Kerem contempló el perfil de Seher. Apenas se habían dirigido la palabra desde que habían salido de Mardin. Esa mañana, cuando la vio aparecer en el patio de la Mansión le dejó sin aliento. Llevaba un vestido largo de flores amarillas, un bolso color crema y unas sandalias de esparto pero su salvaje cabellera morena suelta enmarcaba su rostro con ceño fruncido. Estaba preciosa. Y sabía que se estaba metiendo en problemas. Ella no estaba feliz de verle. Y sabía que sonsacarle información no iba a ser tarea fácil.
Su único consuelo era saber que Baran y Dilan iban a disfrutar de un día para ellos solos. Y por las estrellas, él sabía cuanto lo necesitaban. Mientras, él... debía lidiar con la terquedad de esa mujer.
-Hace un día soleado.- dijo tratando de entablar una conversación civilizada.
-Si, estupendo.- él notó la ironía pero decidió tirar de paciencia.
-Hace mucho tiempo que no voy a Midyat. ¿Lo frecuentas mucho?.- la escuchó suspirar. Y no pudo evitar sonreir. Imaginaba que su interior bullía de furia. Y en su cabeza se inició una cuenta atrás... estaba a punto de presenciar su enfado...- Imagino que sí, ya que está cerca de Mardin y sus productos son de primera calidad, por eso vamos hoy, verdad?
Ella le miró. Él la miró
Tres... Dos... Uno...
-¿Te estas burlando de mi? ¡Tú y yo sabemos que ninguno de los dos queremos ir a Midyat juntos! Asique deja de hacer el patético intento de entablar una intranscendente conversación cuando los dos sabemos que no nos soportamos.
Y él, se echó a reir. Lo que lógicamente le sentó fatal. Ese... hombre... Ese... cenutrio... el muy... condenado... le divertía todo ésto... su interior era un ascua viva de frustración. Verle esta mañana con unos vaqueros, sin traje ni corbata y con varios botones de su camisa blanca desabrochados, la puso cardiaca. Hasta entonces, él había ido siempre trajeado porque estaba cumpliendo con su deber con Baran. Pero esa mañana... Era la primera vez que podía admirar... quería decir... contemplar su ancho torso sin americana y la atracción por él crepitó de forma escandalosa. Y ella no podía soportarlo.
Asique hizo lo mejor que podia hacer. Gruñirle.
-Para tí es divertido hacer la excursión a Midyat, y de paso reirte de esta pobre pueblerina ¿verdad? Sin embargo, para mí consiste un importante logro poder manufacturar mis dulces aquí. Se que mi economía te importa un higo, porque tu eres el señor de la gran ciudad con numerosos billetes en la cartera, pero yo, solo soy una humilde campesina que trabaja la tierra y de vez en cuando consigue vender sus dulces para poder ganarse decentemente el pan. Y si, para colmo, soy mujer y estoy sola en el mundo. Solo tengo a Dilan, y ella pronto se marchará al lugar donde pertenece, como debe ser.
Kerem, con el corazón latiendo fuerte, paró el coche en un entradero de una tierra de olivos. Seher le había descrito una pincelada de lo que era su vida con dureza. Pero a él... le derritió el corazón.
-Baja del coche.
Seher lo miró como si estuviera loco.
-He dicho que bajes.- dijo mientras él salía por la puerta y la esperaba en medio del olivar.
- ¿Se puede saber que te pasa? Debo llegar a esa reunión. ¿Acaso no te he dejado claro lo importante que es para mí?.- él contempló la belleza de esa mujer. Y en dos zancadas se acercó a ella. Nunca se había comportado de forma impulsiva. Pero él ya no era el tranquilo Kerem. Se había convertido en otra persona.
Por ella.
Oirle decir que estaba sola en el mundo fue incapaz de soportarlo. Y aún no entendía porqué le habia dolido tanto. Asique por primera vez se dejó llevar por los impulsos que ella le provocaba. Y se acercó peligrosamente a ella. Sin tocarla y con los puños apretados. Porque deseaba abrazarla de forma desesperada, pero sabía que ella rechazaría cualquier contacto físico con él. E intuía que ella era capaz de hacerle morder el polvo si se atrevía a tocarla. Recordaba demasiado bien aun su rodillazo y su mordisco.

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Kader
RomanceEn lo más profundo de la antigua Mesopotamia, aún se arraigan eternas historias de amor infinito y el destino para los amantes, siempre es el mismo, la búsqueda de su amor por las montañas mágicas de Mardin. Esa poderosa magia espera a ser despertad...