Darkness feel like hell

21| Lethal [Part I]

Canción en multimedia: Him & I - G-Eazy ft. Halsey

[CUATRO DÍAS DESPUÉS]

❦ A R T E M I S A ❦

Tengo a Levi frente a mí después de cuatro días desde que aterricé en Tokio.

Al fin puedo ver un rostro conocido.

Desde lo que sucedió con Tom en Heaven, lo único que he podido ver han sido las cuatro paredes de la habitación en la que me encerraron desde entonces. Un hombre de nombre desconocido y rasgos asiáticos es quien se encarga de traerme una bandeja con comida junto con medicamentos cada ciertas horas.

No he visto a los Kaulitz, mucho menos a Georg o Gustav. Y ni qué decir de mi hermana, no sé nada sobre ella. La echo de menos.

He intentado preguntarle al hombre desconocido dónde se encuentra el resto o al menos quién es él, pero habla en su idioma natal y eso impide que podamos comunicarnos.

Algo me dice que finge no entenderme, pero decido pasarlo por alto. No tengo fuerzas para pelear.

Aquel hombre no ha permitido que salga de la cama en la que me encuentro, suelta palabras que no entiendo, señalando una hoja de papel en la que se leen indicaciones del médico escritas en mi idioma.

«Descanso absoluto».

Ver esa nota me sorprendió. De hecho, saber que recibí atención médica fue lo más impactante de todo. No esperaba recibir algún tipo de cuidado después de lo que Tom hizo conmigo. Mi corazón duele al recordar esa noche.

Duele, duele mucho.

Pero no solo duele físicamente, también duele el golpe de realidad que me envolvió después de lo que me hizo. Tom logró hacerme recordar quién es él realmente.

Es un monstruo, un maldito psicópata al que no le importa nadie más que él mismo. No le importó dañarme, no le importó llevarse lo poco que me quedaba, no. Me quitó todo, me dejó sin nada y simplemente... se fue.

Me desechó.

Debería sentirme feliz, debería brincar en un pie aplaudiendo de felicidad al saber que me liberó de sus cadenas, pero no siento ni felicidad, ni gozo... No siento nada, solo tristeza.

¿Por qué? No lo sé. Y siendo sincera, no estoy dispuesta a averiguarlo porque temo hallar la respuesta.

—Supe... lo que sucedió —dice mi amigo en voz baja al sentarse en la orilla de la cama.

Aparto la mirada descubriendo que resulta ser más entretenido ver una pared llena de humedad que afrontar esta situación dolorosa.

—Lo siento mucho.

Mi estómago se revuelve mientras un nudo se instala en medio que parece intentar tragarme entera. No sé en qué momento me convertí en esto y tampoco sé cuál fue el momento exacto en el que mi vida se fue al carajo, pero deseo con todas mis fuerzas que nada de esto hubiera pasado.

Deseo arrancarme su mirada de la cabeza, arrancarme su toque, su voz, su risa que es capaz de traspasar hasta llegar a mis huesos...

No sé cómo pasó, pero Tom Kaulitz cumplió una de sus promesas. Una promesa que solo conocemos él y yo, que solo los dos sabemos cómo se siente.

Suspiro con pesadez regresando la mirada a Levi, quien posa su mano sobre la mía y la acaricia suavemente. Hace mucho no sentía algo de  afecto, hace mucho nadie me tocaba con esa delicadeza, hace mucho que no.