Vernos (18)

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Kala

Hoy he estado de un muy buen humor.

Me niego a admitir que ese buen ánimo se debe a ese hombre de dos metros y ojos acechantes.

Mi día acontece normal relativamente hablando; acomodo algunos expedientes y trato a algunos clientes.

Ya los corruptos que denuncié fueron arrestados, no he tenido noticias de Alejandro y espero seguir así.

Pienso mandar a otros dos sujetos a la cárcel pero aún estoy recaudando información; la próxima semana me confirmarán unas pruebas de ADN para descubrir si es cierto que uno de esos ministro de verdad se casó con una de sus primas.

<En la política se encuentran cosas muy turbias>

Para medio día tomo mi bolso y me encamino a un centro comercial; busco un lugar para poder comer con tranquilidad y me decido por un restaurante de pollo frito.

Nunca he hecho dieta, como lo que quiero y debido a mi constante ejercicio mi peso siempre se a mantenido, sumándole que me gusta bailar eso me a ayudado con mi cintura.

Tomo asiento y pido varias piezas para llevar a casa, no me pasa desapercibida la sonrisa coqueta del camarero pero me hago la desentendida; no me involucró con hombres que tengan una economía inferior a la mía.

Como disfrutando del sabor del pollo frito con la salsa de tomate y las papás fritas. Tomo gaseosa disfrutando de los manjares de la vida; aún no me creo que Dámaso no haya probado la comida rápida.

Pago la cuenta y en una bolsa de papel llevo las piezas sobrantes.

Camino por los almacenes viendo si encuentro algo lo suficiente tentador para comprar.

Veo un aparador donde se muestran una botas blancas altas, son hermosas; entro a la tienda y pido un par a mi talla; me siento en un sillón de suave peluche esperando los zapatos para medirmelos.

Entre mi espera veo a la distancia una joven de cabello castaño oscuro que le llega por la cintura, piel palida pero no tanto como la mía, está de espaldas a mi pero lo que me llama la atención es la combinacion de ropa que tiene puesto.

Un pantalón de tela acampanado en tonalidad menta, unos tacones blancos de tacón alto y una blusa de solo una manga color naranja.

<¿Quien diablos le ayudo en su vestimenta?>

Me levanto del sofá y camino en su dirección; ella se observa en un espejo de cuerpo completo y por el puchero en sus labios puedo notar que no le gusta.

-¿Por qué vistes así?- pregunto y da un salto del susto

-Lo recomendó la vendedora- responde avergonzada -Pero puedo ver qué es mala en esto de hacer conjuntos de ropa- sus mejillas se sonrojan ferozmente

-Quitate...eso- digo viendo el desagradable conjunto -Eres bonita pero no uses cualquier cosa, el pantalón usalo con una blusa blanca y mejor si es manga caída-

Camino alrededor y la señorita que me atendió me avisa que tiene mi pedido, busco entre los percheros y encuentro una blusa blanca con detalles de encaje, la tela es fresca y suave.

Tomo la blusa y se la tiendo -Pruebatela-

Toma la blusa con duda y entra al probador, regreso mis pasos y tomo las botas que pedí, me las mido comprobando que me quedan preciosas.

Empacan el calzado en una caja y doy mi tarjeta para pagarlo. La chica del probador sale con la blusa y noto que me busca con la mirada.

En ese instante una llamada a mi número personal llama mi atención y veo que es un número desconocido.

Arma Blanca (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora