Esperaba en las afueras del laboratorio de química a la hora de salida de Soo-hyun. Dentro de unos pocos minutos sonaría la campana del segundo receso y le tenía un presente a la bajita como muestra de mi agradecimiento por ser el soporte principal en este momento de mi vida. Además, le tenía buenas noticias de Woo-hee que le van a gustar escuchar.
Tamborileo con mis dedos la caja blanca con un lazo negro que tengo entre manos mientras que mi mirada está puesta en el gran reloj de pared que está a unos metros de mí. Luego, centro mi mirada en el interior de la clase de química, donde veía a Soo-hyun, vistiendo la bata blanca con los lentes de protección y guantes de látex, mezclando peróxido de hidrógeno con levadura junto a Songyi. Esta última se emocionó con la reacción química que hubo mientras que la castaña sonrió de lado y apuntaba en su ficha química la reacción que obtuvieron.
Mediante mis clases de anatomía con Soo-hyun, me he dado cuenta que el cuerpo humano es la mejor herramienta y el peor traidor que el alma puede tener. Por un lado, es la mejor herramienta porque, gracias a que tenemos un cuerpo, podemos sentir a través de nuestros cinco sentidos, y el más importante es el tacto. El contacto humano es nuestra primera forma de comunicación: tranquila, seguridad y confort es lo que siento cuando puedo entrelazar mi mano con la de Soo-hyun a pesar de que ella pueda estar distraído; o incluso el roce de mis labios en su mejilla suave, donde mi nariz también aprovecha para captar su aroma dulce y guardarlo en mi memoria. Sin embargo, por el otro lado, también es un traidor en el sentido de que es la fuente para que personas como Soo-hyun se den cuenta de cuando te emocionas, te pones ansioso, estás con miedo o cuando estás en un momento de excitación donde demuestras lo eufórico que te sientes. Por mi parte, todos estos sentimientos los he experimentado desde que estoy saliendo con la castaña.
Nunca antes me había sentido de este modo con alguien más. Por supuesto que me atrajeron otras chicas en su momento, pero ninguna logró causar lo que Soo-hyun causa en mí cuando me sonríe, me habla o me trata como un niño. Ahora mi corazón se siente cada vez más cálido que antes cuando la tengo cerca de mí y la abrazo o ella me abraza. Mis manos sudan cuando ella actúa tan bien conmigo que me dan ganas de besarla y pellizcarle sus mejillas, pero solo por mi cobardía no lo hago.
El amor es como una reacción química que, una vez iniciada, es difícil de detener. La combinación de emociones, como los reactivos en un experimento, puede resultar en un efecto explosivo y fascinante, impredecible en su totalidad. La campana finalmente suena, resonando en los pasillos y despertándome de mis pensamientos. La clase de química comienza a dispersarse, y veo a Soo-hyun y Songyi quitándose los guantes y guardando sus materiales.
Mi corazón late con fuerza mientras me acerco a la puerta del laboratorio. Soo-hyun levanta la vista y sus ojos se encuentran con los míos. Una sonrisa se dibuja en su rostro, iluminándolo. Con pasos rápidos, se dirige hacia mí, y cuando está lo suficientemente cerca, le entrego la caja blanca.
—Esto es para ti —digo, sintiendo cómo mis palabras se atropellan ligeramente en mi boca.
—¿Para mí? —pregunta, sorprendida y curiosa, aceptando la caja con cuidado.
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A 130bpm » Park Jimin [BTS]
FanfictionCuando compites en una carrera de autos, mayormente conocidos por algunas personas como carreras de piques, se debe de tener en cuenta que los 500 km/h es la velocidad máxima que un auto puede alcanzar. Luego, algunas piezas de su motor son reemplaz...