Libro #1 [EN EDICIÓN | TERMINADO]
Los líderes de la mafia Tom y Bill Kaulitz, asesinan a la madre de Artemisa y Démeter Sallow. Y ellas, sedientas de venganza, recurren a su padre: Gregory, un hombre muy poderoso... y el peor enemigo de los gemelos...
•.,¸,.•*¯'•.,¸,.•*╾━╤デ╦︻•.,¸,.•*¯'•.,¸,.•* Advertencia de contenido explícito (+18) en este capítulo. •.,¸,.•*¯'•.,¸,.•*╾━╤デ╦︻•.,¸,.•*¯'•.,¸,.•*
❦ A R T E M I S A ❦
Me remuevo incómoda sobre el asiento. Mi cuello duele y no es para menos. No sé cuánto tiempo he dormido en esa posición incómoda.
Me deshago del cinturón de seguridad para ponerme de pie. Camino directo a una mesa de metal que tiene encima una cafetera, tazas y una botella de lo que parece ser whisky.
Analizo todo, decidiendo servirme un poco de agua en una taza, dispuesta a tomar café. Pero la tentación termina ganando, así que dejo a un lado la taza y me sirvo un poco de whisky en un vaso de cristal.
Realmente lo necesito.
Me llevo el vaso a los labios y como si el destino quisiera sabotearme, el jet se mueve de un lado a otro, haciéndome tambalear. Estoy a punto de caer de bruces, pero un par de brazos me rodean. De inmediato el aroma a tabaco llega a mis fosas nasales y entonces mi corazón se detiene.
No necesito verlo para saber de quién se trata.
—¿Estás ebria en medio de un viaje de negocios?
Sus ojos marrones conectan con los míos y cuando su aliento choca contra mi rostro, me doy cuenta que si hay un ebrio aquí, definitivamente no soy yo.
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Su mirada luce oscura debajo de la bandana color negro que lleva puesta. Su mandíbula marcada y el piercing en su labio llaman mi atención, pero vuelvo en sí cuando recuerdo lo que acaba de decir.
¿Quién demonios cree que soy?
Aprieto los dientes y antes de caer en cuenta sobre lo que estoy haciendo, mi mano sujeta la taza con agua caliente para lanzar el contenido directo a su rostro.
Mierda.
Al instante cierra los ojos y se restriega la mano por la cara. Mi corazón late con fuerza y cuando tengo sus ojos marrones sobre los míos otra vez, decido lanzarme a correr, pero poco puedo hacer al respecto antes de que me envíe directo al suelo al empujarme con ambas manos.
Llevo una mano hacia mi trasero sintiendo el dolor del impacto. Regreso la mirada a él, descubriendo que sujeta una botella de whisky y dos vasos de cristal. Esboza una sonrisa burlona al verme al mismo tiempo en que se dirige hacia uno de los asientos en donde se sienta sin mirarme.
—¿Esperas una invitación para ponerte de pie o qué carajos? —espeta llenando de alcohol ambos vasos.
Aprieto los dientes incorporándome. Limpio mis pantalones, decidida a encerrarme en el cuarto de baño lo que reste del vuelo, pero su voz me detiene.
—Si no quieres que vuelva a enviarte al suelo es mejor que vengas aquí ahora.
Suelto una risa seca por lo bajo, girando hacia él.
