Libro #1 [EN EDICIÓN | TERMINADO]
Los líderes de la mafia Tom y Bill Kaulitz, asesinan a la madre de Artemisa y Démeter Sallow. Y ellas, sedientas de venganza, recurren a su padre: Gregory, un hombre muy poderoso... y el peor enemigo de los gemelos...
Abro los ojos quejándome por el dolor de cabeza que tengo. No sé dónde estoy y tampoco recuerdo lo que sucedió, pero no le toma mucho tiempo a mi consciencia volver en sí.
¿Dónde estoy? ¿Dónde está Artemisa? ¿Dónde están Amir y Levi?
Me pongo de pie con rapidez, descubriendo que estaba sobre una cama. Una hermosa habitación es lo que me recibe, rodeada de paredes relucientes y baldosas impecables.
La luz ingresa por las cortinas haciéndome saber que tal vez no ha pasado tanto tiempo como pensaba. Decidí atacar el Underground por la mañana, cuando muy pocas personas se encontraban dentro. No quería hacerle daño a nadie que no lo mereciera.
Tal vez solo han pasado un par de horas desde entonces.
Recorro el lugar con la mirada dando un brinco sobre mi lugar al notar la presencia de alguien más. Bill se encuentra recostado sobre una de las paredes al fondo de la habitación, observándome en silencio. Sus ojos se ven mucho más oscuros debido al maquillaje que tienen alrededor.
Es como si de un espectro demoniaco se tratara. Su rostro perfectamente marcado al igual que sus facciones me hipnotizan por un segundo. Pero vuelvo a la realidad cuando camina con lentitud hacia mí, como si quisiera apreciar cada detalle de mi cuerpo. Se planta a un metro de distancia, esbozando una sonrisa a medias.
Creo que intenta lucir amable, pero el hecho de que me haya estado observando como un demente por quién sabe cuánto tiempo y que mida casi dos metros, no ayuda mucho.
—Bienvenida —es lo primero que dice.
—¿Dónde está mi hermana?
Ríe un poco, acercándose por completo. Su aroma me invade, haciéndome descubrir que el olor a tabaco es definitivamente algo que no desearía volver a oler en mi vida. Tengo que estirar el cuello hacia arriba para lograr verlo, es muy alto. Se inclina un poco hacia abajo, apartando un mechón de cabello de mi rostro. Mi cuerpo tiembla y no sé qué es lo que debo hacer.
¿Gritar? ¿Correr? ¿Intentar escapar? ¿Qué se supone que haga?
—Ella está bien —responde en voz baja, tomando mi barbilla—. ¿Cómo estás tú?
Su tacto causa que una corriente de una sensación nueva me recorra por completo. Trago saliva, dando un paso hacia atrás para librarme de su agarre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Estoy bien.
—No parece ser así. Estás temblando —dice analizando mi cuerpo—. ¿O es que soy yo quien te hace temblar?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
