Capítulo 7: El castillo Ox

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Un apuesto joven de cabello alborotado platicaba por celular con su abuelo, mientras desayunaba junto a su amigo en un modesto café del pueblo.

Entonces, ya estás de regreso, decía Gokú, mientras una bella sonrisa se plasmaba en su rostro.

Sí, hijo, estoy regresando a Fripan, el rey Ox, me pidió que regrese así no haya cumplido aún con su encargo, pues me necesita en el castillo, escucho el apuesto joven de cabello alborotado.

¡Qué bien! dijo Gokú.

Si, a mí también me da alegría regresar antes del día previsto, pues tendremos más días para compartir juntos, además me podrás ayudar con lo que me pidió el rey, al menos unos días, escucho.

Claro que lo ayudare abuelo, aunque yo..., decía Gokú.

Hijo, no se oye bien, escucho.

Ya te lo diré cuando nos veamos abuelo, respondió Gokú.

Bien hijo, te espero en el castillo entonces, escucho.

Tras de ello el joven de cabello alborotado dio por concluida la llamada, y poso su mirada en su amigo.

El abuelo está regresando a Fripan, eso significa que tal vez hoy conozcas el castillo donde vive mi niña bella, dijo Gokú suspirando.

¿Y cómo a qué hora llegará tu abuelo?, contesto Krilín.

Se me olvido preguntárselo, respondió el joven de cabello alborotado sonriendo.

Hay Gokú, dijo el calvo con una sonrisa en su rostro.

Lo volveré a llamar para que me lo diga, mientras tanto, vamos empacando, agrego Gokú.

¿Empacando?, contesto Krilín intrigado.

Sí, al ser yo nieto del maestro del rey y tú mi amigo, seremos huéspedes ilustres en el castillo, respondió el joven de cabello alborotado sonriendo.

¿Y por qué no lo fuimos cuando fuimos a este?, dijo el calvo.

Porque no estaba mi abuelo, pero ahora que él está de regreso, solo bastara con que él diga que soy su nieto para que nos reciban de otra manera, ya lo verás, contesto Gokú sonriendo.

Pues ya quiero verlo, acoto Krilín.

Castillo:

Entonces en cuanto el maestro este aquí, ¿iremos a la Capital Central?, decía con ilusión la pelinegra.

Así es hija, tenemos que ir por los equipos que hacen falta para el gimnasio del pueblo, agrego el rey.

2 Horas después: "Estación de trenes de Fripan"

Un adorable anciano, con una pequeña maleta en la mano bajaba de un tren, al tiempo que un apuesto joven de cabello alborotado caminaba presuroso a darle el encuentro seguido de su amigo.

¡Abuelo! ¡abuelo! decía Gokú.

¡Gokú! ¡hijo! pronunciaba el anciano al ver a su nieto.

Tras algunos segundos abuelo y nieto se fundieron en un fuerte abrazo, mientras un calvo llegaba al lugar.

Caminas muy rápido Gokú, se quejaba el calvo.

Abuelo, él es Krilín, un amigo de la Capital Central, pronuncio Gokú, tras romper el abrazo con su abuelo.

Un gusto joven, dijo el adorable anciano estirando su mano.

El gusto es mío señor, contesto Krilín, tras tomar la mano del hombre mayor.

FLOR SILVESTREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora