La historia de cómo reencarne en este mundo

Capitulo 82

La puerta del salón se abrió de par en par revelando un pasillo extremadamente largo sin nadie en el camino. Los nobles observaron algo extrañados la escena, comenzando un sin fin de murmullos.

- ¿Esto es alguna clase de broma? no hay nadie en el pasillo- Dazai había quedado tan desconcertado como el resto de los nobles.

- No...Definitivamente es ese viejo loco, solo a él le gustan este tipo de entradas dramáticas- Paul miraba la puerta como si esta fuera a convertirse en un monstruo. De repente un velo negro cubrió la entrada al salón dándole un aspecto sombrío.

- Valla, es la primera vez que veo un hechizo de teletransportación tan increíble- La voz de Rampo llamo la atención de los presentes.

- Sí, sí, es alguien increíble ¿qué hace aquí ese desgraciado?  Debería estar en su esfera de nieve permanente- Volvió a quejarse Verlaine amargando aun mas su expresión.

- Padre, no sea tan rudo con sus palabras, realmente no comprendo porque ustedes se llevan tan mal - Oda también apareció tan sigilosamente como lo hizo Rampo colocándose aun lado de su padre.

- Aún no comprendo... ¿quién viene tan importante como para que todos se reúnan aquí?- Dazai seguía bastante intrigado por la identidad de ese misterioso personaje que ahora montaba tal espectáculo.

-¡¡¡ESTRA AL SALÓN EL DUQUE DEL NORTE, MILLARD AMONTE EN COMPAÑÍA DE SU ESPOSA, LA DUEQUESA LEONELE AMONTE!!! -

De entre las sombras del portal  aprecio la esbelta y trabajada figura de un hombre aparentemente joven de rojos cabellos y mirada fría, a su lado una mujer de flamante belleza y rostro afable sonreía cálidamente hacia los presentes creando así un aura balanceada.

- Es un placer para mí volverme a encontrar con los emperadores de este imperio y de paso saludar a la nueva estrella ascendente - La pareja ducal se inclino de manera respetuosa y sobria ante los presentes.

- Creo que es mejor decir que el honor de volverlo a ver es nuestro duque Amonte, han sido muchos años desde la última vez  gracias a su arduo trabajo en la frontera - Fukuzawa tenía una expresión brillante en su rostro al encontrarse con aquella persona que consideraba un maestro y un miembro de su familia.

- Lo que dice Yukichi es cierto, ha pasado mucho tiempo maestro...- Mori mostro una expresión parecida a la de su esposo y propuso un brindis en honor a su recién llegado invitado.

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- No puedo creer que después de tantos años de no poner un pie en la capital, decidas volver para visitar la ceremonia de promoción a heredero de un príncipe que ni siquiera conoces- Soltó el duque Nakahara con hastió en su voz, sin ningún temor a mostrar el desagrado que sentía por la persona frete a el.

- Yo puedo venir y hacer en el imperio lo que se me dé la gana cuando yo quiera, ese no es tu asunto mocoso teñido, escuálido, maleducado - Ataco el duque sin contemplación.

- ¡Ooooh!, parece que no estás tan senil como pensé, pobre de la señora Leonele al tener a una bestia desagradable como tú como esposo- Rebatió Verlaine, ambos duques estaban a punto de comenzar una pelea y no necesariamente sería verbal. - De verdad lamento que alguien tan amable como ella tenga que sufrir ese castigo-

- Cariño...-Las aterciopeladas voces de Rimbaud y Leonele resonaron al mismo tiempo provocando  un escalofrió en los cuerpos de ambos duques, que con expresiones de perro regañado se disculparon en contra de su voluntad.

- Pensaba que Fyodor y yo nos llevábamos mal...sin embargo, esto es otro nivel - Menciono Dazai sobando su barbilla a una esquina de donde los duques peleaban.