COMO VIVIR EN UNA PRISIÓN

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La noche había sido maravillosa, Taylor no podía negar que el sexo arreglaba demasiadas cosas, pero, no se sacaba de la mente a Karlie, había algo que no le gustaba y su sexto sentido se lo indicaba, no es que no creyera en Travis, pero está más que comprobado que los hombres no notan nunca las segundas intenciones, al menos no la mayoría o las indirectas.

Travis todavía se encontraba abrazándola, dormido, ella le acarició la cara lentamente, sintiendo los vellos de su barba saliendo más tupidos, se miraba feliz, sonreía mientras estaba en sueño, eso le daba paz, era una enorme señal de lo enamorado que se encontraba de ella y era mutuo, se alegraba de estar con alguien así, no lo dejaría ir nunca, besó su frente y se salió con cuidado de su abrazo.

Se despertó al sentirla salir. —Nena, ¿A dónde vas? —

—Tomaré a Noah—

Él sonrió. —Dame a mi bebé—

Ella rio y la colocó en medio de los dos, el cuarto se podía sentir lleno de amor, la pequeña sonreía mientras estaba dormida, era claro que se sentía cobijada al tener contacto con sus padres, estaba por cumplir tres meses de vida, a pesar de todos los desvelos innecesarios por Joe, y los demás por sus hijos, estaba completamente feliz y no se quejaba de eso, ella había hecho una buena elección al compartir su vida con el hombre que se encontraba acostado a su lado, no cambiaría nada, a pesar del sufrimiento del pasado, le llevó a lo que es hoy en día.

—Daré un pequeño vistazo si ya despertaron los niños— lo besó.

—Esperamos aquí—

No deseaba salir de la cama, pero, si no iba a levantar a Matt, seguro que no se pondría solo de pie para ir a la escuela.

Caminó lentamente por el pasillo, sintiéndose como en las nubes, estaba feliz, eso se notaba, Charlotte ya estaba saliendo de su cuarto, se había bañado sola, como ya era costumbre las últimas semanas, se convertía en una niña grande, pronto tendría cinco años y eso le dolía, aunque no la había visto crecer, en un año de conocerla y ser su madre, la amaba demasiado.

—Buenos días preciosa, veo que te levantaste temprano—

—Sí, es que hoy es día de la presentación, la obra de acción de gracias—

<<Mierda, olvidé completamente que la adelantaron por semanas>> —Es verdad, cerrarán la escuela un par de semanas por reparaciones—

—Van a ir, ¿Verdad? —

—Claro que sí, si Matt y tú saldrán ahí—

—Genial, Matt debe seguir dormido—

—Voy a despertarlo— besó su frente y dio una mirada a su ropa para ver si se la había colocado bien. —Te veo abajo—

Fue directo al cuarto de Matthew, encontrando a un pequeño rubio despeinado y molesto con la humanidad, no era nada nuevo verlo así, odiaba despertar temprano.

—Buenos días bebé— entró y besó su frente. —Hora de despertar, se hará tarde—

—Ok...— bostezó.

—¿Necesitas ayuda para el baño? —

—No mami, puedo solo—

—Está bien, te veo abajo—

Salió del cuarto con el corazón en la mano, no cabía duda de que esa mañana estaba demasiado sensible, su hijo hacía ya la gran parte de las cosas solo, pronto no la necesitaría tanto, ella amaba que la necesitaran, no pudo evitar soltar algunas lágrimas en el camino a su cuarto.

Travis estaba de pie, viendo la situación, su prometida entraba a la habitación con una cara sentimental. —¿Sucedió algo? — se acercó a ella para abrazarla.

Chispas vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora