Capítulo 37: Aclarando un sentimiento - El regreso

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(Penúltimo capítulo)

Un entristecido joven de cabello alborotado veía partir un carruaje, mientras trataba de controlar las lágrimas que amenazaban con salir de sus humedecidos ojos.

Gokú, hijo, el rey dice que vayas con él, decía un adorable anciano, mientras se acercaba al lugar donde estaba su apuesto nieto, haciéndolo reaccionar.

Bien, ahora voy abuelo, contesto el apuesto joven, tras respirar profundamente.

Carruaje:

Como tu padre me dijo que te gusta el campo, tengo pensado llevarte al Castillo de Valle Cerezo, decía Isamu.

¿El Castillo de Valle Cerezo?, pronunció la pelinegra intrigada.

Si, Valle Cerezo es un pequeño pueblo que pertenece al reino de Capital Central, este se caracteriza por sus grandes hectáreas de cerezos y su bello castillo en medio del bosque, que pertenece por supuesto a mi familia, el clima allá es bastante cálido, además tiene uno de los atardeceres más hermosos que puedas imaginar, sin duda es el lugar propicio para una velada romántica....

Minutos después:

Tras bajar del carruaje en la estación de trenes de Fripan, Milk e Isamu, abordaron uno de los trenes con destino a la Capital Central.

Aparte todo el vagón solo para los dos, dijo Isamu.

¿Por qué hiciste algo así?, respondió Milk con calma.

Porque no somos gente del pueblo Milk, somos de la realeza, contesto Isamu, sin darse cuenta que, con ese comentario, él hizo que la joven princesa se empezara a decepcionar de él.

Es cierto somos de la realeza, pero ello es solo título social, nosotros somos tan seres humanos como cada habitante de nuestros reinos, pronunció la pelinegra con calma.

Claro, claro, dijo Isamu, haciendo una pausa para acotar: La verdad quería que estemos solo los dos en este vagón.

La pelinegra no respondió nada, solo dirigió su mirada hacia la ventana, al tiempo que pensaba: Después de todo no eres tan perfecto como lo creí.

Castillo de Fripan:

Y ello sería todo, decía el rey, mientras un apuesto joven de cabello alborotado se encontraba con la mirada meditabunda, ensimismado en sus propios pensamientos. ¡Gokú! ¡Gokú! agrego el rey, al ver que su empleado no le respondió nada.

Ahora mismo voy su majestad, pronunció Gokú.

¿Vas?, ¿a dónde muchacho?, respondió el rey mirando intrigado al apuesto joven.

Por su encargo, dijo rápidamente el joven de cabello alborotado.

Pero si yo no te he dado ningún encargo, contesto el rey sonriendo.

¡Ah! no, pronunció Gokú con calma.

Muchacho, ¿Dónde están tus pensamientos?, dijo el rey sonriendo.

En su bella hija, pensó Gokú, mientras sonreía.

Te repetiré muchacho todo lo que te dije, respondió el rey con calma.

Minutos después:

No se preocupe su majestad, yo lo apoyo revisando esos documentos, decía Gokú, mientras el rey lo observaba con detenimiento.

Tren:

Milk, Milk, decía Isamu, mientras miraba a la pelinegra que se encontraba dormida con su cabeza pegada a la ventana del tren. ¿Se durmió?, pensó el príncipe con cierta molestia.

FLOR SILVESTREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora