CAPITULO 9

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Toda esta situación fue causada por su deseo de comer helado desde el principio. De  mala gana, Mika, que estaba sentado frente a ellos, suspiró y miró a Hugh. Él, que  fingía estar triste, hizo un puchero y se quejó con John. 

—Saliste con este tipo a propósito, ¿verdad? Esta es la razón por la que no has venido  a mi habitación en estos días. Te estaba esperando, John… —Hugh levantó el brazo  de John y lo puso sobre su hombro. 

Luego, parpadeó con los ojos sin humedad y repetidamente le susurró que lo amaba. 

Por alguna razón, Mika no se sentía bien. Le dolía el pecho y desvió la mirada hacia  la ventana. No había nada que ver afuera porque todo estaba oscuro, pero no quería  verlos. 

Por un momento, el silencio se prolongó. En el interior del carruaje silencioso, solo  se escuchaba el fuerte traqueteo de la herradura. Mika, que seguía mirando por la  ventana, no sabía que John lo estaba observando. Lo había hecho sin descanso. Desde  la salida del carruaje su interés solo se dirigió a Mika. Hugh puso su mano alrededor  del cuello de John, mordiéndose los labios en una clara provocación. Luego cubrió  sus labios con los suyos. 

John lo aceptó sin dudarlo. En el interior del estrecho carruaje solo se escuchaba el  sonido de sus gemidos. Mika, asombrado por el sonido de los jadeos y los besos, se  tapó los oídos con ambas manos. Entonces, Hugh, que comenzó a emocionarse aún  más, se calentó con la feromona que fluía de John, se subió a sus muslos y sacudió su  trasero. 

Mika, que no sabía dónde poner sus ojos, solo se quedó mirando la punta de sus  zapatos. El sonido lujurioso y sucio, le hizo recordar lo que había olvidado. 

El día que tembló de placer al ser abrazado por él. El día que engendró a su hijo.  Entonces, su cara se puso caliente.  La feromona de John llenó el carruaje, y el cuerpo de Mika comenzó a vibrar en  consecuencia. En ese momento, Mika no lo sabía. cómo reaccionaba un Omega ante  un Alfa. 

—Ah. Oh… Ah… sí. John… aquí. Ugh. Ah … ¿Podemos hacerlo? — Mika levantó  la cabeza, sorprendido por las palabras de Hugh que ni siquiera pudo pronunciarlas  correctamente. 

En ese momento, John abrazó la cabeza y la cintura de Hugh con fuerza y con eso notó que a él le apasionaban los besos. Sus ojos negros no eran tan fríos como esa vez.  Su corazón se sentía raro. Sin poder calmarse comenzó a moverse vigorosamente.  Debería estar terriblemente asustado, pero ya no se sentía como antes ¿Es porque éI  es eI padre deI niño? Mika estaba confundido. 

Se sentía incómodo en ese lugar. Quería correr, pero no podía. De alguna manera, sus  ojos y su cuerpo comenzaron a calentarse. La velocidad del carruaje no era tan  abrumadora como el extraño calor que sentía. Y en medio de esa situación, el niño  comenzó a manifestar su presencia por primera vez. Debería estar feliz, pero parecía  que las lágrimas vendrían antes que la risa. Se palmeó el estómago con cuidado, pero  las patadas que empezaron una vez se repitieron sin parar. Al niño le gustaba la  feromona de John. 

—Uh. Sí. Ugh… Ah …Ah. John. —con un fuerte gemido, Hugh comenzó a  desabrochar la ropa de John. 

A medida que Hugh frotaba con mayor fuerza sus nalgas contras los muslos de John,  sus gemidos se hacían más profundos, lo que hizo que el estado de ánimo de Mika se  oscureciera gradualmente. Para apaciguar al niño que se movía vigorosamente, siguió  dándose palmaditas en el estómago con ambas manos, pero fue en vano. Era algo muy  triste. Odiaba ese sentimiento y al niño que no lo escuchaba. Y en ese momento, una  gran patada le dolió lo suficiente como para lastimarle el estómago. Mika se mordió  los labios con firmeza para contener los gemidos. Tuvo que soportar el dolor,  esperando llegar rápidamente. 

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