-Prólogo-

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Se podía ver a un castaño con los nervios al tope y con un gran sonrojo en sus mejillas y la razón de esto era el simple hecho de que iba a confesar sus sentimientos a uno de sus amigos que conoció hacía ya tiempo en aquella universidad.

Duxo Rethey, un chico de cabello negro y unos hermosos ojos lilas que por cierto era dos años mayor que el castaño de nombre Aquino. Para el de cabello café, Duxo era el chico más dulce que pudo haber conocido, era atento y cariñoso al igual que considerado y se le sumaban puntos al ser uno de los chicos más atractivos de la universidad, para Aquino, Duxo era más que perfecto.

¿Tan ciego estaba?

Aquino se dirigía a un parque cerca de su casa, le había pedido a Duxo que fuera para aquel lugar, tenía pensado decirle todo lo sentía debajo de un viejo roble, aquel lugar era conocido por las múltiples confesiones que se hacían a cualquier hora del día.

El castaño llegó después de una caminata no tan larga y a lo lejos pudo distinguir la figura de aquel chico que lo deslumbraba y sin perder el tiempo corrió hacia él mientras gritaba su nombre.

-¡Duxo!- Dijo feliz y nervioso el chico de ojos miel. -Que bueno que llegas, sígueme.- termino de hablar mientras tomaba la mano del azabache quien se dejó llevar por el más bajo.

El ojimiel detuvo su andar cuando llegaron al viejo roble, por dentro el castaño estaba que explotaba de nervios, sabía que era el momento en el que por fin soltaría todo lo que tenía dentro del corazón así que se separó de él ojilila y se puso delante de él.

-¿Para que me trajiste aquí Aquino?- Hablo por primera vez el mayor.

-Duxo...- El castaño tomo aire, cerro los ojos y apretó los puños. -Duxo, desde que te conocí me pareciste un chico dulce y de buenos sentimientos, me pareces bastante lindo y me gusta como tratas a todos de esa manera tan dulce que te caracteriza...- El más alto no pareció entender bien las palabras del castaño así que este siguió hablando.- Lo que quiero decir es que...- hizo una pausa y tomo una bocada de aire. -¡Me gustas Duxo Rethey!- soltó en un grito el más bajito mientras apretaba los ojos.

Duxo se quedó quieto, en shock, pero después de algunos segundos reaccionó y sonrío como si un niño acabara de hacer una travesura, se dirigió hacia el castaño y lo abrazó, ante tal acto el chico de mascarilla negra se quedó quieto y al pasar unos segundos correspondió el abrazo.

-También me gustas, Diego Aquino...- Dijo el mayor en un casi susurro.

Aquino sintió que su corazón se saldría de su pecho, se bajo su mascarilla y se podía ver la sonrisa más bonita dirigida al chico de sus sueños.

-Duxo, perdón si esto es muy rápido pero...¿Quieres ser mi pareja?- hablo tímido el ojimiel.

-Claro que si Aquinito, de echo te lo iba a pedir...- con eso dicho en azabache se agachó un poco y beso los labios rosas de el castaño quien correspondió gustoso.

Duxo tiene una nueva víctima a quien torturar.


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No haré un prólogo tan largo por ahora, de una vez digo que esta historia no terminará bien, tendrá un final triste como ya se imaginarán. 

 En esta historia no se shipean a los youtubers si no a los cubitos.

Si no te gustan este tipo de historia no las leas y si lo haces no dejes malos comentarios porfavor.

Esta historia será larga con un aproximado de 18 capítulos y 3 extras.

Es todo y gracias :)


-595 palabras

Violentometro | Anti-DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora