Heridas

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Dilan, asustada, se acercó a Baran tras su rechazo, ella le había herido. Y a su mente llegó un fragmento inconexo de cómo ella clavaba una daga en el pecho de su esposo, vió su sangre, y cómo ella, arrepentida, lo curaba mientras él estaba inconsciente en una solitaria cabaña.

-Baran, yo... ¡te apuñalé! ¿Pero que clase de monstruo soy?.- él se fijó que su rostro se contorsionaba del sufrimiento por ese recuerdo, y su instinto de protección pudo más que su dolor, pese a que ella había atravesado sus defensas un momento antes.

-Eso pasó hace mucho tiempo. Y tuviste tus razones que aún no voy a explicarte.- desvió la mirada, no podía hablarle de esos motivos. Ella le hirió por un miedo inculcado por su abuela a que él cumpliese con sus derechos de esposo. Él cogió su rostro con dulzura, e intentó tranquilizarla.- De ese momento, siempre guardaré en mi corazón tus cuidados. Por primera vez, desperté cerca de tu rostro, te habías pasado la noche en vela pendiente de mí.

-Oh! Baran nunca podré perdonarme, te herí... -y ella, de forma impulsiva se acercó a su pecho y le tocó con ternura la zona donde le apuñaló. Y de nuevo derribó sus defensas, pero esta vez, cogió su mano para evitar que siguiera tocándole. Iba a notar su corazón desbocado.

"El puñal más doloroso me lo clavaste cuando escapaste de mí..." pensó con tristeza infinita mientras se perdía en su rostro inocente que tanto había amado.

-Tenemos un pasado que no puedes recordar, pero ahora, tenemos que centrarnos en tu recuperación. Cuando regrese tu memoria, llegarán las explicaciones.- "y la venganza" no pudo evitarlo. Ella le había herido de muerte.

Dilan, desvió la mirada hacia la noche de Mardin, había hecho daño a ese hombre de ojos mágicos que la miraban con fuego. Pero que hacían saltar su corazón...

Si al menos pudiera tener sus recuerdos...

Volvió la mirada a su esposo, y éste pudo ver reflejada la mítica terquedad de "ella", no iba a dejarlo pasar, lo sabía. La conocía. O eso creyó...

-Esta bien, Baran Karabey, nada de explicaciones del pasado hasta que mis recuerdos vuelvan... -él la miró con recelo, sabía perfectamente que su esposa se las iba a seguir pidiendo, pero le intrigaba qué es lo que tenía en mente.- Te propongo... un nuevo comienzo. Para los dos. Crearemos aquí, en Mardin, nuevos recuerdos que sí se quedarán grabados aquí.- y dirigió su mano al pecho.- ¿qué te parece?

Y Baran, de nuevo notó una patada en el estómago. Enfrente de él, con la tenue luz del porche, y las estrellas reflejando la bonita ciudad escarpada en el horizonte, su esposa volvió a convertirse en la adorable hada del bosque que le había cautivado esta mañana.

Magia.

"Ella" siempre fue capaz de crear ese anhelo.

Cambió todo su mundo. Su luz fue capaz de arrasar con toda su oscuridad Y ahora, se proponía hacer lo mismo pese a su estado tan vulnerable. Inconscientemente, le estaba pidiendo una nueva oportunidad.

Él la miró con intensidad. Y descolocó a Dilan cuando le tendió la mano para que ella le estrechara la suya y así sellar el pacto.

-Esta bien, Dilan Karabey. Acepto este nuevo comienzo. Pero con una condición. No volverás a hablar del pasado. Empezamos de cero.

Y ella esbozó una sonrisa de campanillas.

-Esta bien, Baran Karabey. También acepto este nuevo comienzo. Pero con una condición. Mi propósito es volver a hacer que te enamores de mí.- dijo mientras le regalaba una inmensa sonrisa que tanto había echado de menos.

Un escalofrío recorrió la nuca de Baran. Pese a todo el daño que venía dispuesto a hacerle. Pese a los meses de angustia y tristeza, y pese al odio que le había corroído por dentro, nunca, jamás, había dejado de amarla.

KaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora