31 días para subir 31 cortos de miraculous.
La lista esta hecha por @Natsumi_Niikura
Portada hecha por mi.
Contiene lenguaje inapropiado.
Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Jeremy Zag y Thomas Astru.
No copias ni adaptaciones.
Mi prim...
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"-Gatito... ¿Por qué? -Ladybug retrocedía mientras chat blanc la apuntaba con el cataclismo mientras avanzaba hacia ella.
-Marinette, necesito reparar esto, necesito tu miraculous.
-Chat, sabes las consecuencias -se detuvo al notar chocar su espalda contra una viga.
-No hay peor consecuencia que esto Ladybug, si no me darás tu miraculous por las buenas, entonces será por las malas -seguido de eso procedió a lanzar la esfera mortal hacia la heroína."
-¡No! -La azabache despertó de esa pesadilla de un sentón respirando pesado y con el sudor perlado en su frente.
Escaneó la habitación para darse cuenta de dónde se ubicaba y chocó con unos ojos verdes que la miraban preocupados, poniéndose en alerta por un instante.
Verdes.
Son verdes.
No azules.
Podía estar tranquila.
-¿Princesa estás bien? -Preguntó preocupado el minino al divisar a su novia asustada.
-Si-si, Chat, solo tuve, un mal sueño -se obliga a calmar su respiración. No hay que temer, ese es su gatito, Chat noir, no Chat blanc.
Se acercó a abrazarlo, el siempre la tranquilizaba solo con su presencia, a pesar de que él sea el causante de su pesadilla; bueno no él si no Chat blanc, pero verlo como es normalmente siempre la calmaba.
-¿Segura que estás bien mi princesa? ¿Quieres hablar sobre lo que soñaste?
Nunca, Chat noir no podía enterarse de eso... O por lo menos no por ahora. Era muy pronto.
-No gatito, no quisiera recordar eso, solamente quiero que me abraces y me mimes hasta que me duerma ¿Sí?
-Todo lo que tú quieras My princess -le respondió con una sonrisa tierna. Envolviéndola en sus brazos se acostó con ella mientras le acariciaba la cabeza.
Esperaba que su princesa le dijera pronto lo que la atormentaba.
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A la mañana siguiente la azabache subía los escalones del barco Couffaine llegando a la puerta de la habitación del azabache.
Tal vez no pueda decirle a Chat noir sobre el gato blanco que la atormentaba, pero no significaba que no lo hablaría con la única persona que sabe de su secreto y se guardaría eso.
Entra por la puerta abierta de la habitación.
-¿Podemos hablar? Traje galletas -las extendió mostrándosela. Desde que el ojiceleste descubrió su identidad la ha ayudado a sentirse un poco más ligera.
El Couffaine amablemente la invitó a sentarse al lado suyo sin saber que cierto gato negro que había seguido a su princesa, acuchillado sobre un muro, los miraba desde la ventana de la habitación con celos.
