Epílogo

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Dámaso

Mis manos sudan, me muevo inquieto reacomodando el nudo de mi corbata

—Deja la paranoia— me asusto por la voz de Diego a mi lado —Parece que te dará un infarto—

—¿Es normal que se esté tardando tanto?— digo inquieto

— Por Dios Dámaso, ¿De verdad crees que Kala te dejaría plantado en el altar....? Sabes que, yo siendo tu si me preocupaba esa mujer si es capaz de dejarte plantado— ríe

—¡Eso no me ayuda!—

Estoy por perder los nervios.

Al fin a llegado la fecha en que me casere con Kala

La ceremonia se está realizando en la iglesia, mi familia y amigos estan aquí como también los amigos de Kala.

El lugar está decorado con muchas luces blancas y algunas flores, una alfombra roja decorando la entrada; el vestido de las damas de honor son de color morado al igual que la corbata de mis acompañantes.

Mi madre está en la primera fila soltando lágrimas como si no hubiera un mañana; su sonrisa de felicidad es imborrable y junto a ella en el suelo se encuentra nuestro hijo de prueba: Doky. Quien lleva un collar con una moñita del mismo color de mi corbata.

Intento distraerme con cualquier cosa pero me es imposible lograrlo. ¡Por qué tarda tanto mi prometida!

Empiezo a cuestionarme si se habrá arrepentido. No, ella me ama tanto como yo la amo a ella.

¡Pero se tarda tanto!

Estoy por ir a buscarla cuando escucho la melodía del piano sonar.

Mi vista va a la entrada y mi corazón salta de felicidad al ver quién camina en mi dirección.

Mi futura esposa.

Se ve preciosa, toda una reina, Mi rubia.

Su vestido está hecho a la medida, su torso está cubierto por una tela blanca brillante que tiene un escote de corazón que deja al descubierto sus hombros, el encaje decora su pecho y una enorme falda estilo princesa cae cubriendo sus pies.

Una corona de flores blancas y perlas llevan el velo que cubre su bello rostro pero puedo distinguir su enorme sonrisa y sus ojos brillosos.

En sus manos lleva un arreglo de flores rojas que tienen incrustaciones de diamantes rezaltando el anillo en su dedo anular. La cadena que le regale el día que fuimos de compras decora su delgado cuello.

Ella avanza siendo acompañada por Josué; su guardaespaldas que considera como un hermano.

Cuando llega frente a mi creo que me desmayare, mis latidos son muy rápidos y un leve temblor remueve mi cuerpo; Josué me entre la mano de mi prometida no sin antes darme unas palabras.

—Kala es mi hermana pequeña así que te estoy entregando una joya muy preciada, cuidala y amala como ella lo merece porque no permitire que sufra; hazla feliz hoy y siempre—

Con cuidado tomo su mano y dejo un beso en esta; brevemente la suelto y tomo el velo para descubrir su rostro.

Sus ojos grises me reciben con amor y esa hermosa sonrisa; puedo distinguir en sus ojos el brillo de las lágrimas y se que son de felicidad, con una de mis manos acaricio su rostro y beso su frente.

—Te vez preciosa— digo al apartarme

Sujeto su mano y estando frente al altar comienza la ceremonia

Escucho las palabras del pastor, cuando es mi momento de decir mis votos tengo que tragar saliva para poder hablar; regresando la vista a mi prometida hablo.

—Desde el primer momento en que te vi supe que serías la mujer de mi vida, aún cuando éramos extraños y parecidas tan inalcanzable lograste despertar en mi sentimiento que no sabía que poseía.

—te agradezco por llegar a mi vida, por mostrarme el camino aunque no sabía que estaba perdido, por permitirme robarte besos cuando yo era tan acosador contigo y por dejarme ver esa parte tan dulce que no cualquiera conoce

—Mi luz, mi todo, te amo con toda mi alma y lo haré hasta que mi vida termine, hasta que mi propósito haya terminado, te amare hasta ya no existir. Hoy te conviertes en mi esposa porque ya eres mi familia, quiero tu presencia en mis batallas, cuando gane y cuando pierda, tus besos al despertar y tus regaños cuando te haga perder la pasiencia, tu firmeza y fortaleza y tú nerviosismo al bromear

—Asi que hoy, frente a estas personas, frente a Dios te juro amarte y respetarte, cuidar de ti porque eres lo más preciado en mi vida, serte fiel porque siempre serás tu, darte la familia que quieres y hacerte feliz. Nunca dejarte sola y escucharte—

Coloco el fino anillo en su dedo junto al de compromiso y puedo escuchar un suave sollozo salir de sus labios.

Sonríe y toma aire antes de decir sus votos

—No mentirte diciendo que desde el primer momento supe que eras el indicado, cuando te vi por primera vez solo creí que serías un cliente más de mi oficina, cuánto estaba equivocada

—tu insistencia me hacía perder la cabeza, las ocasiones en que inventabas excusas para verme o las ocasiones en que me robabas besos se volvieron momentos únicos que siempre estaran en mi memoria.

—no se el momento exacto pero si se que mi corazón se volvió tuyo desde hace mucho tiempo, que caí por ti y no me arrepiento de eso. Quiero tu compañía por lo que me queda de vida; tus besos, bromas, juegos y locuras, ser tu apoyo en los días difíciles y ser la primera que elogia tus logros

—una vez lo dijiste pero hoy te lo digo yo a tí, Eres mi inicio y mi fin, mi sueño y mi realidad, mi mundo. Para mí eres mi todo y desdes este momento mi propósito es estar a tu lado, cuidarte y amarte como debe ser siempre

—Asi que hoy te juro frente a Dios y nuestros amigos y familia, que cuidare de ti, te amare y apoyaré, que seré la madre de tus hijos y la compañera fiel, soy tu amiga, tu abogada y ahora tu esposa, encontrarás en mi un refugio cuando la tormenta se acerque y un lugar de descanzo cuando todo pase—

Con manos temblorosas coloca el anillo en mi dedo y entrelaza nuestras manos

— Dámaso Coronado. Aceptas como esposa a Kala Price, en la salud y en la enfermedad, en los días plenos así como en los días sombríos, cuidarla y respetarla, serle fiel hasta los últimos días de tu vida— habla el pastor

—Acepto— digo sin duda alguna

—Y tu, Kala Price, aceptas en salud y enfermedad, en los buenos tiempos como en los malos, amar y respetar a Dámaso Coronado hasta que la muerte los separe—

—acepto— responde sonriendo

—Por el poder que nuestro creador me ha consedido, yo los declaro Marido y Mujer. Puede besar a la novia.—

Y yo no esperó más para atrapar los labios de quién ahora es mi esposa.

Me corresponde el beso con el mismo entusiasmo, mis brazos abrazan su cintura y la levanto del suelo para hacerla girar.

Cuando se aparta su sonrisa no desaparece y reparte besos cortos en mis labios. Se aparta sonriendo y toma mi rostro entre sus manos

—Soy tu esposa — suelta una pequeña risa

—Mi esposa — las palabras se escuchan tan bien —La señora Coronado —

Con delicadeza la dejo nuevamente sobre sus pies pero no sé aleja de mí.

—Te amo— digo sin dejar de verla —Te amo y nunca me cansaré de decírtelo—

—Y yo nunca me cansaré de escucharlo— cierra sus ojos y sonríe —Toda una vida —abre sus ojos —toda una vida para ser felices —

—Y seremos felices—

☆FIN☆

Arma Blanca (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora