XIV

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Neteyam se estiró tanto que algunas de sus articulaciones crujieron

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Neteyam se estiró tanto que algunas de sus articulaciones crujieron. Con una clara satisfacción en el rostro, avanzó algunos pasos alejándose de su hogar. Ao'nung muestra su linda cara adormilada al potente sol que lo cubrió con sus cálidos rayos.

            - Es muy temprano... - soltando un bostezo tan grande que podría alojarse un pez, pequeñas lágrimas se asomaron en los ojos turquesas – Regresa a dormir –

El vínculo había despertado a Ao'nung. El hijo del mar que se caracterizaba por tener un sueño tan profundo que era un logro poder despertarlo. Al sentir como Neteyam se alejaba de su lado, el vínculo zumbo tanto que lo despertó malhumorado.

            - Tengo que entrenar – comenta el chico del bosque. Observando fascinado el rostro de su acompañante

Ao'nung ladea confundido su cabeza – Eso lo hicimos ayer – estirando su brazo, aprisiona la delgada cintura de su compañero – Más tarde... Ahora ven a dormir –

Neteyam niega suavemente – Esto es importante. Alístate... - empujando al joven Metkayina, un bufido en resignación sale de su boca.

Tardándose quince minutos, ya que cierto chico del mar arrastraba sus pies en cada paso que daba. Las mañanas definitivamente no eran lo suyo. Presenciando un dolor de cabeza inigualable por haber interrumpido su sueño. Neteyam lo calmo con una suave caricia debajo de su barbilla, bajando su mano hacia su cuello, cerro la distancia entre ellos. Depósito pequeños besos en su clavícula, deteniéndose debajo de su barbilla. Un suave ronroneo calmo por completo el malhumor y dolor de cabeza de Ao'nung, desapareciéndolo.

            - Gracias, felino... -

            - ¿Felino? – Neteyam se apartó llevándose consigo a su compañero.

            - Ronroneaste como uno. Anoche – y el calor subió hacia las mejillas del joven Omaticaya.

            - Desaparece esas imágenes de tu cabeza – queriendo dominar Neteyam el vínculo y así desviar por completo su atención hacia otros tipos de pensamientos. Fue imposible.

            - Fue increíble - Ao'nung siguió los pasos de Neteyam perdido en las escenas trascurridas de una intensa noche llena de gemidos, jadeos, orgasmos múltiples de parte de ambos, incluso un lindo gesto que se le hizo tierno a Ao'nung de Neteyam, dejando ver su lado más...

            - ¡Basta! – Neteyam grito jadeante. El calor en su cuerpo lo estaba consumiendo gracias a las fuertes emociones que Ao'nung producía a través del vínculo. Mostrando sus pequeños colmillos, estos comenzaron a crecer de forma amenazante.

Ao'nung levanto sus dos brazos en un gesto de rendición. Sin embargo, la actitud amenazadora que estaba empleando su compañero le parecía sumamente sensual hacia sus ojos turquesas.

Neteyam soltó un largo suspiro. Sentándose en la arena, alejados del pueblo, a la orilla del arrecife. Quiso iniciar su propio entrenamiento especial. Sumergiéndose en lo más profundo de sus pensamientos, el joven Omaticaya se concentró en su estado más primitivo dentro de cada Na'vi nacido del bosque. El lado salvaje.

Te veo. Te sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora