Capítulo I: La Llanura Obsidiana. Parte I: El Chico Caído del Cielo

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En el año 1858, nuestro mundo, su mundo, el Mundo Pokémon, estaba recuperándose de una gran guerra en la que se perdieron millones de vidas inocentes. Los pocos que quedaron vivos trabajaron muy duro para reconstruir sus regiones o emigraron a otras recién descubiertas.

Tal es el caso de Hisui, una enorme isla inhóspita formada alrededor del imponente Monte Tengan, donde los Pokémon salvajes eran más hostiles hacia los humanos que en otras regiones y los que decidieron irse a ese peligroso lugar tuvieron que trabajar arduamente para poder establecer su propio territorio: la Villa Kotobuki.

Con tal de garantizar el progreso de la aldea, los pobladores más habilidosos se unieron para formar el Equipo Galáctico, dividido en 6 diferentes legiones con diferentes tareas: la Legión de Construcción, encargada de construir viviendas y comercios; la Legión de Agricultura, encargada de cultivar y cosechar los alimentos; la Legión de Fabricación, encargada de crear toda clase de artilugios tecnológicos; la Legión de Medicina, encargada de crear medicamentos y curar a los enfermos y heridos; la Legión de Seguridad, encargada de defender la aldea de cualquier amenaza; y la última, pero no menos importante, la Legión de Exploración, encargada de explorar más allá de Villa Kotobuki para aprender más sobre los Pokémon, aunque esta rama nunca obtenía buenos resultados y corría el riesgo de cerrar.

Fue hasta el año 1863, es decir, apenas 5 años después del establecimiento de la villa, que alguien se encontró con un rayo de esperanza. Esa era Akari...

Una joven de 13 años de edad, de piel blanca, pelo largo color azul grisáceo atado en una coleta y ojos del mismo color, perteneciente a la Legión de Exploración

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Una joven de 13 años de edad, de piel blanca, pelo largo color azul grisáceo atado en una coleta y ojos del mismo color, perteneciente a la Legión de Exploración.

Ella se encontró con alguien que había caído de una distorsión espacio-temporal en la cima del Monte Tengan hacia la Playa del Albor. Era un joven de piel blanca, pelo largo y despeinado color azul grisáceo y ojos del mismo color, quien estaba usando una ropa muy extraña para la época y, además, tenía un misterioso cuaderno de tapa azul que tenía escrita en la portada la palabra: Pokédex. Akari le dio palmaditas en la cara para despertarlo y luego le preguntó— ¡¿Quién eres tú?! ¡¿Eres amigo o enemigo?!

—Aj, ¿ni hola ni cómo estás? —el muchacho se sacudió la cabeza para terminar de despertarse—. Lo único que soy capaz de recordar es que me llamo Itachi y tengo 13 años de edad.

Akari quedó muy confundida al escuchar el nombre del chico— Espera, espera. ¿Acabas de decir que te llamas Itachi? Qué nombre más raro tienes. ¿Y qué haces con ese cuaderno? —dijo señalando la libreta que Itachi poseía, a lo que él respondió entre dudas— ¿Esto es un cuaderno? Siento que quiero utilizarlo para algo importante, pero no recuerdo qué.

—¡Akari! —de repente, llegó el Profesor Laventon...

—¡Akari! —de repente, llegó el Profesor Laventon

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