al recordar el coño rosado que esconden entre estas.

Me deshago de mi ropa en un par de segundos sin quitarle la mirada de encima. Sus ojos azules me miran con curiosidad mientras luchan por ocultar el miedo.

—Quítate la ropa —ordeno.

Retrocede y niega con la cabeza. Aprieto los puños. ¿Qué carajos tiene con llevarme la contra todo el maldito tiempo?

—Te la quitas tú o lo haré yo mismo —siseo entre dientes conteniéndome—. Te estoy dando a elegir, eso no pasará muy seguido, diosa griega.

Traga saliva jugando con el borde de su top.

—Desnúdate —la apresuro.

—¿Olvidas que me apuñalaste? —se levanta el top dejándome ver las gasas que cubren el corte—. La herida se infectará.

Frunzo el ceño. ¿De verdad cree que esa excusa sin sentido evitará que haga lo que quiera con ella?

—¿Crees que no sé que lo que tienes sobre los cortes es un apósito?

Esa herida no se infectará si el plástico que lo cubre se mantiene ahí. Ella lo sabe. Y creyó que yo no.

Se da cuenta de lo que ha hecho y cuando intenta echarse a correr, me lanzo sobre ella impactando su espalda contra la arena.

—¡Déjame ir! —pelea en vano cuando la sujeto de las muñecas—. ¡Suéltame!

Se retuerce soltando gemidos de dolor cuando ahueco sus mejillas con una mano.

—No hay una sola cosa en el mundo que te suceda o puedas hacer que yo no llegue a saber, Artemisa. Sé todo sobre ti, incluso lo que piensas. Nunca podrás hacer algo a mis espaldas sin que yo lo sepa. ¿O crees que no sé que no te acostaste con Francesco esa noche?

Sus ojos azules, confundidos, aturdidos, llenos de miedo, empiezan a humedecerse. Sonrío de lado a lado casi logrando escuchar las cientos de preguntas que inundan ahora mismo su cabeza.

No fue difícil averiguar la preferencia de gustos del italiano teniendo en cuenta que tuvo un desliz con Nathan —uno de mis mejores hombres, a quien Ozuru asesinó y colgó del túnel en el Underground como declaración de guerra.

Disfruté ver su rostro sufrir en silencio al imaginarse que tendría que acostarse con alguien en contra de su voluntad y ahora disfrutaré ver su rostro aterrado cuando esté acabando con su vida.

—Ahora, quítate la puta ropa.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Darkness feel like hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora