MOMENTO A SOLAS

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Al día siguiente, los niños se quedarían con Selena, así que Taylor tendría toda la tarde para poder pasar el tiempo con su prometido.

Cuando llegó Travis, nadie lo recibió, se le hizo extraño, los niños no estaban abajo, así que luego de ver en la planta baja, subió pasando por el pasillo y echando un vistazo a todos los cuartos, no veía a nadie, se dirigió a su cuarto y antes de entrar llamó a Taylor, por llamada telefónica, escuchó que el celular de ella estaba en la casa, así que entró a su habitación y se llevó una sorpresa enorme.

—¡Taylor! —

Ella se encontraba con ropa lo bastante provocadora para que no pudiera despegarle la mirada ni por un segundo.

—Hola mi amor—

—Pe-pero Taylor, ¿Los niños? — estaba sudando.

—Están en casa de Selena y Austin, tenemos la tarde libre, solos tú y yo—

—Dios mío, estoy soñando— rio.

—Puedo mostrarte que no— lo besó.

—Me encantaría que me mostraras—

Taylor se acercó a él para besarlo, como la primera vez que estuvieron juntos, en su cuarto, se sentían como si fueran unos inexpertos, habían pasado gran parte del embarazo sin llegar a nada más, sumando a que los niños todo el tiempo estuvieron yendo a verlos de noche. ¿Cómo podía resistirse a esa mujer que tanto amaba?, era su todo, además le habría dado a una preciosa niña, y estaba cumpliendo el papel de madre con Charlotte sin siquiera pedírselo.

Con una patada Travis cerró la puerta, no había nadie en la casa, pero la costumbre de ser precavidos ya estaba en ellos, tomó de la cintura a su prometida guiándola hasta la orilla de la cama, sin dejar de besarse.

—Dios mío, Taylor—

—¿Te gusta? —

—Me encanta, ¿Pero sabes que me encantaría más?, quitarte todo esto—

—Podrías comenzar ahora mismo— lo besó.

Se habían estado conteniendo demasiado, sin duda tener tres pequeños demandaba demasiado tiempo y no muchas veces, o, mejor dicho, la mayor parte del tiempo no tenían un momento a solas.

Travis comenzó a quitarle la vestimenta tan provocativa que tenía, por más que le encantara verla así, no podía contenerse más, tenía la necesidad de besar cada parte de su cuerpo y así lo hizo, comenzando por el cuello, succionando como si no hubiera un mañana, Taylor no se quedaría atrás, empujó delicadamente a Travis en la cama, hasta que llegaron al tope de la misma, ayudándole a quitarle la ropa, posteriormente, colocando el preservativo, ella no estaría de ganas de tener un bebé tan pronto, la verdad, no estaba segura si quería más, muchas veces no podía creer el hombre que tenía con ella, además de que por dentro era maravilloso, la verdad es que por fuera no se quedaba atrás, ese atlético cuerpo la volvía loca y no podía evitarlo.

Cuando ambos estaban sin ropa, ella tomó el mando, colocándose sobre él con gran agilidad, dando una vista agradable a Travis, quien estaba disfrutando por completo del momento, los movimientos circulares de Taylor lo estaban volviendo loco, ¿Cómo ella tenía ese poder sobre él?, recorría con sus enormes manos su delicada espalda, llegando hasta su trasero apretándolo, no quería que ese momento acabara nunca, los movimientos cada vez eran más rápidos, ambos estaban llegando al punto.

—Nena, estás llegando, yo estoy llegando— Travis estaba temblando.

Cuando llegaron, ambos cayeron rendidos, no podían respirar, mucho menos Taylor, quien estaba completamente rendida al lado de su prometido, él no dudó en abrazarla tan fuerte, la amaba demasiado, comenzó a darle besos por toda la cara.

Chispas vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora