31 días para subir 31 cortos de miraculous.
La lista esta hecha por @Natsumi_Niikura
Portada hecha por mi.
Contiene lenguaje inapropiado.
Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Jeremy Zag y Thomas Astru.
No copias ni adaptaciones.
Mi prim...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
París, finalmente llego a mi hogar. Son las 2 de la madrugada.
Por supuesto que podía posponer mi vuelo a una hora más temprana el día siguiente, pero cierta trabajadora solo estará en la mañana en la oficina y no lo quiero dejar pasar.
Las calles se encuentran solas, me alegra eso ya que no hay tráfico y puedo llegar rápidamente a mi departamento a descansar.
Pero me hace feliz que de camino pasemos por la panadería de los padres de Marinette, por petición mía por supuesto.
Estamos cerca cuando observamos como el segundo piso de su hogar explota, el chófer se desvía un poco por la sorpresa y vemos como un pequeño cuerpo sale rodando de la entrada principal. Mi corazón se acelera ante la posibilidad.
Le exijo al chófer que se detenga y bajo del auto caminando poco a poco hacia ése cuerpo confirmando mientras voy avanzando que si es de ella.
Por favor, no.
Ya estando al lado de ella la volteo delicadamente y luego deslizo mi mano hasta su mejilla. Mi amor, ¿Que... Que te pasó?
No debes perder tiempo Adrien, ella necesita ayuda.
Con cuidado la tomo entre mis brazos y la alzo abrazándola hacia mí con cariño, mi alma.
Duele al verla así, pero necesito llevarla al hospital. Me dirijo hacia mi auto para entrar con ella delicadamente a la parte trasera y le ordeno al chófer ya con lágrimas en los ojos que conduzca rápidamente a la clínica.
Con suaves golpes en su mejilla dirijo su rostro hacia mí llamándola.
-Hey, hey, Marinette, mírame, no te preocupes, ya estamos camino al hospital, necesito que te quedes conmigo... Por favor -Mi garganta se cierra dificultándome el decir las últimas palabras. Sus ojos tratan de enfocarme unos segundos antes de cerrarse -no, no, no, no, no, ¡No! ¡Conduce más rápido! -gritó desesperado mientras las lágrimas salen de mis ojos.
Por favor no me dejes.
Acaricio su cara mientras la llamo durante el llanto, ella no puede dejarme, no ahora, no cuando no he podido decirle cuánto la amo.
Luego de varios insufribles minutos, por fin llegamos al hospital, con la misma delicadeza con la que la tomé, la afirmo hacia mí y con pasos apresurados entro al edificio gritando por ayuda.
-¡Por favor! ¡Su casa explotó y no responde!
Gracias a mi influencia la pudieron atender de emergencia.
Pero por mucho en qué yo insistí no pude ir con ella, así que tuve que esperar con el alma rota en la sala de espera.
Te pido por favor, que no te vayas, quédate conmigo.
