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Jaehyun miró al hombre frente a él que podía tener alrededor de unos 30 años. Era un hombre imponente con una mirada dura. Llevaba su traje de policía con una placa que decía Agente Na Jaemin.

— Señor Jeong Jaehyun. — Con un bolígrafo, el agente de policía escribía en un formulario. — No se haga el tonto, sabe la razón por la cual está aquí.

— No tengo idea, si sería muy amable de decirme ya que es lo poco que puede hacer.

Na Jaemin respiró profundamente ajustando su corbata de seda negra. — Usted junto con algunos de sus compañeros, fueron las últimas personas con las que se vio a la ciudadana Meng Huiyin. Y que extraño que desde su desaparición, hace dos días, ustedes no han puesto un pie en esta universidad.

— No tengo ni idea de dónde está.

El agente, Na Jaemin, levantó una ceja en su dirección. — ¿Conoce usted a la señorita Meng Huiyin?

Jaehyun y Jaemin eran viejos conocidos. Jaehyun desde muy joven se había acostumbrado a meterse en problemas y Jaemin había sido testigo de sus cuantos actos antisociales, sin embargo, estos no llevaban una relación muy sana ni mucho menos amistosa. Jaemin siempre había estado detrás de Jaehyun, pisando sus talones, averiguando cada paso que daba o cada paso que retrocedía. Pero Jaemin sabía que Jaehyun no era tonto, era todo lo contrario, muy astuto, inteligente, cauteloso. Jaehyun era la persona más estratégica que él había conocido.

Jaehyun arrugó su nariz mientras pensaba con cautela la respuesta. — La conozco. Hablé un par de veces con ella, es mi compañera de clase.

— ¿Qué hablaron usted y ella la última vez que se vieron?

Jaehyun rodó los ojos. — ¿Eso importa?

— Señor, usted es uno de los principales sospechosos. Yo que usted empezaría a preocuparme. Los padres de esa chica están muy asustados y son capaces de culpar a cualquiera con tal de que su hija esté de vuelta.

1 hora antes

Si Taeyong pudiera odiar a Jaehyun por una cosa, sería entrar al consejo de estudiantes de la universidad solo por su culpa. Y la siguiente información que habría recibido Taeyong a través de una llamada telefónica no sería muy agradable del todo, y es que ninguno de ellos había pensado en ello. ¿Por qué a nadie se le ocurrió? Era algo tan evidente y tan estupido, pero que desafortunado se les había escapado de las manos.

Los cuatro chicos entraron al auto. Yuta, Johnny, Jaehyun y Taeyong. En sumo silencio, hasta que Jaehyun le pidió prestado el teléfono a Taeyong para hacer una llamada telefónica.

Buscó entre los contactos de Taeyong. Tenía a Jungwoo. Jungwoo tenía un teléfono en la cárcel, que usaba de vez en cuando para llamar cuando necesitaba un favor. Sin embargo, Jaehyun nunca había vuelto a hablar con él desde que él entró en prisión. Pese a que tenía muchas llamadas perdidas de él, Jaehyun no quiso volver a hablar con su hermano. También tenía el número de Jinyao, algo muy extraño a decir verdad, pero Taeyong era una persona que poco le importaba formar vínculos con alguien. Hasta que encontró a quien estaba buscando, Kim Doyoung. Jaehyun no dudó dos veces en marcar el botón de llamada.

¿Doyoung? Soy Jaehyun

¿Dónde están? Los he estado buscando por todas partes.

Hemos tenido un problema. Te llamaba para decirte que estás a cargo, cuida de todos, especialmente de Huiyin.

Jaehyun no le dio tiempo a Doyoung de responder y decidió colgar la llamada, sin embargo, no le regresó el teléfono a Taeyong, lo dejó en la guantera.

— ¿Preocupado por Huiyin, Jae? — Johnny levantó una ceja. Él era quien iba manejando. — ¿Si sabes que todo este problema es por tu culpa?

Johnny era una persona terriblemente insoportable y jodido de la cabeza. Jaehyun a veces se arrepentía de haberlo dejado entrar a su banda.

Jaehyun apretó su puño, colocándose tenso, él iba de copiloto, Yuta y Taeyong iban en la parte de atrás. — ¿Por mi culpa, maldito imbecil? ¿Acaso fui yo quien decidió esperarla como un maniático en la entrada de la universidad y perseguirla para después golpearla hasta sangrar?

— Lo hice por una razón.

— Porque eres un desgraciado, golpea mujeres y avaricioso. Solo ibas detrás del sucio dinero.

— ¿Por qué todo es mi culpa? Yo no fui quién le dio el dinero, fue Taeyong.

— No hables idioteces, Johnny. Es mejor que cierres la puta boca.

La risa de Taeyong los hizo guardar silencio. Era una sonrisa juguetona y burlesca. Todos estaban acostumbrados a este tipo de discusiones, especialmente por parte de Johnny y Jaehyun, tenían una relación amor-odio, donde el odio dominaba.

— Volvemos a la misma discusión una y otra vez. — Habló Taeyong, con su voz más tranquila. — Fui yo, fue Johnny, fue Jaehyun. ¿Somos culpables los tres? ¿Ninguno es culpable? Al fin y al cabo, el destino la arrastraría con nosotros de alguna manera. — Taeyong se inclinó hacia adelante, quedando en medio de los asientos de Johnny y Jaehyun, quienes no miraban a Taeyong, pero sus oídos estaban agudizados escuchando hasta el más pequeño sonido. — Matamos a su hermano. Y nosotros tenemos que encargarnos de que nunca se entere.

Taeyong podía estar loco, pero no se equivocaba. A veces había que ver el punto de vista desde otro ángulo. Meng Huiyin no sabía ni siquiera la razón de la muerte de su hermano, y Jaehyun estaba seguro de que ella no quería saberlo, pero si se llegara a enterar quienes fueron los asesinos, ella sería capaz de tomar venganza con sus propias manos.

Jaehyun escuchó a Johnny suspirar una vez dejó el auto estacionado frente al edificio de la universidad. El edificio estaba más lleno de personas que lo usual, y habían varios policías rodeando el edificio.

Antes de bajar del auto, Jaehyun habló. — Ya todos sabemos que decir, piensen con cuidado antes de responder. Bajo ninguna circunstancia podemos causar sospechas, ¿entendido?

Todos asintieron con sus cabezas. Los cuatro chicos bajaron de el auto colocando su mejor sonrisa en sus rostros, queriendo pasar desapercibidos y lucir como un estudiante universitario más.

Taeyong fue el primero en entrar a la instalación, para encontrarse de frente al director general de la universidad.

— Los policías quieren hablar con ustedes. — Habló en una voz áspera, mirándolos por encima de sus anteojos.

— ¿Que tenemos que ver en esto? — Preguntó Taeyong.

El director levantó una ceja.— Ustedes fueron las últimas personas que fueron vistas con la señorita Meng Huiyin. Si bien saben, Meng Huiyin está desaparecida desde hace dos días. Sus padres han llamado a la policía para abrir él expediente. Su madre asegura que le ha pasado algo muy malo.

Jaehyun se desconectó un momento, mientras escuchaba como Yuta y Taeyong seguían interrogando al director. Volteó ligeramente su cabeza, enfocando su vista en la entrada de la dirección que estaba bastante cerca, donde una pareja, una señora y un señor, hablaban con un oficial de policía. La señora estaba llorando, su nariz estaba roja y sus ojos hinchados, y sostenía un pañuelo en sus manos. El señor solo tenía su mano en el hombro de la señora.

— Por favor, oficial. Se lo suplico. Nuestro hijo fue asesinado hace dos semanas, me rehuso a perder a mi hija. Tengo el presentimiento de que ella sigue con vida.

Eran los padres de Huiyin. Pero Jaehyun se había percatado de esto mucho antes de escuchar la conversación. Huiyin era una perfecta fusión de su padre y madre, ambos tenían parecido a ella.

— Haremos lo que podamos. — El policía asintió con su cabeza, para finalizar la conversación y los padres de Huiyin salieron de la universidad.

— Señor Jeong, usted es el primero. — Habló el director, causando que Jaehyun saliera de su burbuja mental.

the blue scorpion ── jaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora