89. La firma

284 10 0
                                    

Adrien Agreste

Llegó el día, al fin volveré a ver a Marinette. Me siento emocionado, triste y enojado a la vez. Quisiera que todo hubiera sido diferente entre nosotros, pero no puedo hacer nada para cambiar el pasado.

Me miro al espejo de nuestra habitación, en la que sigo durmiendo, para tratar de sentir su aroma. Aunque ya no queda nada, me niego a dejar de dormir aquí, al menos hasta que Lila se venga a vivir aquí. He pensado en cerrar este cuarto de manera permanente, ocupar para nosotros el que use yo, así el de al lado de ese será el del bebé. Espero que eso no le moleste a Lila.

El embarazo va avanzando bien, no ha tenido dolores y control le corresponde en dos semanas más.

Voy en camino a la reunión con mi abogado y Marinette y su abogada. Estoy realmente ansioso por verla.

Me bajo del auto caminando más rápido de lo que quiero, para poder verla. Al entrar la veo de lejos, está más hermosa que antes, cuando creí que no podía ser mas bella si lo hizo.

Ella no se ha dado cuenta de mi presencia y aprovecho de verla sin disimular. La extrañé tanto, mis pies no pueden evitar acercarse a ella de forma automática, necesito sentir su aroma para recordar como huele.

Me encuentro a espaldas de ella, mientras Marinette conversa con una chica que supongo que es la abogada aspiro su aroma y ella se tensa. Voltea y me ve

- Hola - saludo como idiota sin saber que mas decir

Veo como borra la sonrisa de su rostro y se pone seria

- Hola, cuando llegue tu abogado me avisas para firmar y así dejar listo este asunto - dice de forma seria

- ¿Cómo has estado? - pregunto tratando de mantener una conversación

- Bien, gracias - contesta volviendo a voltear para ver a su abogada Esta muy cambiada, no físicamente, pero si en su forma de actuar. ¿Dónde quedo la dulce y amorosa Marinette? Tanto ha cambiado mi hermosa Marinette en este poco tiempo. No puedo creer como me hablo y como me dejo de hablar tan fácilmente. ¿no me extraño? ¿olvido todo lo que sentía por mí?

No dejo de pensar en eso, hasta que mi abogado me toca el hombro y me dice que ya podemos comenzar.

Pasamos a una sala con una mesa, donde se encuentra un mediador para ser testigo de nuestro mutuo acuerdo de divorcio.

Todo el tiempo que estamos en esto la observo, ella no me mira ni una sola vez. Recibe de su abogada el documento y lo firma sin siquiera leer.

- Mi cliente está totalmente de acuerdo con todo lo que el señor Agreste pide, no apelará a nada y espera que se solucione rápidamente este trámite. Lo único que modifique en este documento que ella firmó es que el dinero que su cliente quiere darle por la casa lo done a beneficencia, ella no lo quiere - dice la abogada de ella entregando un documento que Marinette ya firmo

- Le corresponde, la casa era de ambos - digo sin poder detenerme

- A mi cliente... -comienza a hablar la abogada, pero al detengo

- ¿Puedes responder tu? - le pregunto de forma directa a ella

- Mi cliente no tiene porque tolerar que el señor le hable de esa forma, esta de forma voluntaria en esta sala y merece respeto. Si no quiere responder no tiene que hacerlo, respete su decisión - me dice muy enojada la abogada

- Lo siento, no quise levantar la voz - digo, ya que cuando le pregunté si podía responder levante un poco la voz

- Bien, lea el documento y así confirma que no hemos cambiado nada mas que el dinero de la casa - insiste la abogada de Marinette

Mi abogado toma el documento y lee en silencio, trato de hacer lo mismo, pero no puedo leer nada. No me concentro teniéndola frente a mi sin siquiera mirarme. Me duele su indiferencia y la comprendo por el cambio que hizo sobre el dinero de la casa cuando ya lo había aceptado y si lo cambio es porque se entero que viviré con Lila en ella, nuestra casa.

Mi abogado me dice que todo esta en orden y firmo molesto por lo fácil que fue para ella terminar todo entre nosotros. Puede que sea un descarado por pensar así, ya que fue mi culpa que esto se acabara, fue por mis actos que todo se arruino.

Cuando firmamos ambos, me aclaro la garganta y miro a la que ahora pasara a ser mi ex esposa

- ¿Podemos hablar? - le pregunto mirándola directamente

- No es necesario, tengo cosas que hacer y voy corta de tiempo. Si quieres acompañarme a mi empresa para ponerme al día no tengo problema, pero sobre temas laborales. Personales ya no tenemos que hablar, excepto de Plagg claro - me responde como un tempano de hielo

- Bien, vamos a tu empresa. Puedo llevarte en mi auto - le insisto para estar con ella un tiempo a solas

- No gracias, vienen por mi - contesta mirando la hora

- Entonces nos vemos en la empresa - digo de mal humor

Salgo furioso por su frialdad conmigo. No esperaba nada de esto, al contrario, en mi mente todo era distinto. Me duele su frialdad y la entiendo a la vez, si yo estuviera en su lugar me hubiera puesto peor, es mas ni siquiera hubiera venido a firmar.

Me siento demasiado mal por verla así, extraño a la que fue mi esposa en el viaje, a los tiempos juntos. No es que quiera estar con ella mas que como amigos, ya que ella no se merece que la traten como segunda opción, solo quiero hablar con ella y ver que esta bien donde vive ahora. Solo eso.

Manejo a la empresa de ella, al bajar me doy cuenta que no ha llegado y subo directo a su oficina, la espero sentado en su silla, solo para verla entrar. Los minutos pasan y me desespero al no verla llegar. Justo cuando estoy perdiendo la paciencia escucho su risa y siento mariposas en mi estómago. Además de ella viene Alya, reconozco su voz en todos lados.

Abren la puerta y ambas al verme se quedan ambas en silencio.

Adaptación MLB || Amor después del divorcio || Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora