La historia de cómo reencarne en este mundo

Capitulo 6

El señor Melville realmente le parecía alguien interesante, podía verse como un simple anciano, uno  de esos a los que les gusta contarle historias a sus nietos cerca de la chimenea con una pipa en la mano y una expresión sonriente mientras que otras veces como un hombre extremadamente frio, todo un noble con gran experiencia en el mundo social. Se le hacía  extraño el como podía cambiar de una faceta a la otra en cuestión se de segundos, suponía que era algo que se adquiría con el tiempo .

- Buenos días señorito Chuuya listo para sumergirse en el maravilloso mundo de la historia durante esta hermosa mañana - Le sonrió cálidamente mientras agarraba un libro y se preparaba para comenzar su clase .

-Sí, estoy listo - Muy a su pesar  fue lo que respondió, no quería estar ahí entre tantos libros que de seguro tendría que memorizar, para colmo la noche anterior no durmió casi nada.

-Estoy muy feliz por su disposición , bueno comencemos con la lección de hoy -

Nunca fue bueno en historia, memorizar fechas , hechos históricos y fichas biográficas no era lo suyo. Aunque la historia de este mundo era diferente, parecía un cuento de fantasía, uno de esos en los que los caballeros se sacrifican en honor a la corona de su reino y los seres malvados pertenecientes a la oscuridad perecen a manos del poder de la justicia. Era emocionante e interesante en partes iguales, escuchar al señor Melville hablar de la historia del imperio era todo un deleite, era simplemente "Mágico", así debería describirse.

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El imperio Arutorias se fundó  hace poco más de  500 años.

En un principio, el mundo estaba cubierto de demonios y malvadas criaturas que buscaban tener el dominio de todo lo que los rodeaba. Los humanos junto a otras criaturas mágicas, eran masacrados por estos seres a tal punto que debían refugiarse en lugares intrincados o refugios subterráneos para intentar salvarse. Fueron largos siglos en los que la raza humana junto con otros seres mágicos lucharon contra las fuerzas demoniacas, muchos murieron con la esperanza de liberarse algún día de aquella amenaza que tanto los presionaba  sin embargo no ocurrían  grandes mejorías .

El dios Adastrea señor de la luz y La diosa Cibeles señora de la luna, al no soportar más  la situación pues los demonios habían acabado prácticamente con todas  las otras razas a excepción de las que decidieron luchar hasta el final, convocaron  a los otros dioses para tratar de ayudarlos.

Se acordó que cada dios eligiría a un ser que estuviera a favor de la paz del mundo y le daría su bendición, convirtiéndolo en su apóstol. Los dioses estuvieron de acuerdo con esto, mandando su bendición a varios niños recién nacidos que  se convertirían en la esperanza de todos.

Así nació Aurterias, el apóstol del dios de la luz y el que en un futuro pondría fin a la guerra. Por años pelearon, ellos eran fuertes , tenían habilidades sagradas, pero los demonios eran demasiados se reproducían con rapidez, su rey era una verdadera molestia debido a sus múltiples núcleos mágicos que le permitían regenerarse en cuestión de segundos . Luego de mucho esfuerzo y trabajo Aurterias, su hermano Deirdre apóstol del dios de la guerra y Aglaya apóstol de la diosa de la luna lograron derrotarlo,  sin embargo cuando se disponían a matarlo este huyo sellándose así mismo dentro de un cristal mágico, esto se convertiría  en un peligro a futuro, algún día podría volver y ellos no estarían ahí para pelear  por  tanto colocaron otro sello sobre el que se había puesto él mismo .

Luego de eso  vinieron tiempos de relativa paz, los demonios seguía ahí pero con su rey perdido no se atrevían a atacar como lo hacían antes . Aurterias se convirtió en el líder de todos aquellos que sobrevivieron, siendo coronado como el primer emperador del ahora imperio Amaurotia, Aglaya se convirtió en su ayudante y compañero de vida, creando así el titulo de emperador regente . Los demás apóstoles tomaron diferentes caminos, algunos se quedaron en el imperio, otros decidieron irse a otros territorios y formar su propio reino.