En la tarde sería el juego de final de temporada del equipo infantil que Travis estaba entrenando, en ese equipo se encontraba Matthew, él se notaba algo nervioso, ya que, en estos días no le gustaba perder la vista de su mamá, todos bajaron del auto, ese día, sacarían a la bebé a otro lugar que no fuese la clínica por vacunas, Taylor había desaparecido del gymnasio hace semanas, antes del parto ella ya no podía con sus pies y el peso que estaba cargando, ahora, se encontraba mejor, desvelada, pero funcional, no iba a faltar al partido de su hijo, Joe estaba invitado, Tay trataba de incluirlo en todo lo que podía, a pesar de que iba poco más de medio año sin ver a su hijo y llamarlo solo un par de veces, no obteniendo respuesta favorable del pequeño, después de todo, ya se estaba convirtiendo en un extraño para él.
Ella estaba un poco nerviosa, si Joseph aparecía, la vería nuevamente siendo una madre de un bebé tan pequeño, niña, en este caso, había estado demasiado callado, eso no le daba buena espina, pero dejó de lado esos pensamientos al ver que su hijo se encontraba nervioso también.
—No quiero perder mami —
—Bueno, no siempre se puede ganar, pero, aun así, debes dar lo mejor de ti siempre, ¿Está bien? —
—Papá decía que perder es para tontos, yo no quiero ser tonto mami —
Trató de evitar hacer una mueca, pero fue inútil. —Mi amor... — pensó mucho para elegir las mejores palabras al dirigirse a su hijo de cinco años, sin hacer quedar mal a Joe. —Perder es algo que a todos nos puede pasar, no es de tontos, significa que has intentado hacer algo y que pusiste todas tus ganas —
—Ok... — estaba un poco confundido, pero su mamá nunca mentía, entonces, debía ser cierto.
—Tan solo disfruta del juego, diviértete — besó su frente.
Taylor se colocó en las gradas junto con Charlotte, ella estaba contenta de animar a Matt, si bien ya lo había visto jugar varias veces, esta se supone que era importante, aunque, ella se sentía extraña ese día, notó a lo lejos, que una mujer las estaba mirando, Tay estaba distraída, en lo que comenzaba el partido le colocaba los protectores auditivos a Noah.
Durante el medio tiempo Charlotte quiso ir al baño, Taylor se levantó con ella, la tomó de la mano, mientras con el otro brazo sostenía a Noah, a pesar de que estaba sujetada por el fular, para ella era nuevo usar ese objeto, le daba un poco de miedo que se le callera, entraron al baño y mientras la pequeña estaba en el cubículo, Tay la esperaba afuera, estaba mirándose al espejo, nunca fue de las chicas que tuvieran problemas acerca de su cuerpo, pero ahora se sentía diferente, se miraba y notaba que tardaría algo de tiempo en recuperar su figura o al menos acercarse a como estaba antes, en el embarazo de Noah había subido más de peso que con Matthew.
Mientras Tay esperaba, una mujer, tal vez de la misma edad que ella entró al baño, se miraba espectacular, con unos tacones bastante altos, igual a los que ella suele usar para ir a trabajar, se lavó las manos y le habló.
—Hola — ella le sonrió.
—Hola — Taylor acariciaba la espalda de Noah.
—El juego se puso bueno, ¿A quién vienes a ver? — se secaba las manos.
—Sí, está muy bueno, a mi hijo —
—¿Quién es tu hijo? —
—El número 5 —
—Oh, el lindo rubiecito alto —
—Sí, él, un segundo, Charlotte, nena, ¿Todo bien dentro? —
—Sí mami — le bajó a la palanca y salió.
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Chispas vuelan
أدب الهواةLuego de un tortuoso divorcio, Taylor se muda a la ciudad de Kansas para comenzar su vida de nuevo junto a su hijo, ahí conocerá a un apuesto entrenador de baloncesto infantil llamado Travis, ¿Se abrirá al amor de nuevo?