Capitulo 76

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- Entonces...como ambos están aburridos, quieren unirse a los caballeros-

- Sí -

- Pero... ¿tiene qué ser eso exactamente?, hay muchas tareas que pueden hacer sin intervenir directamente en el campo de batalla. La época de cosecha se acerca y en los establos nunca sobra el personal para cuidar de los animales o incluso podrían ayudar aquí en la mansión. Tengo bastante trabajo acumulado desde la última vez que salí de expedición-

- Por razones personales  ya exploramos todas esas posibilidades y no son viables-

- Y el trabajo de oficina es algo que no quiero ni siquiera intentar si es posible, tuve suficiente de eso cuando estaba en casa-

-Jaaa...- Millard suspiro y cubrió sus ojos con su enguantada mano, ese día a primera hora de la mañana había recibido una peculiar visita por parte de su nieto y el amigo de este. Le extraño bastante verlos a ambos tan temprano en su oficina y entendió que seria para hacerle alguna pregunta o pedirle algo aunque no espero que fuera para informarle que deseaban unirse a los caballeros.
- Ambos son consientes de que el entrenamiento para ser un caballero del norte es 100 veces más riguroso que el entrenamiento para ser un caballero de la capital no es así. Deben aprender a soportar áridas temperaturas y a sobrevivir en los más crueles cambios de la naturaleza, sumándole a todo eso que las bestias de este lugar no son un juego, sin contar a los demonios. Ser un caballero no es un juego-

- Comprendemos todo eso abuelo, pero también debes tener en cuenta que...-

- Ambos sobrevivimos casi dos años en el Tártaros- Gogol completo la frase de Chuuya y ambos chocaron palmas.

El duque masajeo sus sienes completamente estresado, no tenía nada en contra de que el chico albino se uniera a su orden de caballeros, en una u otra ocasión lo había visto realizar curiosos hechizo que serian útiles en el campo de batalla, sin embargo su nieto era un caso aparte. Chuuya recientemente había terminado su recuperación de lesiones demasiado delicadas para su edad y no quería verlo lastimado nuevamente, contando con que aun no se acostumbraba a su actual discapacidad.

- Lo sé pero aún así...-

- Déjalos querido, ellos han demostrado tener un espíritu muy fuerte, no dejes que se eche a perder encerrados en estas cuatro paredes- Leonele se adentro al despacho acompañada por un joven de apariencia extremadamente seria
- Estoy segura de que ambos son bastante fuertes, solo necesitaran de unos pocos meses para que estén al nivel de nuestros caballeros, quizás hasta mejores-

-No tengo dudas de eso querida pero...- Observo fijamente a su nieto colocando una expresión abatida al fijarse en el parche oscuro que cubría la zona de su ojo derecho- No estoy seguro...- Al notar la angustia en el mayor, el pelirrojo se acerco hasta  este tomando su mano.

- Abuelo, no necesitas preocuparte tanto, nada de lo que me sucedió fue tu culpa y gracias a ustedes es que estoy recuperado. Hare mi mejor esfuerzo para no salir lastimado en los entrenamientos, así que por favor...- Coloco una expresión inocente que sabía, ablandaba el corazón del duque en cuestión de segundos. Millard quiso pelear un poco mas por su propio orgullo, sin embargo esa expresión lo derrotaba demasiado fácil.

- Jaaa...que sepas que has ganado con trampas, está bien les permitiré unirse a los caballeros- Acepto totalmente derrotado.

-¡¡¡Síii!!!-
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Caminaron con rumbo al área de entrenamiento de los caballeros principales, a diferencia de la mansión del duque Nakahara en la capital, el salón de entrenamiento en el norte era bajo techo para evitar que las fuertes ventiscas los azotaran con tanta rudeza, aunque en ocasiones sin importar la magnitud del frio y la nieve, los hacían entrenar fuera.
El lugar era increíblemente amplio y sorprendentemente cálido, había espadas, lanzas, escudos esparcidos por todo el lugar.  Fuertes hombres uniformados batían sus espadas de manera sincronizada mientras que otros simplemente se ejercitaban alrededor de la pista de entrenamiento.

- Esto es genial- Murmuro el pelirrojo en dirección a su amigo.

- Es cierto, huele a alfa puro, me pregunto si aquí podre encontrar a mi futuro esposo- Comento el albino y Chuuya tuvo que cubrir su boca para no soltar una carcajada, negó con su cabeza divertido por lo "desesperado" que se encontraba su amigo con todo lo relacionado a encontrar "un buen alfa" o una pareja.

- Oh, mi señor ¿qué lo trae por aquí?- Menciono un atractivo chico con flequillo que cubría parcialmente su rostro y un lunar bajo su ojo izquierdo.

- Justo a tiempo como siempre- Menciono el duque refiriéndose al joven- Este es Lippmann, él es el rostro de los caballeros del norte, nos representa en cada una de las reuniones a la cuales no deseo asistir por lo que forma parte de los pocos hombres en los que puedo depositar mi confianza- Presento Millard y Chuuya junto a Gogol hicieron una reverencia.

-¡Mucho gusto en conocerlo señor  Lippmann, quedamos a su cuidado!- Lippmann pestaño algo aturdido ¿quiénes eran esos omegas tan adorables?

- Mi señor ¿podría decirme de qué trata todo esto?- Cuestiono y Millard suspiro por milésima vez en el día.

- Mejor reúne a todos y así lo explico una sola vez, ven al área de descanso cuando los encuentres, estaré esperando-

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- Muy bien ya estamos todos aquí- En la amplia habitación dedicada al descanso de los caballeros, se encontraban un total de 5 personas las cuales Chuuya desconocía contando con el extraño chico del lunar que su abuelo había presentado antes.- Estos son los encargados de dirigir mi facción de caballeros  en esta parte del norte, ya les presente a Lippmann. Este es Piano Man, dirige al escuadrón de asesinato y asalto- Señalo a un joven de cabellos blancos cortados a la altura de sus hombros con algunas rayas negras esparcidas en este asemejándose a las teclas de un piano- Doc., es el encargado de monitorear el estado de salud de los caballeros- Señalo la delgada y enfermiza figura de un chico con el cabello oscuro cortado a la altura de sus ojos- Ya conoces a Iceman, él es el líder de los caballeros- Era el mismo hombre que había entrado al despacho de su abuelo en compañía de Mei Mei, tenía el pelo corto y una cicatriz en uno de sus ojos- Y por último Albatros- Con desgane apunto a un rubio de cabellera despeinada y una trenza corta a un costado de su cabeza.

- ¡¡Al menos podría decir algo sobre mí jefe!!- Cuestiono el rubio totalmente indignado.

-Es verdadera  una molestia- Respondió el duque.

- Mucho gusto en conocerlos a todos, trabajaremos duro para no causarles molestias- Corearon ambos omegas mientras inclinaban su cabeza. Al notar la duda en las expresiones de la mayoría Millard explico la situación.

- Ellos son mi nieto menor y su amigo, los rescatamos en la última expedición que tuvimos. Ambos desean unirse a los caballeros así que se los encargo- Explicó  con sencillez y se dispuso a retirarse.

- ¡¡Pero señor esto es demasiado repentino!!- Razono Lippman.

- ¡Es cierto, ambos son omegas! ¡¿cómo planea que estemos tranquilos si estarán rodeados de puro alfa y beta que no ven a un omega o a una mujer desde hace años?!- Se quejo Piano Man recibiendo la razón por parte de sus compañeros.

- No lo sé... yo solo cumplo con los deseos de mi amado pequeño-El duque acaricio los suaves cabellos de Chuuya sonriéndole de manera cálida- Sera mejor que traten de mantenerlos a salvo si no quieren sentir mi ira- Cambio su tierna sonrisa  a una totalmente tétrica mientras observaba a sus subordinados- Cuídenlos bien... confiare en su raciocinio. Mucha suerte en tu primer día cariño- Se despidió de los omegas con una radiante sonrisa.

-...-

-...-

-...-

-...-

-...-

<< Mierda>> Pensaron los cinco caballeros a la vez.

La historia de cómo reencarne en este mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora