La historia de cómo reencarne en este mundo

Capitulo 108

Capitulo dedicado a Nutria_Rabiosa
(

Créditos al creador de la imagen)

-¿ Estás listo niño? – Menciono Hironori en dirección a Nikolai.

- Nunca voy a estar listo para hacer estas cosas, mi corazón es débil cuando se trata de este idiota –El albino utilizo una de sus manos y  descubrió un poco más la espalda del pelirrojo mostrando como la antigua marca colocada por Mephisto aún se encontraba en este lugar.

- Jaja…creo que tenemos algo en común –Nori se acerco a la olvidada chimenea creando al mismo tiempo un pequeño especio en el vacio donde introdujo su mano- Ja…odio tener que hacer esto- Del interior del agujero saco una larga varilla de oscura coloración la cual tenía un sello grabado en la punta- Normalmente no me importaría hacerle esto a alguien pero…supongo que el maldito de Prior tenía razón cando me dijo que el día en que llegara a tener a alguien especial, serían los momentos más tristes y felices de mi maldita existencia – El objeto metálico fue colocado al alcance de las azuladas llamas hasta el punto en que este se torno completamente rojo.  Podía escuchar los gritos de los padres de Chuuya desde el exterior de la barrera sin embargo trato de ignorarlos lo mejor que pudo- Con esto podrás ser libre de toda esta mierda mi pequeño pelirrojo, solo…debes soportar un poco mas- Nikolai se aferro un poco más al cuerpo de Chuuya inmovilizando sus movimientos. Hironori acerco con lentitud el metal caliente a la espalda del omega-₹†›£ Ω- Murmuro antes de finalmente fundir el extremo superior del metal con la espalda del pelirrojo. El cuerpo de Chuuya se retorció, intento acallar su voz sin embargo no pudo, gritos y sollozos desgarradores inundaron la habitación mientras que por el pálido rostro del omega gruesas lagrimas corrían, mojando poco a poco el uniforme de Nikolai. 

Cuando la marca en la espalda del omega fue remplazada por la marca del dios de la muerte, un oscuro resplandor rodeo el cuerpo de Chuuya para luego desaparecer bajo la atenta mirada de Hironori que inmediatamente aparto el objeto metálico de la piel del pelirrojo. El cuerpo de Chuuya perdió por completo la poca fuerza que aún le quedaba apoyándose por completo sobre el cuerpo de su compañero.

- Hemos terminado…- El de cabellos negros hizo desaparecer el sello que tenía entre sus manos para luego arrodillarse frente a ambos omegas
- La maldición fue eliminada con éxito-

- Eso significa... que Chuya no volverá a pasar por esos estúpidos y dolorosos ataques – Cuestiono el peliblanco con sus mejillas sonrojadas y ojos llorosos. Estaba haciendo su mejor esfuerzo para no romper a llorar, debía mantenerse fuerte durante los instantes que durara el ritual, no podía mostrarse débil frete a Chuuya, se prometió a si mismo que sería fuerte para él. El de ojos dorados negó con la cabeza.

- No…ya no volverá  a pasar, te doy mi palabra que eso no sucederá nuevamente-

- Es un alivio…- Gogol no pudo soportarlo mas dejando que sus lagrimas corrieran libremente por sus mejillas. Hironori sonrió enternecido por el comportamiento de este alargando su mano para luego posarla sobre su cabeza.

- Los dos hicieron un maravilloso trabajo- Alago para luego incorporarse dirigiendo su mirada al frente – Chuuya necesita descansar... pero antes, permitiré que su familia pueda estar con él. A este ritmo la barrera los atacara si siguen pegándose a esta como si fueran moscas. Con un chasquido de sus dedos la barrera desapareció y las exaltadas voces que tanto había evitado lo aturdieron en un segundo.

-¡¡ Chuuya!! –

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- Entonces… ¿usted es el apóstol del dios de la muerte…?- Cuestiono Yosano luego del  largo e incomodo silencio que se había formado en aquella habitación donde ahora el pelirrojo era atendido por el ya mencionado apóstol.