Capítulo 97

1.9K 265 198
                                    


-Chuuya… ¿Por qué estas?…¡¡Millard tienes tres segundos para explicarme por qué mi hijo está con tus subordinados!! – Paul estaba confundido, angustiado y alterado, necesitaba respuestas sin embargo era consciente de que no era el momento indicado.

-¡Te he dicho que dejes de gritarme!-

-¡¡Dejen de pelear maldita sea, no estamos en condiciones de estar perdiendo el tiempo!! – Mori se sentía a punto de estallar – ¡Duque espero que sea consciente de que nos debe muchas explicaciones con respecto a toda esta situación pero este no es el momento indicado, si ellos son los refuerzos debemos  comenzar con nuestra ofensiva! -

-Mori querido por favor cálmate- Menciono Leonele acercándose al pelinegro –No tienes que preocuparte por nada, déjanoslo a nosotros, nos encargaremos de todo –Mei Mei asintió en dirección a su nieto, este hizo una reverencia dando unos pasos hacia adelante para luego dirigirse a los soldaos de la columna.

- ¡¡¿Espera, Chuuya va a pelear?!!  ¡Eso es algo que no voy a permitir!- Verlaine amenazaba con acercarse a su hijo y llevárselo de ahí cuanto antes- ¡¡Mi hijo no es algo que puedas sacrificar por un capricho, aunque tú lo hayas salvado Millard no tienes el derecho de...!!-

- Paul espera un segundo-

- Padre por favor… - La fuerte y ronca voz de Chuuya desconcertó a los presentes – Le pido que no interfiera en mi trabajo- Paul al igual que el resto de sus acompañantes quedaron estáticos mientras el pelirrojo les dirigía una mirada serena y fría digna de un soldado con varios años de experiencia en el campo de batalla.

-¿Pero que…?- Rimbaud no salía de su estupor, ese chico frente a él no podía ser el mismo Chuuya que había hecho un berrinche hace tan solo unos días  por no poder acompañar a sus hermanos menores a una fiesta de té.

-Se los advertí… – Menciono Amonte con una sonrisa presumida- Mi nieto odia que lo molesten cuando está trabajando.

- ¡¡Escuadrón firme!!- La estruendosa voz del pelirrojo los sobresalto- ¡En estos instantes nos encontramos en territorio hostil y desconocido para pelear! ¡Deben ser cuidadosos, no estoy dispuesto a realizar el papeleo de defunción por sus propias estupideces! ¡Protejan a los ciudadanos, sean lo menos salvajes posible, la gente de la capital no es tan  resistente como la gente del norte!-Varios bufidos inconformes se escucharon a lo largo del escuadrón
- ¡Silencio!- Todos callaron al instante- ¡Recuerden siempre cual es nuestro principal objetivo, ahora! ¡¡Vallan!!-

-¡Sí señor!- Los soldados no tardaron en dispersarse, desapareciendo por las destruidas calles de la ciudad.

-Eres muy rudo con nuestros chicos Chuuya- Albatros relajo su postura al igual que el resto de sus compañeros.
- Si continuas así, nuestros pobres soldados tendrán pesadillas de solo escuchar tu voz -

- Nuestro Chuuya se ha convertido en un ejemplar jefe militar, mi piel se pone de gallina cada vez que escucho sus ordenes…quien diría que ese escuálido omega que fingía ser un debilucho iba a llegar incluso, a tratarnos como si fuéramos sus criados – Lippman se abrazo a si mismo fingiendo un escalofrió
– Tengo miedo de que en un futuro nuestro adorable pelirrojo se convierta en un segundo duque…-

- Ni lo menciones, ese ha sido uno de mis mayores temores desde que comenzó a liderar su propio escuadrón-Lo secundo Piano Man, el resto de los amigos del pelirrojo asintieron en silencio.

-Ugh… Ya dejen de decir estupideces, la situación amerita seriedad no comentarios estúpidos ¡¡Albatros!! –

-¡Sí pequeño jefe!-El rubio se coloco firme y realizo un saludo militar en dirección al pelirrojo.

La historia de cómo reencarne en este mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora