CAPITULO 16

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Mika se quedó en blanco porque no pudo entender lo que significaban sus palabras inesperadas.

-Me molestó cuando le sonreíste al otro tipo. Estaba realmente molesto e irritado, que no me importó nada más. Este ramo es mucho más caro y mejor que una sola flor. Acéptalo y sonríeme también.

Afortunadamente, gracias a que se lo explicó nuevamente, Mika pudo entender el significado de sus palabras. Se preguntaba dónde lo había visto, pero, Mika, quien se ofendió por su forma de hablar, frunció el ceño. Era un hombre que no tenía ni idea de lo que le gustaba del uno al diez. Se rumoraba que era amable con sus amantes, pero ¿por qué se comportaba de esa forma con él? Estuvo a punto de romper a llorar al pensar que lo hacía porque realmente lo odiaba. Y como la expresión de Mika no era buena, John, que lo estaba mirando, chasqueó su lengua brevemente.

-Te reíste de inmediato cuando él te dio esa flor, entonces ¿por qué me miras así? Busqué por toda la ciudad a esta hora y tuve muchas dificultades para comprar este ramo ¿No te gusta?

Calais, un pasaje para los barcos de exportación e importación, era bastante peligroso para hacer negocios en la noche porque había muchos forasteros. Así que había muchas tiendas que cerraban desde el atardecer. En la noche, solo los burdeles y los bares estaban abiertos. Fuera de la ventana la puesta de sol ya había desaparecido y estaba oscuro. Mika no podía imaginarse lo difícil que había sido para John conseguir esas flores. Por lo tanto, John no pudo ocultar su decepción.

Mika estaba avergonzado porque de repente él había llegado de la nada para regalarle un ramo de flores. No podía entender su forma de pensar. Quería estar enojado con él, pero cuando vio su mejilla teñida de rojo, su corazón se conmovió. Justo cuando le dolía la mano, su mejilla estaba hinchada. Lamentó haberle dejado una marca en su hermoso rostro. Sin embargo, no quería reírse como él se lo pedía. Mika hizo un puchero y miró casualmente las inocentes flores que estaban en sus brazos.

Gradualmente, la cara de John comenzó a distorsionarse aún más, al ver que su estrategia no había funcionado como él pensaba.

Entonces, cuando el tiempo pasaba tranquilamente.

-Oh...- Los ojos de John y Mika se volvieron al mismo tiempo, ante una voz extraña que escucharon de repente.

-Hola, no he sabido nada nuevo de ti-. El vecino, a quien había conocido por primera vez, sonrió y saludó a Mika.

Su aparición en un momento verdaderamente extraordinario, aunque no fuera intencionado, había sacado a John de la atención de Mika.

Recordando la cita que había olvidado, Mika parpadeó hacia el hombre con una mirada de disculpa. Los ojos de Mika brillaron con curiosidad por el amable vecino que le había dado la rosa.

-¿Puedo entrar? -Le pidió permiso a Mika con una voz amistosa. A diferencia de otra persona.

-No dejes que nadie entre en la casa-. Advirtió John.

El vecino sonrió con torpeza, como si supiera a ciencia cierta que cuando hablaba de 'nadie' se refería a él. Mika ignoró a John y dejó las flores que sostenía cerca. Luego tomó la mano de su vecino y lo condujo al salón. Y de ese modo, John fue abandonado en la entrada. Mirando mortalmente las manos de los dos hombres que desaparecían en el salón, rápidamente los siguió mascullando una maldición.

***

Con seguridad, el día había sido muy ajetreado ¿cuántas veces había sentido que viajaba entre el cielo y el infierno? con una sonrisa amarga, Murray observó a dos hombres sentados cara a cara discutiendo. Uno de ellos era John Mannum, quien había provocado un alboroto durante el día y regresó con una gran huella de mano en la mejilla a primera hora de la tarde. Él mismo estaba sirviéndole té, como el amo de la casa, a un invitado que Murray veía por primera vez.

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