100. Luka y su pasado

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Marinette Dupain

Estoy caminando de un lado a otro, no sé ni qué hacer en este momento, tampoco entiendo del todo la razón por la que me siento así de alterada. Veo a Luka llegar y mi corazón aletea en mi pecho, supongo que son los nervios los que me hacen reaccionar así. Lo saludo y le pido que nos sentemos en la sala. Mientras lo hago, mis piernas no dejan de rebotar contra el piso, de forma inquieta, porque estoy ansiosa, no puedo negarlo.

- Cariño me tienes preocupado, ¿estás bien? - pregunta, con sus ojos muy abiertos y un brillo impaciente en ellos.

Sí, estoy bien, lo que pasa es que... - Dudo, muerdo mi labio inferior, no puedo evitarlo - estoy embarazada.

Hablo en un susurro y miro mi regazo. Mis dedos se retuercen sin cesar, intentando detener mi intranquilidad Luka se da cuenta y me rodea la mano con la suya, para que deje de hacer esos movimientos que solo demuestran mi ansiedad. El sabe que eso solo lo hago cuando estoy muy alterada. Con su otra mano, pone un dedo bajo mi barbilla y levanta mi cabeza. Su sonrisa es lo primero que me recibe. Y solo entonces, la presión en mi pecho se relaja un poco.

- Felicidades, hermosa, esa es una excelente noticia. Un bebé siempre será una bendición - asegura, su sola mirada me da esperanzas y alivia mis preocupaciones - Me alegro mucho por ti, de todo corazón. Y quiero que sepas que, la decisión que tomes, sea cual sea, respecto al padre del bebé y todo lo demás, siempre podrás contar conmigo. Pase lo que pase, tú me llamas, que vendré corriendo a verte y para estar contigo.
En tus manos está la decisión, como lo que tú misma quieras que sea: solo un amigo o...algo más. Lo que siento por ti, absolutamente todos mis sentimientos, no cambian al saber esto por el contrario, se incrementan. - Sus ojos están húmedos. La ternura y la comprensión en su voz, no es algo que se encuentre en todos lados.

Esta devoción revuelve todas mis emociones.

- Eres demasiado bueno para tu propio bien - murmuro, con dificultad. Le sonrío, pero estoy al borde del llanto.

Al instante, su expresión se vuelve una mueca preocupada. Sus manos rodean mi rostro y con sus pulgares, limpia las lágrimas que corren por mis mejillas sin poder evitarlas.

- Oh, cariño, no llores. No tienes razones para llorar, ni para estar triste. Solo para estar feliz. Un bebé trae eso, siempre - pide, con resolución y verdaderas ganas de calmarme.

- Lo siento - susurro, tratando de controlar mis hormonas, aunque se siente como una misión imposible.

Niega con la cabeza, una sonrisa suave baila en la comisura de sus labios. Continúa acariciando mis mejillas.

- No te disculpes, jamás, por nada - declara, con esa seguridad que tanto me gusta de él. Acerca su boca y me besa la frente.

Las mariposas de mi estómago alzan el vuelo con ese pequeño gesto. Mi cuerpo reacciona tan bien a su presencia, me siento tan bien cuando estamos juntos, protegida, resguardada. Su sola forma de ser provoca eso, sé que no son mis hormonas pensando por mí. Luka es como mi escudo, uno en el que confío por encima de todas las cosas y estoy segura, que él no dejará que nada ni nadie me dañe. Jamás.

- Supe que te gustan los niños - digo, con una sonrisa, ahora sí de felicidad.

Y en su rostro se refleja una también, lo que confirma mis palabras.

- La verdad es que tengo una debilidad por ellos - confiesa y se separa un poco. Mantiene su mirada sobre la mía y puedo ver una tristeza que hace un segundo atrás, no estaba - En el pasado tuve la oportunidad de ser padre, pero la chica no pensaba igual que yo y...bueno, no quiso continuar con el embarazo.

Adaptación MLB || Amor después del divorcio || Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora