98. Embarazada

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Marinette Dupain

En este momento me encuentro en casa, en mi cuarto, el único lugar en el que estoy tranquila, estoy tirada en mi cama, boca arriba mirando al techo, me siento muerta del cansancio.

Kagami está que no cabe en sí misma por la felicidad porque va a ser tía, mientras yo aún estoy tratando de asimilar la noticia, no es nada fácil. Y sí, sé que quizá me estoy comportando como una pésima madre, quizá estoy sintiendo cosas que no debería sentir, pero las hormonas son así, me tienen demasiado sensible y nadie entiende que puedo fingir estar bien, pero en realidad esto es algo que cuesta asimilar, no es algo que se asuma de la noche a la mañana, es una responsabilidad enorme. Y aún más, cuando me encontraba convencida que no era mi caso, cuando tenía la certeza de que eso no podía ser posible.

He estado retrocediendo en el tiempo, sacando cuentas, contando cada uno de los días una y otra vez, pensando y meditando en la última vez que estuve con Adrien, en ese momento de seguro debió fecundarse el bebé, intento calcular las semanas pero la cabeza no me da, no puedo siquiera pensar con claridad.

Recuerdo todas las veces que he bebido alcohol como loca, y no cerveza o cualquier licor ligero, sino que me aloqué varias veces bebiendo cosas fuertes.

Pienso en las veces que no me he cuidado, las ocasiones en las que he levantado cosas pesadas, que he empujado objetos grandes, todos los dolores de cabeza, las náuseas matutinas, mareos... Así voy recordando cada detalle, cada uno pasa delante de mi mente como si de una película se tratase y yo fuera una simple espectadora, avergonzada delante de una gran pantalla por todo lo que hice mal.

«Estoy verdaderamente jodida», pienso asustada.

He sido una pésima madre con mi bebé, no puedo creer que esté tan pequeño y ya esté comentiendo errores, esto no me lo voy a perdonar y seguramente él tampoco, ¿O será ella? ¡Argh! Ya no se que pensar, es que por el hecho de que siempre viví mi vida como si no estuviera, como si no existiera, salí, baile e hice todo lo que no debía hacer, he sido una completa irresponsable.

Al menos el beber alcohol no fue demasiado, pero bebí licor fuerte, aunque no fue mucho, pero si de esos que pican, sin embargo, sé que quizá no le hace daño, pero... ¿Y si si? ¡Por Dios! En este momento soy toda una contradicción nerviosa y me hace sentir la peor persona del mundo al recordar que lo hice. Es que ¿qué mujer en su sano juicio no está al pendiente de sus periodos y se preocupa al notar algún retraso? Ah... pues si, yo. La más tonta.

No sé cuánto tiempo llevo en la misma posición, los músculos los siento entumecidos y me duelen las piernas y brazos cuando los estiro, Kagami se ha comportado como mi madre, en todo momento ha estado super al pendiente desde que supo la notícia. Fue la encargada de ir por las vitaminas e incluso paso a comprar verduras y frutas, creo que demasiadas, para mí nueva dieta alimenticia, de hecho, comienzo a preguntarme ¿En cuanto tiempo me veré como una bola? Porque con la cantidad de comida que trago, creo que en pocas semanas estaré rodando.

Alya me llamó y no fui capaz de decirle que había ido al médico, me acobarde y decidí quedarme callada, aunque ella noto que mi voz no era la misma de antes, soy pésima actriz hasta por teléfono, ella me preguntó qué me pasaba, no es tonta y supo darse cuenta, pero yo preferi evadirla y le dije que estaba un poco ocupada que la llamaría más tarde, dándole la excusa más trillada y tonta del mundo.

Escucho un ruido y es Kagami que toca la puerta y ni siquiera me levanto sino le digo que pase, desde mi posición la veo entrar y noto que entre sus manos trae una bandeja de comida, que no se ve para nada pequeña. No sé ni siquiera qué hora es, pero me siento y espero que ella termine de entrar.

Adaptación MLB || Amor después del divorcio || Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora