𝐼𝑋. 𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛.

1.9K 149 72
                                    

La manager continuó explicando ciertos gráficos y demás elementos que exponía en su presentación ante un grupo de ejecutivos en una de las tantas salas privadas del edificio de Quackity's Studios.

Por divagar en mis pensamientos perdí el tema principal minutos atrás, y no me preocupaba en absoluto no poder prestar atención a la reunión que se llevaba a cabo; mi única función en este lugar tan discreto y reservado era compartir los próximos planes de Quackity en relación a Twitch, y nada más. Era una actividad que había realizado justo al iniciar la reunión sirviéndole de introducción a la manager para discutir uno de los proyectos más importantes —de momento— con un montón de palabras en clave para no revelarlo. Todavía no tenía la confianza de la empresa para envolverme en proyectos más grandes; al final de esta junta solo podría notificarle a Quackity qué personas debía ver para negociar y finalizar ciertos acuerdos, y acompañarle si requería de mis servicios.

Inspeccioné el logo impreso en una de las plumas de la empresa. Después jugueteé con ella.

Por más que intentara ignorarlo, y aunque hubiese pasado un día del directo de cocina de Quackity, mi cuerpo seguía temblando ante el recuerdo de sus manos en mi cadera y en mi rostro. Fue una reacción accidental el que nos llevó a esa situación, pero ninguno de los dos tuvo la iniciativa de empujar al otro y pretender que nada sucedió, o apartarnos y pedir perdón por el incómodo desliz. En vez de eso, solo nos dejamos llevar por la oportunidad que podríamos no tener de nuevo.

Tal vez, solo y tal vez si solo hubiésemos tenido más tiempo, si Roier y Aldo no nos hubiesen interrumpido, si hubiese tenido los nervios para acercarme más...

Desabotoné ligeramente mi camisa en cuanto sentí el aire volverse más pesado, y pretendí prestar atención a la manager después de beber de mi café. Dejé la pluma de la empresa sobre mi libreta, y exhalé una vez más en el día, buscando que en alguno de ellos se escapen mis deseos.

—Mencionando esto doy por finalizada la reunión de hoy. Pueden retirarse— Concluyó la manager después de unos minutos explicando unas pautas finales del proyecto. Me pregunté si de casualidad habrían mencionado siquiera el nombre de éste en la reunión. —. Espera ahí, _____, ¿puedo hablar un momento contigo?

Alcé la vista para encontrar su habitual mirada perspicaz; atenta, pero serena. Me levanté de la silla en cuanto escuché mi nombre.

—¿Sí?

—¿Todo está bien? Te noté distraída en la reunión.

O soy muy obvia, o tiene un buen ojo.

Le sonreí por cortesía.

—Unos... asuntos personales, pero prometo que no se interpondrán en mi desempeño.

—Oh, no te preocupes, _____. Poniéndome a tus pies, de seguro hubiera sido más interesante estar merodeando por el edificio sacando copias que escuchar un proyecto completo en palabras clave— Sonrió. —, aunque pronto descubrirás sobre él, solo debes ser paciente hasta que tengamos la autorización de Alex sobre la animación que se está preparando para el anuncio final.

—¿El que estará listo en un par de semanas? — La manager asintió. —. Lo tendré en cuenta.

Terminó de acomodar sus documentos, y al guardarlos en su bolso y esperar a que las últimas personas abandonaran la sala, continuó.

—Por cierto, ¿qué sucedió en el directo de ayer? — Mi cuerpo se tensó. —. Duró casi quince minutos fuera del directo, y si no hubiese sido porque por poco volvieron la herida de Alex en una tendencia en Twitter, no me habría enterado. ¿Qué estabas haciendo?

Disponible solo por negocios | QuackityxTnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora