Estaban comenzando en una nueva ciudad, la ciudad de Kansas era enorme para lo que Taylor estaba acostumbrada, toda su vida había vivido en Wyoming, Pensilvania con sus padres, su hermano había ido a estudiar a la universidad fuera de donde creció, ahora, mudaba toda su vida junto con su pequeño hijo de 4 años, Matthew, la nueva casa donde ahora habitarían, se encontraba cerca de la de su hermano, Austin y su esposa Selena.
—Mami, ya saqué todo de las cajas—
—Está bien mi amor, gracias por tu ayuda—
—El tío Austin me prometió que vendría y traería aros de cebolla—
Ella rio. —Sí, debe estar por llegar, así que será mejor que quitemos todas estas cajas para que no vea semejante desastre—
—Mami, ¿Cuál desastre?, es una mudanza—
—Tienes razón— besó su frente. —Ve a lavarte, cenaremos—
En eso llegó su hermano menor, Austin, sonriente y alegre de tener a su hermana cerca por fin, detrás de él entraba su esposa, Selena, quien estaba cargando a una pequeña de 3 años, de cabello completamente oscuro, pero con unos ojos tan azules que parecía una muñeca de porcelana.
—¡Hermana! — se abrazaron.
—¿Cómo están Taylor? — Selena la abrazó cálidamente.
—Estamos bien, saluda Matthew, hola preciosa—
—Di hola Teeghan—
—Hola tía Taylor— la pequeña aún en brazos de su madre saludó.
—Hola nena—
—Hola tíos Austin, Selena y Tee—
Cenaron tranquilamente, mientras se ponían al día, apenas estaba comenzando el verano así que Selena estuvo planeando que visitaran todos los lados de la ciudad, los pequeños estaban jugando con los dinosaurios de Matthew, mientras Austin los vigilaba, trataba de conectar la tv, las chicas observaban desde la cocina.
—¿Ha ido todo bien, Tay? — Selena le preguntó, mientras servía un poco de vino en los vasos improvisados de la mudanza.
Ella suspiró. —Sí, se podría decir—
—¿Cómo lo tomó Joe? —
Taylor y Joe, estuvieron casados durante 6 años, cualquiera podría decir que eran una pareja bastante dispareja, a pesar de que se parecían mucho en sus facciones, ellos se conocieron en el trabajo, Tay trabajaba en una oficina de abogados de renombre, y Joe era un importante abogado, él siempre tenía el buen porte que su profesión le exigía, vistiendo de elegantes trajes, zapatos brillantes, un cabello impecablemente limpio, suave y muy rubio, con unos ojos azules encantadores que cautivaron por completo a Taylor, ella, una chica sencilla de Wyoming, licenciada en derecho, ambos al trabajar en un caso se enamoraron y se casaron.
Las cosas fueron bien el primer año, parecía una luna de miel constante, pero al conocer a su familia, Taylor se dio cuenta de que sería complicado competir con una madre que siempre estaba a la expectativa de ella, Taylor no era fea, realmente era una muñeca barbie, una piel blanca de porcelana, ojos azules únicos y brillantes, una figura de envidiar y unos labios carnosos, le gustaba vestir ropa a la moda, normalmente se le miraba con vestidos y zapatillas de tacón altos, ella de por sí era alta, así que parecía una modelo andando, eso no le gustaba a su suegra, ella buscaba para su hijo una esposa que se quedara en casa para tratar como se merece a su tesoro.
Al enterarse que serían padres los dos tenían ideas enormes de como educarían a ese bebé, Taylor estaba emocionada de ser madre, después de todo, tal vez ese bebé relajaría las cosas con la familia Alwyn, quienes no aprobaban nada de lo que ella hacía, pero estaba equivocada, la situación empezó a complicarse a medida que su hijo crecía, el embarazo fue normal, Joseph no fue el sujeto más feliz del mundo, pero estaba vuelto loco porque tendría un heredero del imperio de su familia, Taylor, por otro lado, estaba contenta con el solo hecho de que sería mamá.
Al nacer Matthew Finlay Alwyn Swift, todos estaban vueltos locos, pero no duraría mucho el cuento de hadas para Taylor, Joe tomó muchas actitudes que a ella le molestaban, al principio no les daba importancia, pero cuando vio que no dejaba que su hijo fuera un pequeño normal eso le enfureció, si se ensuciaba con lodo, se molestaba, si el pequeño lloraba mucho por algún berrinche, mandaba a callarlo, ya que "siempre tenía dolores de cabeza" por trabajo, si su hijo gritaba o saltaba en la cama, lo reprendía diciéndole que los niños educados no hacían eso. Ella estaba cansada, un buen día, le dijo que las cosas no iban a funcionar así y por el bien del pequeño debían tomar caminos separados, el no rechistó, se veía aliviado de poder volver a tener su vida de amargado.
Un par de veces llamaba para ver cómo estaba su hijo, ya que se la pasaba siempre de viaje de negocios, nunca le faltó dinero, él siempre le daba lo que le pidiera para su hijo, pero simplemente entendió que no tenía ganas de niños cerca de él, aunque fuese suyo.
—Joe no dijo nada, la verdad es que al decirle que me iba a mudar luego de que nos divorciemos, lo tuvo demasiado calmado, eso me hizo pensar que realmente no me amaba—
—¿Lo extrañas? —
—No, me siento bastante tranquila, la verdad, no tengo idea de porqué nos casamos en un inicio, es atractivo, pero... Demasiado cuadrado, odio eso—
—Bueno, no puedes evitar a veces observar a un hombre guapo- Selena rio. -Pero, debes recordar que primero debe coincidir contigo—
—No, no, olvidaré eso, no necesito otra experiencia mala con un hombre, tengo un hijo, además—
—Eso no te impide amar Taylor, con Joe no encontraste el amor, puede que lo encuentres ahora mismo, aquí, en Kansas—
—Pff no gracias—
—Mami, ya tengo sueño— Matthew entró a la cocina.
El pequeño rubio interrumpió la conversación, se despidieron de todos y subieron a dormir, juntos, ya que su habitación no estaba lista todavía, Taylor observaba a su pequeño dormir tranquilamente, no entendía como su vida no era lo que esperaba, se parecía mucho a su padre, con unas mejillas regordetas y los ojos azules de los dos, no entendía a veces como es que no le gustaba estar a Joe cerca de su hijo, pero al mismo tiempo estaba segura que a él lo criaron así, le daba tristeza pensar que Joseph fue infeliz en su infancia, nunca saltó bajo la lluvia, jugó con autos o bicicletas con amigos, hacer algún deporte, comer helado y mancharse de chocolate, ella estaba decidida a darle una infancia espectacular a su hijo, rompería ese ciclo, era lamentable que Joe no entendiera eso.
A la mañana siguiente, Matthew se despertó emocionado, iba a visitar varios lugares con sus tíos Selena y Austin, desayunaron y salieron de la casa, estuvieron en muchos lados, comieron varias cosas, se divirtieron, Taylor estaba contenta de ver a su pequeño feliz, estuvieron viviendo en New York desde que nació, así que salir de esa estresante ciudad era algo emocionante.
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Hola, es mi segunda publicación, pero la primera historia que hice acerca del ship de Taylor con Travis, desde que inició el rumor de que ellos dos salían la empecé a escribir, hace ya muchas semanas, (como cuatro meses) esta historia es completamente ficción y por mero entretenimiento, disfruté hacerla, no sé si alguien la lea, pero gracias si es así. ¡Saludos!
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Chispas vuelan
FanfictionLuego de un tortuoso divorcio, Taylor se muda a la ciudad de Kansas para comenzar su vida de nuevo junto a su hijo, ahí conocerá a un apuesto entrenador de baloncesto infantil llamado Travis, ¿Se abrirá al amor de nuevo?