✩ T O M ✩Nunca antes había tenido pesadillas, ni siquiera después de torturar a alguien, mucho menos al ver cuerpos mutilados por mí mismo. Pero ahora todo lo que me rodea es oscuridad, una oscuridad que parece no querer soltarme jamás.
Estoy perdido.
Observo a mi alrededor, pero no logro ver nada más que no sea niebla, niebla densa que se encarga de erizarme la piel. No puedo respirar con normalidad y mi cuerpo se siente más cansado de lo normal. Estoy dentro de lo que parece ser una cueva.
Bajo la mirada a mis manos al sentir un cosquilleo, pero no las encuentro, tampoco tengo brazos, no tengo... nada. Contengo la respiración intentando mantenerme a raya inútilmente. Todo este tiempo creí que la niebla quería llevarme consigo, pero ahora me doy cuenta de que yo soy esa maldita niebla.
Es oscuro, frío, destructor. Mi cuerpo -o lo que queda de el- choca contra una de las paredes de la cueva haciéndola añicos, derribando piedra por piedra el lugar en el que me refugiaba. Me aparto como puedo buscando una salida, pero no la hay.
Nunca ha existido una.
Mi cuerpo se mueve de un lado a otro desesperadamente buscando por dónde salir, buscando ser lo que era antes y cuando abro los ojos, empiezo a ahogarme.
—Bienvenido a la vida, hermano —Gustav me recibe sujetándome por los hombros, bajo la mirada descubriendo que tengo un maldito tubo atravesado en la garganta—. Te quitarán esto, intenta respirar.
¡¿Respirar?! ¡¿Que acaso no me está viendo?!
Escucho la puerta abrirse y a Gustav vociferar órdenes seguido por Georg quien aparece a mi lado junto a un tipo que nunca antes he visto.
—Es bueno verte con vida —habla Georg.
—Aguante la respiración, señor Kaulitz —me dice el hombre japonés antes de tirar del tubo por completo haciéndome toser como loco.
Intento inclinarme para recuperar el aliento, pero el dolor en mi abdomen me detiene abruptamente.
Carajo.
Aprieto los dientes subiendo la bata que tengo puesta, descubriendo gasas y vendas rodeándome todo el estómago como si... Los recuerdos regresan a mí mareándome como la mierda.
Me dejo caer sobre la almohada mirando el techo blanco mientras el médico me inyecta algo que no sé qué es, pero que al poco tiempo alivia el dolor que sentía, disminuyéndolo hasta volverlo casi imperceptible.
Mi cabeza empieza a doler cuando recuerdo por qué salí a buscar mi propia muerte. La desesperación de saber que he jodido todo me exaspera, mi pecho sube y baja con rapidez por milésima vez mientras me obligo a olvidar sus zafiros llenos de lágrimas que no hacen más que torturarme.El médico coloca la luz de una linterna sobre mis ojos cegándome por un instante. Me remuevo incómodo.
—Señor Kaulitz, ¿puede decirme cuánto tiempo cree que ha estado inconsciente?
—¿Qué? —la sorpresa se expande por todo mi rostro que a juzgar por las muecas que hacen Georg y Gustav, saben que no es algo bueno—. ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?
No recuerdo un carajo.
Recuerdo haber estado en Francia, haber planeado una trampa para hacer caer a Ozuru después de su declaración de guerra, recuerdo haber llegado a Tokio y haber destruido a la mujer de ojos azules que me vuelve loco, y recuerdo también haber buscado mi propia muerte.
Los sollozos de Artemisa regresan a mi cabeza, su voz, sus gemidos de dolor, todo vuelve a mí de pronto. Le había dado una maldita lección, entonces ¿por qué me siento tan jodidamente culpable? ¿Qué está mal conmigo?
Esperaba sentir satisfacción, esperaba saciarme después de lo que hice con ella, pero resultó ser todo lo contrario.
Quería arrancármela de la cabeza, quería escapar de lo que sentía, pero no pude huir, fallé en el intento porque el maldito remordimiento me acompañó durante toda la noche en la que desaté un asesinato en masa.
Esperaba desaparecer esa sensación de vacío de mi pecho con esas muertes, pero no funcionó. Sus ojos azules quedaron impregnados en mi mente. El recuerdo me torturó durante horas hasta que desperté aquí. No recuerdo más.

ESTÁS LEYENDO
Darkness feel like hell
FanfictionLibro #1 [TERMINADO] Los líderes de la mafia Tom y Bill Kaulitz, asesinan a la madre de Artemisa y Démeter Sallow. Y ellas, sedientas de venganza, recurren a su padre: Gregory, un hombre muy poderoso... y el peor enemigo de los gemelos. Nada es lo q...