O2| Training

2.3K 95 4
                                    

—Les explicaré lo que haremos a partir de ahora.

Quisiera que existiera otra manera de vengarnos de los responsables de la muerte de mamá, pero lamentablemente no la hay y no tenemos otra opción además de unirnos a la persona que dio inicio a este infierno mucho antes de que naciéramos.

Démeter y yo tomamos asiento una vez más.

—Dos de los mejores hombres de Alberic se encargarán de entrenarlas. Les enseñarán a pelear, a conducir y a disparar. De ellos aprenderán todo en cuanto a defensa personal y sobre correr autos. Si logran aprender bien, no habrá problema alguno cuando el plan se ponga en marcha, nadie podrá tocarlas y ganarán el respeto de todos.

El respeto de todos...

»Deben conocer este mundo, deben aprender a moverse en él, por eso esta noche las llevaré a Alien. Las presentaré con algunos clientes y jugarán con ellos en el casino. ¿Saben jugar póker?

—Espera —lo detengo, intentando entender todo—. ¿Clientes de qué? ¿Qué tipos de negocios tienes con ellos?

—Son hombres con mucho dinero. Les vendo armas, drogas y mujeres en su mayor parte.

La expresión en el rostro de Démeter lo dice todo. Todo esto es nuevo y el solo hecho de escuchar el tipo de negocios en los que tendremos que adentrarnos para lograr ser fichas importantes, hace que me estremezca, pero no pienso permitir que eso me detenga.

No ahora.

—Escuchen, este mundo es crudo, mucho a decir verdad —empieza a decir, poniéndose de pie para llenar un vaso de cristal con alcohol—. Así que deben empezar por evitar sorprenderse de todo lo nuevo. Después de todo, este se convertirá en su mundo por tiempo indefinido. Es mejor que se acostumbren.

La tranquilidad con la que lo dice confirma lo que en algún momento pensé: no le importó nunca dejarnos, el dinero siempre estuvo un puesto por encima de nosotras en su lista de prioridades.

Ni siquiera sé si por lo menos estuvimos dentro de esa lista alguna vez.

—Las presentaré como Artemisa y Démeter McQuoid. Nadie debe saber que son mis hijas, absolutamente nadie. Si llegasen a saberlo, todo se arruinará —explica tomando asiento nuevamente—. Nacieron en Inglaterra y viven en Paris desde hace tres años.

Asentimos.

—Heredaron todo de Hera McQuoid, quien tenía negocios y aliados en Europa. Ella murió en un desafortunado encuentro con enemigos y por eso, desde hace tres años, ustedes decidieron mudarse e instalar su imperio aquí porque ella era francesa para honrar su memoria.

»Artemisa, serás dueña de Sunrise, uno de los clubes nocturnos en el centro de la ciudad. Démeter, tú serás dueña de Nights. Los Kaulitz no tienen idea que esos clubes me pertenecen. Los pondré a su nombre.

Mi cabeza intenta entender la cantidad de información que Gregory suelta por segundo. ¿Cómo es que pasé de ser una universitaria de Londres a ser dueña de uno de los clubes del líder de la mafia en Francia?

—Les daré una mansión a las afueras de la ciudad y solo permitirán que sus jefes de seguridad ingresen. Nadie más. Esa será su coartada. Levi y Amir, los mejores hombres de Alberic, serán sus jefes de seguridad. Levi será el de Artemisa y Amir el tuyo, Démeter. Ambos les enseñarán a correr autos, deberán aprender muy bien porque el mundo en el que los Kaulitz se mueven es básicamente en las carreras ilegales.

»Si quieren captar su atención, deben aprender a correr y deben hacerlo bien. El plan comenzará dentro de tres meses, tiempo suficiente para que aprendan todo lo que deben saber. ¿Preguntas?

Ambas negamos con la cabeza, aunque muy dentro de mí siento que no he entendido nada y que todo esto solo se trata de una pesadilla. Pero por supuesto no lo es. No pensé encontrarme antes en esta situación, en una en la que tengo que actuar como alguien que no soy, cambiando incluso mi propio apellido.

A partir de ahora seré Artemisa McQuoid, sin padres, dueña de un club nocturno clandestino y una mansión a las afueras de la ciudad.

Darkness feel like hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora