I Do It For The Glory

3. Honey, are you coming?

Louis no entendía mucho de lo que estaba pasando, no entendía como es que había terminado con Harry casi sobre sus piernas, demasiado apretados el uno contra el otro, o el porqué Niall intentaba tocar la Macarena, mientras que Zayn seguía algún ritmo, intentando combinar o seguir al rubio, muy parecido a la marca distintiva de AC/ DC.

El ambiente es bastante ruidoso, tanto que si Louis no fuera parte del propio escándalo, podría pensar que se trata de toda una fiesta. Pero no, eran tan solo cinco chicos.

—Deberíamos tocar algo — sugiere Liam después de un rato, tratando que su voz sobresalga sobre el escándalo de sus compañeros.

—Ya estamos tocando algo — Zayn le contesta, volteando hacia él antes de volver a concentrarse en Niall.

Harry suelta una risita por eso.

—Algo con Louis, idiotas — insiste el ojimiel, rodando sus ojos — Esto no es tan formal como debería de serlo. ¿Qué clase de imagen estamos dándole?

—Una muy buena— Louis alza la voz, sonriendo mientras levanta la botella de cerveza en sus manos hacia los chicos.

—Mentiroso — Harry llama su atención.

—¿Me estás llamando mentiroso?

Harry se mueve ligeramente más a la derecha, para ser más específicos, se mueve ligeramente más hacia él. Louis, más que nada para más comodidad, estira una de sus manos para golpear ligeramente uno de los muslos de Harry, quien entiende la indirecta y gira su cuerpo para acomodarse, subiendo sus piernas a los muslos del ojiazul mientras que recarga su espalda en el reposabrazos del sofá.

—¿Así que no piensas que somos excéntricas celebridades que beben hasta quedarse desmayados en su estudio?

Louis niega al mismo tiempo que le da un nuevo trago a su bebida, jugando con el cierre de las botas doradas del rizado con una de sus manos.

—¿Por actuar como toda persona de nuestra edad? — responde, lamiendo sus labios después de alejar la botella de estos, sin pasar por alto como aquellos orbes verdes siguen el movimiento de su lengua — Por supuesto que no.

—Entonces... — Harry sonríe, mostrándole esos inolvidables hoyuelos. Acercándose tan solo un poco más, Louis, obviamente, no se va a quejar por ello — ¿No tenemos que preocuparnos por las malas impresiones?

El ambiente es pesado entre ellos, pero no es algo malo, al menos no es lo que Louis cree.

El baterista es jodidamente atractivo. Por lo que, se siente un poco alabado al ser el principal objeto de su atención.

Creía que no podía haber alma andante sobre esta tierra, que no pudiera encontrar algo caliente en la manera en la que los labios de Harry se tornaban cada vez más rojos, o en la manera en la que se envolvían alrededor de la boca de la botella cada vez que tomaba un trago de cerveza, derramando tan solo una pequeña tira de aquel líquido dorado sobre aquella piel que parecía terciopelo.

Ya ni siquiera seguía el hilo de las demás conversaciones, las voces de los demás chicos se habían transformado por completo en un murmullo lejano en el fondo. Sabe identificar la falta de incomodidad por el roce constante de sus cuerpos, o por la invasión completa de su espacio personal, por qué sabe que el sentimiento faltante es más bien reemplazado por una chispa cada vez que se concentra en el contacto del cuerpo ajeno con el suyo.

—¿De ti? — pregunta, bajando su tono, asegurándose de que Harry sea el único capaz de escucharlo — No podría tener una mala impresión si se trata de ti.

¿Eso tenía sentido?

Joder, estaba borracho. No podía coquetear con el baterista sexy de esa manera.