O6| Phase two

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Tom desaparece entre la multitud que se hace a un lado para darle paso, como si todos temieran cruzarse en su camino y perder la cabeza. No dudo que esa sea una de las consecuencias.

—Es hora de irnos —engancho mi brazo con el de Démeter.

—Lo logramos, ¿verdad? —me pregunta cuando empezamos a caminar—. Es decir, casi morimos, pero es un buen avance.

—Lo es —la reconforta Levi—. Se lo informaré a...

—Este no es un buen lugar para chicas como ustedes —irrumpe una voz extraña.

Su acento es extraño, similar al de Satoru. Ambos deben ser japoneses.

Giro para encontrarme con una mujer de rasgos asiáticos, delgada, con ojos oscuros y cabello negro. Su sonrisa es reluciente y al caminar balancea sus caderas de lado a lado sutilmente. Es preciosa.

Se me planta en frente dejando que la enorme cola de caballo le caiga por uno de sus hombros. El vestido diminuto se ajusta a cada una de sus curvas.

—¿De qué hablas?

—No lucen como las chicas que pertenecen aquí... Ninguna de las dos —aclara, dándole una mirada rápida a Démeter, quien se posiciona a mi lado.

Recorro el lugar con la mirada, encontrando a las mismas mujeres que vi al principio siendo sujetadas de la cintura por algún hombre, algunas usan vestidos ceñidos y otras ropa minúscula, sin dejar mucho a la imaginación. Ninguna está sola, todas parecen pertenecerle a alguien, incluso las mujeres que vi hace una hora completamente solas ahora no lo están más.

Sí. No pertenecemos aquí.

Regreso la mirada a la mujer desconocida.

—¿Te importa si pertenecemos o no a este lugar? —me cruzo de brazos—. Si es así, eso te convierte en la primera.

—Me recuerdan a alguien, es todo —se encoge de hombros, para luego señalar con la barbilla el túnel oscuro—. Vi lo que hicieron allá. Son buenas.

—Gracias.

—Ser buena no siempre es algo bueno —aclara haciendo una mueca—. Al menos no en el Underground. Atrajeron las miradas de todos al ganarle a Satoru Yamazaki. Están en la mira a partir de ahora, sobre todo tú —me mira.

—¿Yo?

—Sí, fuiste tú quien llegó primero a la meta. Tom no te dejará ir y Satoru deseará tenerte en su organización. Estás marcada.

Marcada...

La palabra se repite en mi cabeza.

Lo que la desconocida dice es verdad. Satoru intentó llevarme consigo y Tom lo impidió. Estoy en deuda con él e indirectamente me tiene bajo su poder. ¿Qué piensa hacer conmigo?

«Tal vez así todo lo que vas a vivir a partir de esta noche será más fácil», las palabras del gemelo malévolo hacen eco.

¡Mierda!

—El Underground tampoco parece ser un buen lugar para chicas como tú —le digo mientras intento apartar el mal sabor en mi boca—. ¿Quién eres?

—Soy Kimiko Yoshida, la conductora que hasta hoy llenaba los bolsillos de los Kaulitz con dinero antes de que Tom te obligara a correr —me ofrece su mano—. Un placer.

—Artemisa McQuoid —estrechamos manos.

—Y yo soy Démeter, su hermana.

Mi melliza estrecha su mano también y cuando Kimiko regresa a su lugar, logro ver en su mirada que parece estar muy cómoda a pesar de encontrarnos en donde estamos y eso me causa intriga. Parece que no le pertenece a nadie aquí, al menos no sexualmente como el resto de mujeres en el Underground.

Darkness feel like hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora