4.

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Visenya

Solo abrí los ojos cuando Rhaenyra se sentó en la cama y me acarició la frente.

-Te estuve esperando en el anuncio del compromiso de Jacaerys.

Suspiré y me incorporé volviendo a dejarme envolver por el aroma de Aegon.

-Lo siento- puse los ojos en blanco- pero esa Lannister me pone…

-Es una alianza- me interrumpió ella esbozando una sonrisa- la misma que tú deberías mantener con Aemond para que no volvamos a sumergirnos en una guerra.

-Aemond no provocaría una guerra…-susurré.

Mi madre sonrió con ironía y se puso de pie.

-Has tenido al dragón dormido, intenta mantenerlo así, por el bien de todos.

-¿Quieres decir que mi estancia aquí ha terminado?

-Quiero decir que tú fuiste la que decidiste casarte con Aemond, y por mucho que llores desconsoladamente por el usurpador de mi hermano, siempre te dije que debiste casarte con Jacaerys y dejar a esos dos atrás- se encogió de hombros- no me hiciste caso, y por suerte o desgracia tu destino lo forjaste tú sola.

-No me arrepiento de haberme casado con Aemond si eso es lo que insinuas.

Las dos nos miramos en silencio, pero fue mi madre la que rompió el silencio.

-Entonces envíale una misiva a tu esposo para que venga a por ti.

-Te iba a ayudar con la piedra de la resurrección, madre- rápidamente me puse de pie- mañana viene la bruja y…

-¿Para qué tanto interés?- elevó la ceja con desconfianza.

Tragué saliva.

-¿Crees que yo no quiero ver de vuelta a Luke?

Sus ojos me miraron durante un largo rato, y al final abrió los brazos dejando que yo me acomodara entre ellos aliviada de que creyera mis palabras.

-Volveremos a tenerle aquí…-susurró con la voz quebrada- moveré cielo y tierra para encontrar esa piedra de la resurrección.


Blue

Lancé la piedra contra la pared mientras miraba la herida de mi muslo a causa de su calor. ¿Qué diablos era esa piedra?

Mi hermano se había ido a la taberna y como de costumbre, tras quedarme sola, me acurruqué en la cama adolorida y cogí aire mirando el techo de madera.

¿Qué pensaría madre de todo esto?

Cerré los ojos intentando así que al quedarme dormida el dolor disminuyera, pero la puerta se abrió de golpe y Yara se lanzó encima de mi soltandome un fuerte quejido de dolor.

-He visto a tu hermano irse y he venido a contarte algo.

La empujé apartandola de mi y provocando una carcajada de su parte. Pero ese gesto solo la hizo desviar la vista hacia la piedra que aún brillaba en el suelo.

-¿Qué es esto?- preguntó gateando hasta agarrarla entre sus manos.

Observó la piedra con detenimiento mientras yo me incorporaba haciendo muecas de dolor y frunció el ceño acercándose a la ventana para mirar con más claridad.

-Esto es…-murmuró más para sí misma que para mí- es un corazón.

Me levanté de la cama y le arrebaté la piedra para observarla.

-¿Dónde la encontraste, Blue?¿Sabes lo valioso que es esto?

Me encogí de hombros.

-Tú eres la bruja, ilumíname con tus conocimientos.

-" Una piedra por una vida"- recitó alejándose de mí y sentándose en mi cama- "la piedra forjada del primer fuego arrojado por un dragón resucitará el alma del primer hombre si así se desea, ningún alma quedará atrapada en el otro lado bajo el conjuro de esta piedra. Una piedra por una vida. Una vez. Sin camino de retorno. Y el milagro más buscado de toda una eternidad se perderá"

La miré boquiabierta.

-¿Esto puede resucitar a la gente?

-¿Acaso no me has escuchado?- Yara puso los ojos en blanco- solo a una persona.

-Pero…

-Guárdala- me interrumpió- hay gente capaz de matar para tenerla en su poder.

Abrí los ojos como platos y se la lancé.

-Entonces no quiero saber nada de ella.

Yara la miró de nuevo hipnotizada con su singularidad.

-Si pudieras resucitar a alguien…¿A quién resucitarías?

-Mi madre- contesté sin duda alguna.

Yara esbozó una ligera sonrisa.

-Nunca prives a nadie del descanso eterno, Blue- me señaló con la piedra y me la volvió a lanzar.

La cogí al vuelo.

-Me pones los pelos de punta cuando te pones a hablar así.

Ella se rió y dejó caer su espalda en la cama antes de cambiar de tema.

-Me han convocado al castillo.

-¿A ti?- la miré asombrada.

-Bueno, a mi madre, pero como se ha puesto enferma, me toca ir a mi en su lugar- suspiró- me pone los pelos de punta ese lugar.

Sonreí. Por cosas como estas era mi mejor amiga.

-Hoy en el bosque he visto a un Targaryen-confesé.

Yara se incorporó y me fulminó con la mirada.

-¿A cuál de todos?

Me encogí de hombros.

-Era intimidante, Yara, se me ponen los pelos de punta solo de recordarlo.

Mi amiga en cambio levantó una ceja sin dejar de mirarme.

-¿Atractivo?

-¿Crees que me dió tiempo a fijarme en eso con el miedo que tenía?

-¿Te hizo algo?

-Me dijo que me fuera- guardé la piedra bajó el colchón- y como comprenderás seguí sus órdenes al pie de la letra.

-Osea que las rojeces que veo en tu piel son de tu hermano…

Me cubrí los brazos con rapidez y aparté la mirada de la de ella.

-No ha sido nada, casi ya no me duele.

-Puedo echarle un mal de ojo, solo tienes que pedirlo.

-Es mi hermano, Yara, no quiero que le hagas nada malo- me senté junto a ella y me cubrí el rostro con las manos- solo necesito que entienda que no puedo cumplir sus expectativas. ¿Como voy a acercarme a un Targaryen o a alguien adinerado?

-¿Quieres ir mañana conmigo a palacio y ver si…

-No gracias- la interrumpí- no quiero encontrarme con un dragón o a saber qué más cosas.

Yara sonrió apartandome las manos del rostro para que la mirara.

-Olvídate entonces de las peticiones y exigencias de tu hermano- tiró de mi mano y nos pusimos de pie.

-¿Tienes algo en mente?- pregunté dejándome llevar por ella al exterior de la cabaña.

-Vamos a comer pasteles en los puestos que hay cerca del castillo.

-¿De arándanos?

-Que así sea.

Caminamos muy ajenas a que no muy lejos de nosotras, alguien encapuchado nos observaba detenidamente.

La semilla del dragón. (Segunda parte). AEMOND TARGARYEN 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora